GOODMORNING 18-10-2017 POR ALBANTA

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

(Miguel Hernández)

Este año 2017, celebramos el 75 aniversario de nuestro poeta pastor, Miguel Hernández, fallecido el 28 de marzo de 1942 en Alicante.

El escritor siempre estuvo moviéndose entre dos mundos, el pastoreo y  la literatura, la generación del 27 y la generación del 36,  Dámaso Alonso lo definó como “genial epígono” de la Generación del 27.

No sólo nos ha quedado su obra, su legado puede hablarnos también de un hombre que prefirió morir a doblegarse. Símbolo de toda una generación cultural recibió innumerables ofertas entre otros de Rafael Sánchez Mazas para que renegase de sus ideas y formase parte de la vida cultural del régimen, ofertas que declinó hasta hallar la muerte, sólo y enfermo en un penal de Alicante.

Pero como decía Neruda, que le admiraba fervientemente, “recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!”

Pongamos luz, pues, sobre el horror que ensombreció este bendito país llevándose a hombres buenos cuyo único pecado fue cantar al amor, a la libertad, Machado, Buñuel, Lorca y un largo y penoso etcétera.

Va por ellos, esta nana

NANAS DE LA CEBOLLA (Joan Manuel Serrat)

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño el la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.



Y como MOSAICO DE HOY la bella Silvia Abascal y Liberto Rabal (menos bello, a mi entender) interpretando a Miguel Hernandez y su esposa, Josefina Manresa





Comentarios

CARPET_WALLY ha dicho que…
Monumental gus.

Cuando yo era chico, en el colegio nos propusieron recitar una poesía a nuestra elección. Casualmente escuché en la radio recitar al gran Paco valladares la maravillosa "Elegia a Ramón Sijé" que me emocionó, Valladares la recitaba que era una pasada con esa voz y ese saber hacer tan especial. Así que fui al cole con mi elección ya clarisima para descubrir que otro compañero se me había adelantado y yo no podría declamarla en mi vano intento imitatorio. Así que tenía que elegir otra, ¿quin era el poeta que había escirto aquello? ¿Quien era ese Miguel Hernandez de quien tan poco sabía?...En el cole de la época el siglo de oro era de enseñanza obligatoria, pero los profesores de un colegio tan...azul..no enseñaban demasiado sobre poetas díscolos. Así que investigué un poco y conseguí una Antología de la célebré editorial Losada (la mejicana que se dedicó a publicar a los poetas españoles ignorados por el régimen de Franco)...

Lo leí maravillado, era la primera vez que leía poesía en serio, hasta entonces lo que se leía en clase y poco más, escogí "Un carnivoro cuchillo" de su poemario "El rayo que no cesa". Impresionante. Nunca llegué a recitarlo, aquellos niños insolentes estabamos empeñados en reivindicar, sin saberlo, a Miguel Hernandez, Lorca, Machado, Alberti (incluso)...y poco Lope O Quevedo que era lo que Don Alejandro de pasado militar y afecto al régimen era lo que realmente disfrutaba. As´´i que suspendió la actividad sin que nosotros tuviéramos entonces consciencia del porqué.

Sigue siendo uno de mis poetas preferidos, ahora que ya he leido mucho más, quizá porque descubrí algo tan profundamente hermoso con sus poemas.

Hace pocos años (quizá 5) Serrat volvió a musicar al poeta y tuve la oportunidad de verlo en teatro (sentado en butaca en un concierto muy distinto a lo habitual) desgranar su nuevo disco y recordar alguna de las canciones que ya había sacado como homenaje en los 70. Alucinante, tanto más cuando tuve la oportunidad de ir a saludarlo al camerino y quedeme sin palabras para decirle tantas cosas buenas al bueno del Nano. Una foto recuerda aquel momento y mi cara de pasmado refleja el impacto de tener cerca a un ídolo tan idolatrado.

Ahora leo y escucho tu gus y todo aquello vuelve a mi memoria. Gracias Alban por alegrarnos el día.

Abrazos con tres heridas

INDI ha dicho que…
se dice que cuando murió, no pudieron cerrarle los ojos. y sobre éste hecho escribió Vicente Aleixandre un poema, que comenzaba así:

No lo sé. Fue sin música.
Tus grandes ojos azules
abiertos se quedaron bajo el vacío ignorante,
cielo de losa oscura,
masa total que lenta desciende y te aboveda,
cuerpo tú solo, inmenso,
único hoy en la Tierra,
que contigo apretado por los soles escapa.

Tumba estelar que los espacios ruedas
con sólo él, con su cuerpo acabado.
Tierra caliente que con sus solos huesos
vuelas así, desdeñando a los hombres.
¡Huye! ¡Escapa! No hay nadie;
sólo hoy su inmensa pesantez de sentido,
Tierra, a tu giro por los astros amantes.
Solo esa Luna que en la noche aún insiste
contemplará la montaña de vida.
Loca, amorosa, en tu seno le llevas,
Tierra, oh Piedad, que sin mantos le ofreces.
Oh soledad de los cielos. Las luces
sólo su cuerpo funeral hoy alumbran.
(...)

Gran gus, Albanta. Gran, pero gran gran gran.

Abrazos poéticos

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