COMENTARIOS VERANIEGOS XII


Pues se va acabando el verano, quizá no el climatológico y tampoco el cronológico, pero es obvio que en nuestras sensaciones vitales ya se acerca el fin de este periodo en que la vida se relaja y nos tomamos las cosas como en un letargo, por ello estas crónicas también ven próximo su final, así que tenemos que tratar uno de los temas estrellas de esta estación, quizá sea un tema tópico pero  seguro que podemos obtener de él algún elemento diferenciador. Los amores de verano.

 

Tanto el cine como la literatura y por qué no decirlo nuestra propia andadura vital nos ha mostrado el amor de verano como una revolución sentimental que tiene fecha de caducidad. Un empalago de romanticismo que nos inunda durante nuestras vacaciones y que se diluye en el tiempo según nos adentramos en la realidad cotidiana que nos rige durante el resto del año. Sin embargo hay que decir que poco queda de aquellas imágenes de lo que suponía un amor de verano, esto es: chico conoce a chica (ahora sería políticamente correcto decir, persona conoce a persona), se enciende un sentimiento, paseos idílicos por la playa (o campo. o sembrados, que todo vale en el amor), besos fugaces, promesas de amor eterno y cuando vuelves al instituto, el chico ideal y delicado es un macarra de cazadora de cuero que lidera una banda de vagos y que pasa de reconocer ante sus amigotes que ligó con una niña cursi aunque cante su nombre en soledad frente a una gran pantalla de un autocine. Así nos lo pintaban entonces, e incluso podíamos decir que algunas de nuestras experiencias, propias o que nos han contado, reflejaban algo de todo ello. Pero ahora los tiempos han cambiado. El wasap ha modificado nuestras vidas y nuestras relaciones. Y no sólo la tecnología sino que es la propia sociedad la que ha mutado tanto que la niña virginal y pazguata casi ha desaparecido para convertirse en una loba que te obliga a crecer de forma repentina si no quieres verte apeado de una relación que promete. También los tempos se modifican y lo que no pasa ya, no pasa. E incluso pasando, es probable que no haya que esperar hasta el regreso al día a día para que toda la relación haya cumplido su ciclo vital: conocerse, gustarse, amarse, sexo, decepción, reproches, olvido,  fin. De hecho, es los tiempos actuales todo eso puede darse en un solo día, o en una sola noche. Es tiempo de prisas y a nada que te pares te pierdes la fiesta.

 


Si, porque aquellas actividades lúdicas que entonces fortalecían el amor y llenaban de bellos recuerdos los días de amoríos: subirse en la noria, comprar algodón dulce para compartir, un paseo en moto hasta aquel lugar donde la puesta de sol es incomparable…ahora sólo son un cuadro pastel que nadie compra. Cuatro wasaps bien mandados, alguno de ellos con una actitud abiertamente provocativa son suficientes. Y las actividades ahora se resuelven con el sufijo –ing. Balconing : practicar sexo en el balcón; puenting: practicar sexo en un puente o haciendo el pino puente; rafting: esteeee…practicar sexo con los que se llaman Rafa. Antaño las chicas no pagaban porque los chicos en un rol claramente protector invitaban siempre. Afortunadamente ese cliché machista ha desaparecido y ahora las chicas no pagan porque si hacen una mamada les salen las copas gratis.

 





Y eso, porque estamos hablando de jóvenes y adolescentes que parece que son el paradigma de la relación sentimental veraniega, pero si hablamos de algo más de edad, treintañeros o más, también ha cambiado tanto el cuento que da vértigo sólo pensarlo. Lejos quedó el conocer posibles víctimas de nuestra capacidad seductora en bares, discotecas o presentados/as por amigos/as,. Ahora se imponen las redes sociales y claro está dentro de ellas los lugares destinados a la pesca tipo Meetic o E-Darling. Bien es verdad, que estos funcionan durante todo el año y no se detienen en la época estival, pero también es cierto que durante este periodo se disfruta de más tiempo y la capacidad de generar nuevos contactos aumenta exponencialmente, además de que durante el verano uno tiene más necesidad de llenar los espacios muertos que la soledad se empeña en hacernos eternos. Así que dedicamos un largo rato a prepararnos un perfil superatractivo que resalte nuestras virtudes y omita nuestros defectos, aunque hay que salpicar los veniales para no parecer demasiado perfecto y sobre todo para resultar creíbles. Es importante  destinar un buen tiempo a la elaboración de perfil porque es lo último que van a mirar de nosotros, pero ahí está. Luego hay que pasar a la acción, empezar a buscar aquellas personas que responden a nuestros criterios ideales, es decir empezar a mirar las fotos para ver cual nos parece más guapa/o. Aquí se da una diferencia fundamental entre mujeres y hombres, todos buscan candidatos atractivos pero los hombres en cuanto ven un rostro que les gusta pasan a mirar el resto de fotos para ver el cuerpo y saber si está buena; las mujeres, no. Ellas si ven a un tipo lo suficientemente interesante miran a ver si tiene estudios, la edad y si parece que tiene pasta o es un tirado. Como vemos tanto ellos como ellas comprenden que la belleza está en el interior.



Bien, supongamos que hemos encontrado algún candidato/a que responde a nuestras expectativas, toca dar el paso siguiente: enviarle un correo personalizado. Esto consiste básicamente en  escribirle un correo simpático, halagando las aficiones que ha descrito en el perfil, señalando alguna de las cualidades que también ha expresado y que coinciden con aquellas que buscamos y algún detalle nuestro que anime al otro/a a respondernos. En definitiva y como no vamos a perder el tiempo en leernos el perfil de todas/os las/os candidatas/os, hemos de preparar un correo tipo que enviaremos a todas/os con mínimas variaciones si es necesario. Este tipo de paso se denomina : copia-pega. Correcto, ya hemos hecho desde el punto de vista activo todo lo posible, ahora sólo queda esperar. Y esperar. Y esperar…Vale han pasado tres horas y nadie ha contestado, tal vez no sea demasiado tiempo, pero…Entonces hay que hacer lo que se hace en la vida real, rebajar el nivel de exigencia. Repasamos de nuevo y buscamos a los/as que tampoco están tan mal pero al menos nos pillan cerca y la edad nos cuadra. De nuevo un copia-pega y de nuevo a esperar. Como en el amor no siempre tenemos éxito a la primera no hay que desesperar y probar varias veces y varios días estas sencillas operaciones. Como tan poco somos demasiado sistemáticos y hay que reconocer que algunas/os están muy bien es probable que les mandemos el mismo correo a la misma persona varias veces. Y entonces súbitamente empiezan las respuestas, incluso de aquel/aquella que tacha de originalísimo el correo que le hemos enviado 7 veces. Entonces es cuando nos leemos el perfil de quien nos ha respondido, no sea que nos parezca intragable. Ahora toca lo mejor, camelar vía correo hasta que te da el teléfono, guasapear mucho hasta que te deja que la/le llames por teléfono. Fundamental. En este tipo de nuevas relaciones la expresión oral dice mucho del otro y aunque seas un premio nobel en literatura hay que responder sin la ayuda del corrector tipográfico. Y llegamos al momento culminante, quedar con los/as 4 o 5 con quienes mantienes este tipo de coqueteo seductor. Obviamente la realidad descubre las carencias, principalmente las tuyas,  y es probable que ninguna de las posibilidades tenga éxito definitivo, pero hay que reconocer que entre pitos y flautas has estado entretenido todo el verano. No has mojado, pero te has cascado unas cuantas pajas muy satisfactorias imaginando el momento que lo hacías.

 

Poluciones veraniegas son.    

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