Gus mornins, 6/04/20

Que sepulten la utopía... Dame clases de poesía con tu cuerpo esta noche.

(Luis Eduardo Aute)

Guuudmornins, cinéfilos

Hoy en el gus no podemos dejar pasar por alto la pérdida el pasado sábado de Luis Eduardo Aute. Y no lo podíamos hacer teniendo entre nosotros a una trillona que debe su nombre a uno de los títulos más memorables del artista. Yo nada más conocer la noticia de su muerte le pedí a nuestra amiga que fuese ella la que se encargase de elaborar el gus de hoy, hubiese sido más sentido y sin duda más emocionante. Pero ya sabéis que corren tiempos malos para la emoción en los que resulta difícil hasta algo tan natural como despedir a un ser querido. En fin, no sé si estaré a la altura.

Luis Eduardo nació en Filipinas en septiembre de 1943, hijo de un barcelonés emigrado al país asiático que se casó con una muchacha de allá, perteneciente a la aristocracia local. En el colegio inglés donde estudió, el futuro artista ya mostró inclinación por las artes plásticas y su habilidad con el dibujo y la pintura. Ya en España pudo cumplir su sueño de convertirse en pintor cuando con 17 años presentó en una galería de Madrid su primera exposición de cuadros.

Su labor como músico empieza acompañando como guitarrista a grupos como Los Pekenikes, los Tigres o los Sonor. En 1966 entra en el estudio de grabación y se puede ver su primera actuación en TVE en el programa Salto a la fama.  Su primer disco Diálogo entre Rodrigo y Jimena incluye temas como Rosas en el mar  oAleluya, ambas popularizadas también por Massiel. Después vendrían 18 discos más, amen de varios directos, memorables algunos de ellos como el grabado junto a Silvio Rodríguez.  Y canciones que ya forman parte de nuestra vida, Albanta, Las cuatro y diez, Pasaba por aquí, o por supuesto Al alba,que cantó por primera vez por Rosa León  un himno contra las últimas ejecuciones del franquismo.  Muchos artistas, Jorge Drexler, o las citadas Rosa León y Massiel entre otros, han versionado sus canciones. Aute era un cantautor respetado por el gremio; muchos de esos amigos le rindieron homenaje en un concierto celebrado cuando se retiró de la actividad pública.

No sé que opinará mi amiga madrileña, pero para mí las canciones de Aute rezuman una sensiblidad que a veces se entremezcla fácilmente con el erotismo, cuando no a la pornografía directamente, que remite a los grandes poetas de la historia. Y además con esa voz que suena como una invitación a las confidencias, cuando no a ponerte tontorrón directamente. Escuchar a Aute es como dejarte invadir por alguien que a sottovoce te pide que te quites el vestido, las flores y las trampas (el vestido, el suje y las bragas que decía alguno). Eso a nivel personal, que colectivamente, ya sé que es la voz de toda una generación.

Aute era un artista polifacético, un hombre del Renacimiento. Fue también un hombre de cine. En su haber figuran varios cortos y un film con el nombre de Un perro llamado dolor sobre su experiencia como creador pictórico. Recientemente, su figura fue objeto de un documental, Auterretrato a cargo de mi medio paisano Gaizka Urresti. Y definitivamente, no sé cuántas veces hemos puesto aquí en el gus su canción dedicada al Séptimo Arte, dedicada no solo a Truffaut y a la Nouvelle Vague, sino también al Ladrón de bicicletas de De Sica. Por eso, no se me ocurre nadie mejor que Antoine Doinel para decirle adiós desde nuestro mosaico.