GOOD MORNING 11-10-2017 POR ALBANTA
“Cuanto mayor es la resistencia, más dulce es la
rendición” (Antoine, El marido de la peluquera”)
El pasado día 8 Jean Rochefort consiguió, por fin,
cita en la peluquería y se fue a que le cortase el pelo la dama blanca,
dejándonos para siempre.
Rochefort trabajó desde los 19 años, decidió estudiar arte dramático e inventarse
personajes porque le asustaba la realidad. “Realmente nunca he querido ser
otro, pero la realidad, desde que era un adolescente, me aterroriza porque me
parece muy triste. Siempre he llevado estas dos vidas en paralelo, aunque en
los últimos años tiendo a alejarme de
la ficción y vivir más de cerca la realidad”, confesó. Se formó en el
teatro y en pequeños personajes secundarios y pronto formó parte de una
brillante generación de actores galos que rompían con las normas de sus
predecesores, como Jean-Pierre Marielle
y Philippe
Su trayectoria es impresionante: Más de 120 películas (sin contar las
series de televisión), transitando por todos los géneros posibles (¡incluso el
‘western’ como ‘El hombre del tren’, un ‘western’ actual donde se enfrentaba
con el mítico rockero Johnny Hallyday) y dirigido por los más grandes: (Bertard
Tavernier, Luis Buñuel (‘El fantasma de la libertad’), Philippe de Broca,
Patrice Leconte, Robert Altman, Pierre Salvadori… Nominado al Goya por su trabajo con Fernando Trueba, no es esta la
primera vez que ha trabajado en el cine español: En 1991 estuvo a las órdenes
de Jaime Camino en ‘El largo invierno’, y en 1996 en ‘Palace’ junto a Tricicle.
Sin embargo su gran sueño, encarnar a Don Quijote, se frustro tras una lucha
contra los elementos.
“Me sentí fatal y caí en una profunda depresión”,
confesaba al no poder interpretar a Don Quijote
El ex Monty Phyton Terry Gilliam le quería como el Caballero de la Triste Figura en ‘El hombre que mató a Don Quijote’,
que se comenzó a rodar en La Mancha con Johnny
Depp como coprotagonista. Pero una hernia discal de la que tuvo que ser
operado con urgencia le impidió montar a caballo. Y una tempestad acabó
arrasando decorados, vestuario, cámaras y elementos técnicos, y las compañías
de seguros decidieron que les salía más barato suspender el rodaje que
reiniciarlo de nuevo: “Llevaba meses preparándome, estudiando inglés (idioma en
que se iba a rodar el filme), ensayando con mi caballo, llamado precisamente
Rocinante, que era como un caballo fantasma. El pobre, como no comía, estaba
muy flaco”, rememora. De aquellos hechos queda un magnífico documental, ‘Perdidos en La Mancha’ (2002) de
Keith Fulton.
"Soy un Don Quijote
de la realidad, no estoy hecho para un Don Quijote de ficción -afirmó-. He
cometido actos quijotescos en mi existencia. Muchos. Pero no había cámara para
filmarlos”, dijo este apasionado de la equitación y militante antitaurino.
En mi corazón guardo la profunda impresión que me
produjo El marido de la peluquera, un canto al amor y un regalo para los
sentidos.
De la banda sonora se encargó Michael Nyman que, como
sabéis, es uno de mis compositores favoritos, sirva para poner música a este
pequeño homenaje a Rochefort y su maravillosa película, que la tierra le sea
leve.
Nuestro
MOSAICO DE HOY, para Anna Galiena, la bella peluquera
Comentarios
Bueno pues si algunos se van a la sierra de Irati y otros hacen puente porque están de fiestas patronales....¿quien se queda aquí para leerme el viernes?...Yo curro, de hecho esta semana está siendo terrible y es posible que se prolongue durante el finde, pero como yo sólo os deseo el bien. Disfrutad mucho del puente y sed muy felices.
Abrazos quijotescos
El marido de la peluquera nos pilló a muchos en ésa de pavo edad donde un pedazo de mujer como Anna Galiena te deslumbra, te apasiona y te hace temblar, ocupando un privilegiado lugar en tus sueños más profundos durante mucho tiempo. Qué recuerdos. Y qué mujer.
Feliz día de la hispanidad, de la Pilarica, o de lo que sea, que lo que cuenta es que es éte jueves es fiesta. Pero el viernes, Carpet, no serás el único que trabaje, aquí estaré yo para leerte al pie del cañón, que alguien tendrá que aguantar la vela de éste país que a veces parece que está a punto de naufragar.
Abrazos admirados