GUS MORNINS, 16/04/20


¿Y qué zapatos se pone uno para el entierro de su hijo?
(Gente corriente, Robert Redford, 1980)

Guuud mornins, cinéfilos

Decíamos ayer que la derrota de Toro salvaje en la edición de los Oscars de hace ahora cuatro décadas era otra historia, Pues bien, hoy nos referimos a esa historia y le hacemos de paso un poco de justicia a la película que le arrebató en aquella ocasión la gloria hollywoodiense a Scorsese – y ya iban dos después de lo de Taxi driver, y lo que te rondaría morena. Se trata de Gente corriente, el debut en la realización cinematográfica del actor Robert Redford, o sea de Ordinari pipolcomo diría Garci con su ronca y sabia voz. 1980 es para muchos el año de la infamia en los Oscars, Redford le privó de la estatuilla a Scorsese, un error histórico y mayúsculo de la Academia según la opinión generalizada.

Llovía sobre mojado. El año anterior, Kramer contra Kramer, un convencional melodrama sobre el divorcio se había impuesto a la grandeza de Coppola en Apocalypse now, con la particularidad además de la presencia de una  tercera en discordia, All that jazz, que también hubiese sido una más que digna vencedora. Un año después, se repetía la historia con la victoria de otro melodrama sobre un clásico moderno del cine, con la particularidad además de la presencia de una tercera en discordia que también hubiese sido una más que digna vencedora. Esa película era El hombre elefante de David Lynch.

En cualquier caso, los premios nunca dictan jurisprudencia sobre nada, y aún mucho menos los Oscars. En la elección de una ganadora de Oscar influyen muchos factores más allá de la calidad del producto en sí. Yo siempre he visto a toro pasado lo de los Oscars - nunca mejor dicho lo de toro- como un fiel reflejo de la sociedad americana del momento. Después de reconocer en los setenta propuestas tan transgresoras como Alguien voló sobre el nido del cuco o Annie Hall, la Academia se volvió más conservadora, tal vez como el propio país al que se le avecinaba una etapa dominada por el conservadurismo más recalcitrante. Normal que les diese por premiar melodramas en lugar de historias de perdedores. No sé, puede ser una teoría de todo a cien, pero vamos como otra cualquiera.

Dicho todo esto, yo añadire que a mí Ordinary people me parece una excelente película, y descontextualizando los hechos, lo sigue siendo con Scorsese, con Lynch, y hasta con Howard Hawks delante. La película nos hizo además descubrir a un director que tenía cosas que decir, y vaya si las dijo después. Redford debutó en la realización siguiendo los pasos de su amigo Newman, y al final ha llegado a completar una filmografía si cabe mucho más jugosa que la de su compañero de reparto en El golpe. Ahí está también su labor como productor detrás de películas como Estación central de Brasil o Diarios de motocicleta. Y el rollo Sundance, claro.

Gente corriente se basa en una novela de la escritora Judith Guest, y trata sobre las relaciones entre los miembros de la acomodada familia Jarret que acaba de perder a uno de sus dos hijos en un fatal accidente. El otro, Conrad, no pudo hacer nada por salvar la vida de su hermano cuando una tormenta en alta mar les sorprendió en plena travesía con su pequeño velero. Conrad ha intentado suicidarse en el reformatorio en el que estuvo recluido durante una temporada, y ahora vuelve a casa de sus padres. Sin haber abandonado el sentimiento de culpa, el joven se incorpora al instituto donde conoce a una chica por la que se siente atraído, y visita regularmente a un psiquiatra. Pero en su hogar se ahoga, con una madre demasiado autoritaria y un padre que intenta transmitirle una alegría que en realidad no siente.

Pareciera que estamos ante un dramón del quince, y el verdadero mérito de Redford está en servirnos esta dura historia con un sorprendente equilibrio. El tema central, el duelo y la pérdida, está abordado desde una perspectiva admirable, y la película ha influido notablemente en películas que abordan esta misma temática (véase Manchester frente al mar).

Por si fuera poco, el film tiene un maravilloso reparto que encabezan unos formidables Donald Sutherland y Mary Tyler Moore. Tras una serie de papeles que rozan lo amoral como los de Casanova o Noveccento, el actor canadiense encarna en esta película la bondad personificada con la imagen de ese padre amable que intenta acercarse a su hijo por el camino equivocado. A su lado, Mary Tyler Moore deja en casa la vis cómica de la chica de la tele para transformarse en la pérfida señora Jarret, una de las madres más malvadas del cine.  Thimmoty Hutton encarna con convicción el papel del atormentado Conrad, y prueba de ello es que se ganó el Oscar como mejor secundario del año. Uno de los rivales en esa edición era Judd Hirsch que en el film da vida a su psiquiatra. Y sale Elizabeth McGovern que tuvo su momento de gloria en el cine de los ochenta.

Sin duda, fue injusto que Gente corriente ganase por KO a Toro salvaje en el año de la infamia. Pero casi es más injusto que a la película de Redford le persiga para siempre ese sambenito, y no se valore por ello como se merece. La película tiene uno de los arranques más bellos del cine con esas panorámicas del pueblo en el que vive la familia protagonista acompañadas del sonido del coro entonando el Canon del Pachelbel (adaptado para la ocasión por el gran Marvin Hamlisch), el mismo que utilizaría tan solo un año después el sabio y ronco Garci en su Volver a empezar (también aparecía en Manchester frente al mar). Sonidos que nos ayudan a reconciliarnos con una grandísima película.





Comentarios

César Bardés ha dicho que…
Sí, "Gente corriente" es una gran película. A mí no me molesta su Oscar, la verdad, pero es verdad que "Toro salvaje" lo merecía más aquel año. Está claro que Redford era un personaje mucho más integrado en el "establishment" que Marty, que ya había organizado un buen revuelo con "Taxi Driver" y, quizá, hubo algo de miedo de darle alas a un cineasta que resultaba tan agresivamente rompedor (también estoy elucubrando, no justificando). El caso es que Redford hizo una espléndida película, un dramón del quince, efectivamente. Aquel año, ambas películas fui con la compañía de mi padre. A "Toro salvaje", de hecho, fuimos toda la familia y recuerdo que, en el coche (era sesión de noche), mi padre comentó que la película era una exhibición técnica pero que era demasiado "loca". Sin embargo, cuando fuimos a "Gente corriente", fui sólo con él y salió más convencido. Dijo que Redford sabía dirigir muy bien y que la película llegaba mucho porque podía pasar en cualquier familia algo así. No digo que mi padre tuviera razón (nunca pensé que la tuviera), sólo que quizá, como espectador de aquellos años, la película de Redford estaba dirigida más al público tradicional, mientras que la de Scorsese era una pura revolución.
Lo que no son nada corrientes son estos guses.
Abrazos no ordinarios.
Anónimo ha dicho que…
Si hay algo que destila el Gus de hoy es magnificiencia.

Fijate que hablamos de un Óscar que bien podría haberse llevado otros dos grandes títulos, es impresión mía o cualquier tiempo pasado fué mejor?

De lo que no cabe duda, es que a veces es bastante difícil comprender y admitir el criterñio de la academía, véase Parásitos, en mi humulde opinión.

Y para grande, el Gus,GUSto leeros a pesar de todas las circunstancias.

Un beso a distancia.

Albanta
carpet_wally@gmail.com ha dicho que…
Cierto lo que decís ambos, "gente corriente" no es en absoluto una película mediocre e injusticias como esas hemos vivido unas cuantas (antes y sobre todo después). Pero al Cesar lo que es del Cesar (y al Bardés lo que es del Bardés). 50 años después la peli de Redford es una película más que notable, mientras que todos tenemos claro que "Toro Salvaje" es una cumbre cinematográfica. El tiempo siempre pone las cosas en su sitio. Y en algún caso, hace falta muy poco tiempo. ¿Alguien se acuerda ya de "Moonligth" salvo para hacer el chiste del error?

Pero todos lo sabemos, los Oscar están muy mediatizados, es un espectáculo y algunas veces hasta dan brillo y esplendor, pero finalmente no son infalibles. Todo lo que es votado puede terminar siendo un error, y no me refiero a Trump, ni al Brexit, ni, claro está, a Pedro Sanchez (que os conozco). Pero si expresa lo que la mayoría de la gente en cada momento siente (al final el voto, para una peli o para un político es más sentimiento que razonamiento). Por eso os compro las razones que dais para la victoria de la peli de Redford sobre el cejas.

Puede ser que Martin fuera muy revolucionario en ese momento y la academia clásica no estuviera aun preparada, también puede ser que comenzara una ola de conservadurismo y no se aceptaran tan alegremente las transgresiones. O las dos cosas. Pero es evidente que la Academia dejó fuera a Coppola y a Scorsese con películas que eran claramente superiores a las que triunfaron. Y que las películas premiadas tendrán siempre una medallita en la historia como vencedoras injustas y no serán apreciadas por su verdadero valor.

El que tiene un gran valor y si se lo reconocemos como debe es el gus de hoy...Vaya semana espectacular lleváis.

Abrazos nada corrientes

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