EL GUS DE ALBANTA. 15/11/2017

“Recoged las rosas mientras podáis, largos son los días de vino y rosas, de un nebuloso sueño, surge nuestro sendero. Y se pierde en otro sueño.”

(Días de vino y rosas, Blake Edwards, 1962)

Guuud mornins, cinéfilos

Hoy debería ser, según la OMS el día sin alcohol aunque estoy segura que muchos aprovecharán para echarse unos cuantos tragos al coleto. 

Muchas han sido las veces que se ha llevado el alcoholismo a la gran pantalla, algunas películas dejándonos un profundo sabor amargo como sucede con Días de vino y Rosas (1963), con una interpretación magistral de ambos protagonistas, pude revisarla hace poco tiempo y me sigue dejando esa sensación de vacío. Lee Remick no consigue salir de la espiral donde la ha empujado Jack Lemmon, su marido,  que sí logra dejar el alcohol aunque para ella no hay salvación. La película es dura y muestra a qué degradación podemos llegar, triste pero real.

En Días sin huella (1945) el maestro Willy Wilder nos propone todo un alegato en contra del alcholismo en uno de los dramas más brillantes de su llamada etapa negra, la película ganó cuatro oscar.

En “Cuando un hombre ama a una mujer” (1994), Andy García y Meg Ryan ponen a prueba su amor, su modo de vida, cuando ella caen en el abismo de la adicción, la soledad y la falta de atención hacen incluso que llegue a olvidarse de los cuidados de sus hijas pequeñas.

“Tallo de hierro” y El Borracho, ambas de 1987, “28  días (200)”, “Factótum” (2005) son otros de los títulos donde se trata también este problema tan desolador.

Sin llegar a esos extremos en los que se puede perder el norte y las riendas de nuestra propia vida no está tan mal la bebida responsable un vinito de vez en cuando puede resultar hasta saludable y, seamos sinceros, seguro que algunos nos hemos corrido más de alguna parranda..


EL MUERTO VIVO
Peret


A mi amigo Blanco Herrera le pagaron su salario
y sin pensarlo dos veces salió para malgastarlo,
una semana de juerga y perdió el conocimiento
como no volvío a su casa todos lo daban por muerto,

y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no, 
y no estaba muerto no, no, estaba tomando caña, olere lele

y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no,
y no estaba muerto no, no, chiviri, cu chiviri, chiviri

pero al cabo de unos días de haber desaparecido
encontraron uno muerto, un muerto muy parecido,
le hicieron un gran velorio, le rezaron la novena,
le perdonaron sus deudas y lo enterraron con pena

y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no, 
y no estaba muerto no, no, estaba tomando caña, olere lele

y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no,
y no estaba muerto no, no, chiviri, cu chiviri, chiviri

pero un día se apareció lleno de vida y contento,
diciéndole a todo el mundo eh! se equivocaron de muerto,
el lío que se formó esto sí que es puro cuento, 
su mujer ya no lo quiere,no quiere dormir con muertos, 

no estaba muerto estaba de parranda, (bis)

a mi amigo blanco Herrera,le pagaron su salario
su mujer ya no lo quiere, no quiere dormir con muerto
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no, 
y no estaba muerto no, no, olere lele


Como MOSAICO DE HOY, una imagen de los buenos tiempos cuando todo era posible y la nubes negras estaban lejanas.


Comentarios

INDI ha dicho que…
Interesante gus, albanta. El alcohol, tan peligroso y tan interiorizado en nuestra vida. Como todo, en la medida está la cuestión.

Y en dar ejemplo. No entiendo, por ejemplo, que en las celebraciones de los futbolistas cuando ganan algún título lo primero que digan a la cámara sea " y ahora, a emborracharse!", sabiendo que hay miles de jóvenes y niños mirándoles. Compórtate un poco en las celebraciones públicas y ya en privado haz lo que te de la gana.

Añadiría "Leaving Las Vegas" a la lista de películas, de aquellos tiempos donde Nicolas Cage era capaz de hacer una buena interpretación, con una Elisabeth Shue espectacular.

Abrazos sin alcohol
CARPET_WALLY ha dicho que…
Pues si señor, gran gus, con grandes pelis y gran tema.

El alcohol es un tema muy utilizado en el cine, el alcohol y el alcohólico. El viejo borracho de tantas películas, personaje habitual sobre todo en el western empezando por el médico de "La diligencia" hasta llegar al Dean Martin de "Rio Bravo" o el Mitchum de "El Dorado". Y es que también en el cine había cosas que redimían a los borrachos ya fuera algún amigo que lo quería bien o un buen caso judicial como a Paul Newman en "Veredicto final"o incluso una investigación detectivesca que exige mucha atención como a Jeff Bridges en "8 millones de maneras de morir".

Pero como decía Elliot-Kevin Costner-Ness en la peli de Brian de Palma lo que voy a hacer paar celebrar este gran gus es : "Tomarme una copa".

Abrazos ebrios ( de cariño, claro)
Anónimo ha dicho que…
Días de vino y risas es una peli que en su día, hace ya muchos años, tuvo una influencia importante en mi vida. Es una peli que siempre me impacta, me deja tocada y me pone un nudo en el estómago. Para mí es la mejor interpretación de Lemon y Remick. Y la banda sonora es muy bonita. El alcohol, bien tomado, es hasta sano. Como todo en esta vida hay que saber encontrar la medida justa.
Grandes pelis las que nombras, Alban.

Besos

low
César Bardés ha dicho que…
Por aquellas casualidades de la vida (o del subconsciente) andaba yo buscando película sobre la que escribir (para enviar al periódico dentro de unos días porque siempre voy con adelante) y me he puesto a mirar mi colección particular de títulos que orgullosamente lucen en el mueble del televisor (1.302 títulos en concreto) y me he topado con "Días sin huella", así que vengo de escribirlo y me encuentro con que la gran Alban dedica un gus al tema.
En cualquier caso creo que tanto "Días de vino y rosas" como "Días sin huella" son las películas definitivas sobre el tema y, desde luego, ambas son impresionantes. No se me borra de la cabeza a ese Jack Lemmon en pleno delirium tremens haciendo pura magia de la interpretación de ese ejecutivo de relaciones públicas que, más bien, bebe por su obligación laboral. Una película que, desde luego, te deja en carne viva.
En cuanto a borracheras...no he sido yo de muchas, aunque, desde luego, un vinito en las celebraciones familiares sí que cae. Lo peor es cuando mi hermano empieza a echar sin ton ni son y además mezcla, lo cual potencia los resultados, como bien sabéis.
Sin embargo, mi mayor borrachera fue hace unos cuantos años, cuando yo aún me dedicaba a la enseñanza. El hermano del dueño del colegio en el que trabajaba había fallecido y todos los profesores fuimos a la misa del funeral en la Iglesia Castrense de Madrid, al lado de Capitanía General, cerquita de la Plaza Mayor. Cuando salimos, todos los profesores decidimos a tomar algo (éramos diecisiete o dieciocho) y empezó el desfile de "camarero, esta ronda la pago yo". Fuimos de garito en garito por la Plaza Mayor y recuerdo que no me acuerdo de nada. Sé que cogí el coche para acompañar a alguien y tengo una imagen de mí mismo conduciendo por la Puerta del Sol, pero mi siguiente recuerdo ya es en casa, tumbado en el suelo del baño, con una desazón terrible intentando asimilar todo el alcohol y aliviado por el fresquito del suelo. Al día siguiente había clase y no me podía ni mover. Cuando llegué del trabajo recuerdo que en la tele ponían "Ben-Hur" y me tumbé en el sofá y no me moví en toda la película, ni siquiera quise comer o cenar. De eso hace ya veinticinco años. Fue en otra vida.
Abrazos licoreros.

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