GUS MORNINS 5/6/18

“-. ¿Quién más lo sabía?
-. ¿Qué?
-. ¿Quién más lo sabía?
- ¿Qué quiere decir?
-. Bueno, ellos sabían dónde buscarle, y usaron su nombre para entrar.
-. ¿Está sugiriendo que delaté dónde estaba?
-. Bueno, alguien lo hizo. Y no fuimos nosotros”
                                                                 Steve McQueen y Robert Vaughn en “Bullitt”

Otra película que cumple cincuenta años. Parece que fue ayer cuando veíamos a Steve McQueen al volante de su Mustang intentando atrapar a los asesinos que se habían cargado al testigo estrella de un ambicioso Senador que quiere aparecer como un adalid contra la Mafia frente a la opinión pública. Ya no se hacen películas así y hay que reconocer que la aparición de Frank Bullitt en escena no se había visto antes (recordemos que un primo-hermano suyo, Harry Callahan, salió tres años después). El Detective Inspector Frank Bullitt era callado, muy reservado, arriesgado aunque no expeditivo en sus métodos, muy inteligente, sin miedo al escalafón y con una habilidad especial para conducir coches. Se combinaba al cine negro con el cine más puramente policíaco. Y para ello se contaba con el rey del cool, Steve McQueen, como estrella absoluta. Ya le habíamos visto haciendo malabares con una moto en La gran evasión. Ahora era el momento de ver de lo que era capaz al volante de un coche.
Allá voy con las anécdotas. Pónganse los cinturones, señores y señoras.
Dos Mustangs y dos Dodge Chargers fueron utilizados para la famosa secuencia de la persecución. Ford pagó dinero a la Warner Brothers para que se utilizara el Ford Mustang en dicha secuencia. Los coches, sí, fueron modificados para que sus derrapajes y volantazos espectaculares fueran más fáciles. Tres de los coches fueron enviados al desguace después del rodaje. El cuarto fue vendido por la Warner Brothers y, unos años después, el propio Steve McQueen intentó comprarlo, sin éxito. El coche ha estado parado durante muchos años y, recientemente este mismo año, ha salido a la luz, donde ha vuelto a ser manejado, con motivo de la Feria Internacional del Automóvil de Detroit.
En la famosa escena de la persecución a pie por el aeropuerto, se ve claramente que es el propio Steve McQueen el que se agacha al paso de un avión por encima de él. La prensa se dio cuenta de ello y le preguntaron si los productores no podrían haber buscado un muñeco para hacer la escena. McQueen sólo contestó: “Lo hicieron”.
Es muy conocida la anécdota sobre que el propio Steve McQueen condujo el Ford Mustang en la secuencia de la persecución. Llegó a ponerse de acuerdo con Peter Yates, el director, para que introdujera distintos planos lo suficientemente claros como para que se viera que realmente era él quien conducía.
Es una de las pocas películas de la historia del cine americano en la que no se construyó ni un mal decorado. Todo son localizaciones reales, rodadas en lugares reales.
Una de las cosas que no se pudo hacer fue que estaba previsto que parte de la persecución se rodara en el famoso puente del Golden Gate. La alcaldía no dio permiso para ello. Lo cierto es que la velocidad máxima que se puede ver en pantalla, acreditada por el director Peter Yates, es de 177 kilómetros por hora. Tomó tres semanas el rodaje de la secuencia para un resultado de nueve minutos y cuarenta y dos segundos.
Expertos automovilistas afirman que la persecución, en sí misma, no es muy realista porque, realmente, el Dodge Charger, aunque no lo parezca, tiene un motor más potente que el Ford Mustang GT.
Uno de los personajes en los que se fijó Steve McQueen para crear a Frank Bullitt fue el Detective Inspector Dave Toschi, el mismo que investigó los crímenes del zodíaco. Dave Toschi fue interpretado posteriormente por Mark Ruffalo en Zodiac, de David Fincher. El trabajo de McQueen fue bastante meticuloso hasta el punto que llegó a comprarse la misma ropa que usaba Toschi, que es la que luce en la película.
Según las autoridades de San Francisco, preguntadas al respecto, hoy en día sería imposible dar permiso para rodar una persecución como la que aparece en la película, con el despliegue de producción necesario para que la ciudad no se colapsara. No se podrían permitir el lujo de tener cortadas muchas calles para un rodaje de tres semanas.
Inicialmente, estaba previsto que la persecución tuviese su propio tema musical. Cuando Lalo Schifrin, el compositor del mítico tema de Bullitt, la vio, insistió en que esa secuencia no debía de tener música. E incluso ofreció una rebaja en sus servicios para que eso fuera así.
La novela original en la que se basa Bullitt se llama Testigo mudo y, en ella, se describe a Frank Bullitt como un policía mediocre, al que le gustaba mucho ponerse hasta el gorro de helados. El proyecto deambuló durante años por los estudios e, incluso, se pensó en que lo protagonizara Spencer Tracy a finales de los cincuenta. Cuando Tracy comenzó a hacer pública su enfermedad coronaria, McQueen se apresuró a comprar los derechos justo en la época en la que estaba rodando La gran evasión.
Robert Vaughn, que interpreta al ambicioso y equívoco Senador Chalmers, siempre declaró que ésta era la mejor interpretación que había hecho nunca, a pesar de que, ni mucho menos, era un papel principal.
El conductor del coche de los malos era Bill Hickman, alguien de quien nadie se acuerda a pesar de que también demuestra una gran pericia al volante. Hickman interpretó también un papel importante en French Connection, de William Friedkin (es el policía al que Popeye mata al final), y volvió a conducir un coche para una persecución en la aceptable Los implacables, de Philip D´Antoni, con Roy Scheider.
Tradicionalmente, las secuencias de acción, como persecuciones de coches o caídas y demás, son dirigidas por la segunda unidad. En este caso no es así. Peter Yates dirigió personalmente cada una de las escenas de acción que aparecen, incluida la persecución de coches.
Tanto John Woo como William Friedkin han declarado que esta es la mejor película de todos los tiempos.
La vestimenta que exhibe Bullitt durante la película ha provocado que sean prendas muy buscadas en las tiendas más exquisitas de moda en Londres. En especial la americana de tweed con coderas.
La primera opción para el papel de Cathy, la novia de Bullitt, finalmente interpretada por Jacqueline Bisset, fue Katharine Ross, que rechazó el papel porque encontró más interesante trabajar con Paul Newman y Robert Redford en Dos hombres y un destino que con Steve McQueen.
Aunque el nombre del protagonista fuese Bullitt (bala, en inglés), se tuvo mucho cuidado para que el personaje no fuera un pistolero. De hecho, sólo dispara una vez al final. Eso sí, es muy certero en su disparo.
Lo cierto es que Bullitt es una película con mucho sabor (yo no diría, como Woo y Friedkin, que es la mejor película de la historia, pero sí que es una muy buena película), entretenida, con una interpretación excepcional de Steve McQueen, un montaje espectacular (siempre se me han puesto como escarpias esa escena en la que se ve aparecer el Ford Mustang GT de Bullitt en el retrovisor de los malos) y un guión que no era nada fácil, incluso visto en tiempos como los de hoy en día en los que todo debería estar superado.
Podría poneros la secuencia de la persecución, pero prefiero dejaros con la banda sonora de Lalo Schifrin, ya mítica en la historia del cine.


Y como mosaico, como no podía ser menos, él y su coche.




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me encanta Steve McQueen. Hace mucho tiempo que no he vuelto a ver Bullit y la verdad es que leyendo todo lo que cuentas sobre ella me han entrado unas ganas enormes de volver a verla. Para mí McQueen es uno de los mejores actores que ha dado el cine. Me encanta su aire de hombre duro eternamente enfadado. Muchas veces veces me he preguntado cómo e a capaz de transmitir tanto porque casi siempre tenía el mismo gesto, pero lo conseguía. Una de mis escenas preferidas del cine es ese final de El coloso en llamas de McQueen y mi Paul sentados uno junto al otro maldiciendo esos rascacielos tan altos. Qué pareja de guapos...

Besos encandilados

low
dexterzgz ha dicho que…
Curioso lo de que las escenas de persecuciones las ruede la segunda unidad. Esta es de las mejores junto con la de "French connection". Me refiero a que son una lección de montaje, ya Griffith creo que ensayó alguna cosita al respecto. La película es una joyita, aunque sea de finales de los 60, tiene una estética que marcará el cine de los años siguientes. Y Vaughn me parece un actor muy infravalorado y aquí hace un papel estupendo.

Y McQueen, sí, muy guapo, siempre a la sombra de Newman que era mucho mejor actor (y para mí gusto también más atractivo). El domingo lo vi un trozo en "La gata sobre el tejado del zinc" y... ains que me pierdo. De McQueen me quedo con su papelón en "Un enemigo del pueblo" en el que, por cierto, sale feo.

Abrazos a toda pastilla
CARPET_WALLY ha dicho que…
McQueen-Newman...los dos encarnan a un prototipo de hombre al que muchos quisimos parecernos (con escasos resultados en mi caso), no sólo en cuanto atractivo físico sino también con esa presencia viril pero sensible tan irresistible. También quise tener la elegancia de Grant o la liviandad en los movimientos de Astaire. De los actuales, sólo Clooney me da verdadera envidia.

El caso es que guapuras aparte, Mcqueen me pareció siempre, como hablábamos de Eastwood o Wayne o Harrison Ford, una gran presencia pero que sabia actuar y muy bien. ya hemos recordado muchas veces su esencia de robaescenas en "Los siete magníficos", pero le ves en "La gran evasión" y su papel va más allá de lo habitual, lejos de ser el tipo algo huraño pero resolutivo encarna a un optimista irreductible, poco reflexivo y quizá no muy listo. Y luego está "El Yang Tse en llamas" que a mi me parece una gran película con un gran Mcqueen, nominación al oscar incluida.

En cuanto a "Bullit", poco que decir, es una película increíble y sólo por la escena de la persecución merecía el Oscar al montaje que se llevó e inauguraba un poco ese tipo de policías algo fuera de madre que luego se pusieron de moda en los 70.

Gran gus, como siempre.

Abrazos en el motel.

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