GOOD MORNING 6-3-2019 POR ALBANTA

Tengo veintitrés años y cincuenta mil pesetas y estoy solo en el mundo. Intentaré ser un buen marido para ti y un buen padre para tus hijos. Ricky (Antonio Bandera)- Átame (Pedro Almodóvar)

Curioseando por las efemérides que es lo que hacemos, o hago, cuando no hay un tema para realizar el sagrado Gus, me encuentro con que tal día como hoy de 1999 el país vecino, uséase, Francia, decidió homenajear al manchego más universal concediéndole un César honorífico por su carrera cinematográfica. Es, sin duda, es el más laureado de la Historia del Cine Español, ya que tiene los tres grandes premios internacionales (Óscar, Globos de Oro y Bafta), además de haber triunfado en Cannes y, por supuesto, varias veces en los Goya y en los César.

Mi primera toma de contacto con el universo Almodovariano fue allá por el año 82, cuando pude ver su segunda película “Laberinto de Pasiones” en el cine Alphaville.

Decir Alphaville, además de evocar el viaje a la ciudad futurista de la película de Jean-Luc Godard, era decir "lo más marginal del cine comercial y lo más comercial del cine marginal", lo que define a la perfección lo que fue la primera etapa de Almodóvar como cineasta donde se nos presentaban historias hilarantes de ninfómanas y príncipes exóticos en busca de amor, conventos en los que no sólo es harina cuando se trata de polvo blanco, amores homosexuales apasionados y enfermizos.

 “Mujeres Al Borde De Un Ataque De Nervios” (1988) atemperó sus aristas más sexuales y creó una divertida farsa plagada de curiosos personajes. Su éxito le convirtió en uno de los directores españoles más importantes a nivel internacional, consiguiendo una nominación al Oscar como mejor película de habla no inglesa. El film llogró el Goya a la mejor película española del año.

Después se han sucedido títulos con mejor o peor aceptación, he de decir que personalmente me alejé de su cine (he sido durante muchos años fiel seguidora y no me perdía uno de sus estrenos) pero recientemente pude ver “Los abrazos rotos” (2009) y me hizo comprender por qué me gustaba, y me gusta, tanto el cine de Almodóvar.

Está próximo el estreno de su última película “Dolor y Gloria”  donde se  narra una serie de reencuentros, algunos físicos y otros recordados después de décadas, de un director de cine en su ocaso. Primeros amores, segundos amores, la madre, la mortalidad, algún actor con el que el director trabajó, los sesenta, los ochenta y la actualidad. Y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. También habla del teatro como elemento que dinamita/dinamiza el pasado y lo arrastra hasta el presente. Habla de la creación, cinematográfica y teatral, y de la imposibilidad de separar la creación de la propia vida. En fin, promete una historia Amodovariana en estado puro.

Para poner música a este pequeño homenaje y con permiso de Alberto Iglesias os dejo un bolero que forma parte de la banda sonora de la película “La ley del deseo”.

Y como MOSAICO DE HOY una imagen de su próximo estreno.