GUS MORNINS 29/6/21
“Alfred Hitchcock sólo terminaba sus películas en un sesenta por ciento. El resto tenía que concluirlo yo”. Bernard Herrman Ciento diez años hubiera cumplido hoy este señor, uno de los más grandes compositores que ha podido dar el cine. Alguien que, en realidad, ha sido siempre inimitable, a pesar de que ha habido intentos (uno de ellos, por ejemplo, ha sido la banda sonora que compuso James Newton Howard para Señales , de Night Shyamalan). Sería un pecado no rendirle homenaje. Bernard Herrman era neoyorquino de nacimiento. Su afición musical le vino de su padre, que era un apasionado de la música sinfónica, y en su casa nunca dejaba de sonar un viejo gramófono que siempre ofrecía música clásica y ópera. A los ocho años, el padre de Bernie le regaló un violín y le puso un profesor de música particular. El bueno de Bernie, ya a esa temprana edad, tenía un genio de cuidado y el niño rompió el violín en la cabeza del profesor. A los trece añ