GUS MORNINS, 22/04/20

Un hombre forja su destino, nadie te da nada, tienes que cogerlo

(Infiltrados, Martin Scorsese, 2006)

Guuud mornins, cinéfilos

Y ante todo pido disculpas por mi espantada del pasado lunes. Pero la máquina del gus no para y ayer nuestro C.B favorito nos ilustraba con la obra de Alistair McLean, un recuerdo que en la víspera del Día de Las Letras venía que ni al pelo. Hoy se celebra el Día de la Tierra que ya me dirás qué tenemos que celebrar hoy con el planeta hecho unos zorros. No sé qué pensaría de todo esto Melvin Udall, el protagonista de Mejor imposible, aunque a lo mejor recluido y confinado, sin tener que tocar ni abrazar a nadie,  estaba en su salsa al hombre. Y mira tú que ni al pelo también no viene esto, porque hoy celebramos el cumpleaños del actor que interpretó a Melvin en pantalla. Jack Nicholson venía al mundo en Neptune, New Jersey, tal día como hoy, hace ochenta y tres años.

A vosotros no sé, pero a mí la primera palabra que me viene a la mente para definir a Jack es “carisma”. Sus tres Oscars de interpretación – dos principal y una secundaria- le coronan como uno de lo grande de la historia del cine. No obstante, Jack es capaz de lo mejor y de lo peor, y lo cierto es que puede salvar una película y un papel  con su sola presencia. Os confesaré, eso sí, que una de las pocas veces en las que servidor se salió del cine a mitad de película fue con él en pantalla (Ejecutivo agresivo con Adam Sandler de pareja parecía una competición de a ver quién era más insoportable). Y mismamente, el citado Melvin Udall me parece un tipo bastante intragable, no me creo que la camarera tenga las tragaderas al final de querer pasar el resto de su vida con él, y eso me crea problemas a la hora de aceptar una película que sé que a vosotros os encanta.

Jack tuvo siempre muy claro que iba a dedicarse al mundo del espectáculo. Por cierto, que al ir a sacarse el carné de conducir se dio un gran susto cuando descubrió que en el registro no constaba su partida de nacimiento, esto es que a efectos legales “no existía”. El incidente se saldó con una carta provisional de su madre en la que declaraba que su pequeño sí había nacido. Nicholson se inició en el cine de la mano de Roger Corman como ya vimos en el capítulo de El cine en cien películas dedicado al director. Con el también debutó en la realización de largometrajes con El terror, aunque finalmente no aparecía acreditado.

 Con la emblemática Easy rider, Jack consigue su primera nominación al Oscar que conseguirá unos años más tarde con su genial composición de Randie McMurphy en la obra maestra de Milos Forman Alguien voló sobre el nido del cuco. Antes ya había destacado en papeles como los de Mi vida es mi vida, El último deber o Chinatown que también le habían valido nominaciones.

En los ochenta sigue acumulando candidaturas a la estatuilla por Rojos (interpretando al escritor Joh… estooo Eugene O´Neil), El honor de los Prizzi (como el divertido Charlie Partana) y La fuerza del cariño – segundo Oscar en la cuenta particular. Pero si hay un personaje que marca la trayectoria de Nicholson en esa etapa, ese no es otro que por supuesto el Jack Torrance de El resplandor. Hombre, lo del revolcón enharinado en la mesa de una cocina junto a Jessica Lange tampoco está mal.

En los años siguientes, Jack se convierte en un actor de tirón. El diablillo cachondo de Las brujas de Eastwood o el Joker del Batman burtoniano son dos histriones a la medida. Y mientras se le puede ver sentado a pie de banquillo viendo los partidos de los Lakers en el Forum y celebrando las canastas de Abdul Jabar o Magic Johnson. El actor más nominado de los Oscars (con 13) coincide con la actriz más nominada, Meryl Streep (22 hasta la fecha) en Se acabó el pastel y Tallo de hierro.

En los noventa sigue la fiesta. Algunos hombres buenos, Lobo o Sangre y vino junto a Michael Caine son algunas de sus películas más memorables. En 1997, el año de Titanic, consigue el tercer Oscar por la mentada Mejor imposible. Y vuelve con Burton interpretando a un desmelenado presidente de los USA en Mars Attacks.

Ya en el nuevo siglo, Nicholson realiza una de sus composiciones más conmovedoras a las órdenes de Alexander Payne en A propósito de Schmidt, y trabaja con el maestro Scorsese en su oscarizada Infiltrados. Su última interpretación data de 2010 en la película de James L. Brooks Cómo sabes si.

Jack permanece desde entonces alejado de los focos y de las cámaras. En una entrevista de 2013 confiesa que ya no le motiva seguir trabajando en el cine. En los últimos años, se especuló con la posibilidad de que Jack interpretara al protagonista del remake USA de la alemana Tony Erdmann, un papel para que al principio también se barajó el nombre de Bill Murray. La cosa quedó en agua de borrajas. También se ha especulado últimamente con que Jack se encuentra desde hace años gravemente enfermo.

Trece nominaciones al Oscar, tres estatuillas doradas, seis globos de oro. El palmarés de premios de Nicholson puede equipararse a su curriculum como amante: Rachel Ward, Candice Bergen, Joni Mitchell o Lara Flynn Boyle fueron algunos de sus romances, aunque la mujer de su vida siempre fue Anjelica Huston. Y parece que Jack no se amilanó tras la experiencia frustrada con El terror, y siguió intentando dirigir. Hizo hasta cuatro películas, la más conocida quizá The two Jackes, continuación de Chinatown.

En cualquier caso, tenemos que rendirnos ante un actor que nos lo ha hecho pasar muy bien delante de una pantalla de cine. Es cierto que a veces le hubiésemos dado bien a gusto un buen par de bofetadas, pero un actor único al fin y al cabo. Él decía que no quería que nadie conociera realmente cómo es. Hay que reconocer que lo logró. Pero al recordar a Jack Torrance, McMurphy o Joker no podemos dejar de esbozar esa medio sonrisita ladeada y cachonda. Japi berdei, Jack.