GUS MORNINS, 10/04/20
“-
¿Quién eres tú?
- La muerte.
- ¿Es que vienes por mí?
- Hace ya tiempo que camino a tu lado.
- Ya lo sé.
- ¿Estás preparado?
- El espíritu está pronto, pero la carne es débil. Espera un momento.
- Es lo que todos decís, pero yo no concedo prorrogas.
- Tú juegas al ajedrez, ¿verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
- Lo he visto en pinturas y lo he oído en canciones.
- Pues sí, realmente soy un excelente jugador de ajedrez.
- No creo que seas tan bueno como yo.
- ¿Para qué quieres jugar conmigo?
- Es cuenta mía.
- Por supuesto.
- Juguemos con una condición, si me ganas me llevarás contigo, si pierdes la partida me dejarás vivir.
- Las negras para ti.
- Era lo lógico, ¿no te parece?”
- La muerte.
- ¿Es que vienes por mí?
- Hace ya tiempo que camino a tu lado.
- Ya lo sé.
- ¿Estás preparado?
- El espíritu está pronto, pero la carne es débil. Espera un momento.
- Es lo que todos decís, pero yo no concedo prorrogas.
- Tú juegas al ajedrez, ¿verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
- Lo he visto en pinturas y lo he oído en canciones.
- Pues sí, realmente soy un excelente jugador de ajedrez.
- No creo que seas tan bueno como yo.
- ¿Para qué quieres jugar conmigo?
- Es cuenta mía.
- Por supuesto.
- Juguemos con una condición, si me ganas me llevarás contigo, si pierdes la partida me dejarás vivir.
- Las negras para ti.
- Era lo lógico, ¿no te parece?”
(El
séptimo sello, Ingmar Bergman, 1957)
Guud
mornins, cinéfilos.
Hoy
en este gus especial de nuestro santo confinamiento vamos a hacer lo que se
dice un acto de justicia. Si recordáis todos, el pasado 9 de marzo nos dejaba
el gran actor sueco Max Von Sydow, la noticia nos pilló así un poco a contrapié
preparándonos para este momento tan raro y el pobre Max se quedó sin su correspondiente
obituario. Pues bien, hoy el intérprete de Bergman hubiese cumplido 91 años, y
vamos a aprovechar la ocasión para rendirle el homenaje que no tuvo. Viene muy
a cuento, pues estos días podemos verle por la televisión, ayer mismo vi
anunciada la emisión en el canal autonómico de La historia más grande jamás
contada en la que interpreta al personaje de Jesús. No deja de ser irónico que
acabase dando vida a Cristo alguien que se pegó media carrera clamando contra
el silencio de Dios en las películas de su maestro y mentor Ingmar Bergman.
Max
nació en Lund, en la provincia sueca de Escania tal día como hoy de 1929. Su
ascendencia aristocrática le venía de su madre, una baronesa que acabó siendo
maestra de escuela, mientras que su padre daba clases en la Universidad. De
pequeño, estudió en un colegio católico donde montó su primer grupo de teatro
junto a otros compañeros. Su afición por el arte de Talía le llevó a estudiar
en Estocolmo y a participar en varios montajes al lado de futuros nombres
conocidos de la profesión como Ingrid Tulin. Su debut en el cine se produce de
la mano de Alf Solberg con Solo una madre.
Pero
sin duda será su encuentro con Ingmar Bergman en 1955 el que marcará su
trayectoria definitivamente; primero desde las tablas montando ambos en el
montaje sueco de La gata sobre el tejado del cinc. Las películas más
destacadas de ese primer periodo son El séptimo sello o El manantial de la
doncella. En una segunda etapa Max participa en films como La hora del lobo
o La vergüenza y lo combina con su presencia en otros títulos importantes del
cine de su país como Los emigrantes de Jean Troell.
Debido
al éxito de las películas de Bergman, Von Sydow trabaja cada vez más en el cine
extranjero, especialmente en Hollywood. En los setenta, no hay superproducción
con reparto internacional que no cuente con Max. Uno de los éxitos indiscutibles
de estos tiempos es El exorcista con su poderosa interpretación del
Padre Merrin. Max se pone a las órdenes de los más grandes como John Huston (La
carta del Kremlin) o Sidney Pollack (Los tres días del Condor). En
los ochenta participa como villano en una película de James Bond, y como
aventajado discípulo bergmaniano, Woody Allen le reclama para la magistral Hannah
y sus hermanas, donde realiza un papel breve pero emotivo. Después vuelve a
Europa para protagonizar Pelle el conquistador con la que es nominado
por primera vez al Oscar; la película también obtiene merecidamente el premio
como film extranjero por delante de Almodóvar y sus mujeres al borde del ataque.
Spielberg
(Minority Report) y Scorsese (Sutther Island) son otros dos grandes
maestros que dirigieron al actor que en los últimos tiempos se incorporó a los
rodajes del Star Wars de J.J.Abrahams o de la serie televisiva Juego de
tronos. Fue terrible encontrar en el periódico al día siguiente del fallecimiento
del sueco la noticia “Muere Max Von Sydow,
intérprete de El exorcista y Star Wars”, triste epitafio
para uno de los grandes actores de la historia.
Uno
de sus últimos papeles fue el del anciano aquejado de Alzheimer de Tan fuerte,
tan cerca, la infravalorada película de Stephen Daldry con la que conquistó su
segunda nominación al Oscar.
Y
es que personalmente creo que, junto a Mastroianni, Von Sydow ha sido el gran
actor que nos ha dado el cine europeo en toda su historia. Su aspecto
impotente, su perfecta dicción le hacen único. Me gusta en sus películas con
Bergman, especialmente en La vergüenza o Como en un espejo,
aunque la interpretación que realmente me conmueve es la de Pelle el conquistador.
Ya os he hablado del vozarrón del actor y con él os voy a dejar, con ese
hipnótico arranque de la Europa de Lars Von Trier. Felicidades, Max,
dónde quiera que estés.
Comentarios
"Las uvas de la ira" adquiere plena vigencia ahora que dicen que viviremos en una debacle casi tan grande como aquella depresión del 29. Y Von Sidow merece un gus cualquiera que sea el momento vital en el que estemos.
Lo que realmente se agradece es tu esfuerzo gusero (algunos aplausos de los de las 8 de la tarde son para ti también, amigo). Yo sigo al pie del cañón, currando en Viernes Santo que parece toda una penitencia digna de la más sentida Semana Santa y se agradece leer algo de cine, aunque haya gazapos dignos de Linda Darnell, Jeannie Durrell o Jane Darwell.
Abrazos sin saetas.