GUS MORNINS 22/5/18

“Soy un cerebro, Watson. El resto es mero apéndice”
                                                                             Sherlock Holmes
Tal día como hoy nació Sir Arthur Conan Doyle, creador del inmortal detective. En concreto, cumpliría ciento cincuenta y nueve años y me ha apetecido rendirle homenaje a través de las distintas recreaciones que el cine ha hecho de su personaje. Sólo de las más destacadas, por supuesto, porque hay más de trescientas películas que hablan, tocan o se pasean por las aventuras del investigador privado del 221 B de Baker Street en Londres.
Por supuesto, me vais a permitir dejar de lado las numerosas adaptaciones televisivas aunque tendríamos que nombrar la reciente serie Sherlock, con Benedict Cumberbatch como Holmes y Martin Freeman como Watson, o incluso la serie House, trasunto del personaje en clave médica con Hugh Laurie y Robert Sean Leonard.
No he seguido orden cronológico alguno más que el que me ha servido la memoria según me iban surgiendo títulos. Allá van unos cuantos.
No cabe duda de que el primer recuerdo va para la versión más reciente. Ahí están Robert Downey Jr. como Holmes y Jude Law como Watson en Sherlock Holmes y en su continuación Juego de sombras. En esta ocasión bien es verdad que Holmes está retratado como si fuera un aventurero amante de la acción cuando, en realidad, no es así, pero la versión, especialmente la primera, es resultona y divertida, con un sentido del humor del bueno y casi pareciéndose más al Doctor Gregory House que al propio Sherlock Holmes.

No hace mucho Ian McKellen incorporó a un Holmes con síntomas de demencia senil en Mr. Holmes tratando de recordar un caso que dejó sin resolver y que le tiene atormentado. Quizá la película no entre del todo en las películas de misterio en plan whodunit pero hay que reconocer que el trabajo de McKellen era impresionante.

Pudimos conocer al Holmes más joven bajo el rostro de Nicholas Rowe en El secreto de la pirámide, de Barry Levinson, con producción de Steven Spielberg y con la novedad de introducir, por primera vez en la historia, los dibujos de la Píxar en esa inolvidable escena en la que una cristalera de iglesia se convierte en un caballero armado. La película es estupenda, ágil, imaginativa y llena de recursos. Y aunque de Arthur Conan Doyle sólo tiene los personajes, muy bien podría haberla escrito él mismo para resolver algunos de los misterios que envolvían al propio personaje, como su aversión a las mujeres que, como ya habéis adivinado, fue porque seguía enamorado de la chica que conoció en su juventud.

El gran maestro Billy Wilder se adentró en La vida privada de Sherlock Holmes, con Robert Stephens en el papel del gran detective y un simpático Colin Blakely como Watson. Aquí vemos cómo Holmes volvía a enamorarse y se entregaba a la amargura más absoluta porque prefería la verdad al amor. Habrá que decir que el proyecto pasó por muchas vicisitudes porque estaba prevista una producción por todo lo alto, con tres casos en la misma película, con más de tres horas de duración. A Wilder le torpedearon por todos lados y se quedó en una película de una hora y cincuenta minutos, aproximadamente, un tanto desvirtuada y aún así, tiene momentos absolutamente magistrales.

Graciosa fue Sin pistas, con Michael Caine como Holmes y Ben Kingsley como Watson, pero con la particularidad de que aquí Holmes era un perfecto torpe, una mera pantalla para que nadie descubriese que el verdadero genio de la pareja era Watson. Una pequeña joya de la comedia con dos grandísimos actores.

Aunque fuera tangencialmente, Gene Wilder siguió la estela de Mel Brooks para hacer El hermano más listo de Sherlock Holmes en la que él mismo interpretó el papel de Mortimer Holmes que, en las novelas de Conan Doyle, aparece en varias ocasiones y, efectivamente, parece tener un intelecto aún superior al de Sherlock aunque sea más discreto y se venda con mayor facilidad en aras del bien político. Wilder lleva la parodia al absurdo con momentos realmente divertidos como ese en el que saca información a una testigo a través de la excitación sexual. Si no, ella no habla. Ella era Madeline Khan.

Injusto sería no mencionar las once películas que protagonizaron Basil Rathbone (quizá el más genuino Sherlock Holmes de la historia) junto a Nigel Bruce. Algunas de ellas se inscribirían directamente dentro del terreno de la serie B con un generalizado descuido a la época en la que transcurren las aventuras, situándolas en el Londres contemporáneo de los años cuarenta y olvidando su adscripción a la Inglaterra victoriana. Sin embargo, en otras eso sí se respeta, como en las dos mejores de la serie como fueron El sabueso de los Baskerville y La garra escarlata.

Claro que de las variadas versiones que se han hecho de la novela más famosa de Sherlock Holmes situada en los dominios del Conde de Baskerville, habría que destacar la que hicieron Peter Cushing como el detective y quizá el mejor Watson de todos (o, al menos, el más parecido a lo que Conan Doyle describió originalmente), André Morell en El perro de Baskerville, con producción de la Hammer. Aquí, el Holmes que encarna Cushing es quizá el más nervioso, muy inquieto, listo pero que no encuentra tiempo para la reflexión pausada a la que nos tiene acostumbrados. Aún así, la película es estupenda.

Uno de los mejores y más desconocidos títulos del personaje es Asesinato por decreto, dirigida por Bob Clark (que años más tarde saltaría a la fama por dirigir Porky´s). Christopher Plummer compuso un Holmes muy acertado y aún mejor fue el Watson de James Mason aunque, quizá, algo pasado de edad. Lo cierto es que la película ahonda en los crímenes de Jack el Destripador con acierto y, con toques de humor, hace que la película sea de las mejores que se han hecho nunca sobre el personaje.

Diferente fue Elemental, Doctor Freud, de Herbert Ross, con Nicol Williamson como Holmes y Robert Duvall como Watson. Aquí se trata de retratar la adicción a las drogas del detective y cómo su fiel amigo decide engañarlo por pura amistad para llevarlo a la consulta del doctor Sigmund Freud en Viena, interpretado por Alan Arkin, haciéndole creer que sigue las pistas de un caso cuando no existe tal. Ni que decir tiene que, cuando llegan a Viena, sí que comienza el misterio al que tienen que hacer frente en plena crisis de abstinencia por parte de Holmes.


Una película curiosa fue El detective y la doctora, de Anthony Harvey. Ambientada en los años setenta, se trata del caso de un enfermo que se cree que es Sherlock Holmes y es tratado por una doctora que, por aquellas cosas de la vida, se apellida Watson. El caso es que la locura del paciente existe pero, no por ello, deja de tener la inteligencia propia del detective y se meten de lleno en un caso misterioso. Él era George C. Scott y ella, Joanne Woodward.

Otra de las aventuras de Holmes que se ocupaban del caso de Jack el Destripador fue Estudio de terror, notable película con John Neville como Holmes y Donald Houston como Watson. Resulta sorprendente hallar por aquí en un papel secundario a una jovencísima Judi Dench mientras el detective trata de identificar la auténtica identidad del asesino en serie mientras localiza al hijo de un afamado político que iba para médico brillante hasta que desapareció misteriosamente en los bajos fondos londinenses.

La figura de Sherlock Holmes ha sido tratada por todas las cinematografías del mundo. Hay versiones polacas, japonesas, rusas, incluso hay un Sherlock Holmes negro y hasta Tom y Jerry incorporaron a los personajes. No podía faltar España con José Luis Garci que realizó un intento en Holmes y Watson: Madrid days, con Gary Piquer como Holmes (un actor muy malo) y José Luis García Pérez como Watson (un actor muy bueno). La idea no era despreciable, en realidad. Un caso les traía a Madrid y, con ellos, colaboraba nada más y nada menos que don Benito Pérez Galdós. Sin embargo, yo creo que Garci se perdió en el retrato del costumbrismo madrileño que tanto podía chocar a un personaje como Holmes y el misterio, en realidad, acabó importándole menos que a Robert Altman en Gosford Park. Tuve ocasión de seguir más o menos de cerca los cotilleos alrededor de esta película y sé que Garci tuvo muchas dificultades para sacarla adelante. Quiso rodar en Londres, pero el presupuesto se le disparó y optó por el Parque de El Capricho de Madrid para suplantar la urbe inglesa. Quiso actores británicos para incorporar a los personajes principales, pero, aunque era posible contar con ellos, había que pagar una barbaridad al sindicato de actores británico por su utilización fuera de sus fronteras, hubo cambios en el casting de última hora, actores quejándose de lo poquito que ofrecía Garci para un proyecto que, se supone, era de mucho prestigio…Hay momentos de buen cine, pero se queda corta, hay que reconocerlo.

Como vídeo os dejo la versión más abreviada que he podido encontrar del Concierto para violín y orquesta de Miklos Rozsa que sonaba como tema principal de La vida principal de Sherlock Holmes y que fue estrenada en España por mi querida amiga Mariana Todorova, a la que algunos conocéis de la presentación de mi libro Compás de ceniza, violín concertino de la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión Española bajo la dirección de Carlos Kalmar. Por supuesto y muy acertadamente, Wilder hace que esta música sea la que Holmes toque cuando tiene que pensar. En algunos momentos, puede parecer un poco asonante, pero aparte de todo ello, la melodía es maravillosa, muy descriptiva de la tormenta interior que asolaba a ese detective genial, intérprete notable de violín, drogadicto y misógino por puro desengaño amoroso. Espero que lo disfrutéis.



Y como mosaico, dejemos que sean Plummer y Mason los elegidos. Parecen los originales Holmes y Watson.


Comentarios

dexterzgz ha dicho que…
He de reconocer que no he visto todas las películas que nombras, pero sí muchas (me encanta la de Wilder, hay que ver la de actorazos que han interpretado a la pareja detectivesca, la de Garci apetece no sé porqué). Y es cierto que el mito de Holmes y Watson ha dado mucho de sí, y lo que dará. Y ya no me ciño a las adaptaciones más o menos ortodoxas entre las cuales podríamos también incluir la fantasía de "Shrerlock Gnomes" que ahora se exhibe en cartelera. Me refiero también a las más heterodoxas, entre las que sin duda ocupa la primera posición "El nombre de la rosa" con el tandem Holmes - Watson remedado en el dúo Guillermo - Adso. Claro que la sombra de Holmes es alargada y se ve en todos los detectives que necesitan su ayudante. ¿No podríamos ver otro remedo del dúo Holmes Watson en ese otro que forman Woody y Scarlett en la tronchante "Scoop"? ¿Francela no podría ser el Watson del Holmes Darín en "El secreto de sus ojos"?.

Ay, que me voy por los cerros de Úbeda.

Abrazos elementales, querido Bardés
CARPET_WALLY ha dicho que…
Pues el repaso es muy bueno y muy certero. Así, a ojo, no se me ocurre ninguna ampliación que merezca la pena. Si acaso mencionaría entre las aportaciones televisivas la serie "Elementary" que trae a nuestros días al famoso detective que trabaja en Nueva York como asesor de la policía, lo interpreta un nervioso Jonny Lee Miller y Watson es, nada menos, que su terapeuta para superar su adicción a la heroína interpretada por Lucy Liu, y que se acerca al propio Holmes en inteligencia y capacidad deductiva. Es una serie muy relajante, con capítulos autoconclusivos aunque tenga una subtrama general que es innecesario seguir para disfrutar de cada capítulo. Para mi es mano de santo cuando estoy a punto de acostarme, me relaja y tranquiliza de los agobios diarios.

Curioso lo que plantea Dex de los ayudantes, diría a bote pronto (lo mismo me equivoco) que la tradición norteamericana detectivesca suele prescindir del acompañante, el detective está solo en la solución del misterio (o temporalmente acompañado por un personaje de la propia trama), mientras que los ingleses suelen contar con un compañero más o menos fijo a quien van haciendo las confidencias para que los lectores o espectadores compartamos los descubrimientos, incluso el célebre Poirot utilizaba no pocas veces al capitán Hastings o al amigo que le pedía que intercediera para la resolución del misterio como ocurre en "Asesinato en el Orient Express"

Y ahora me acaba de venir a la cabeza, pensando en los gnomos que decía Dex, que Walt Disney ya exploró el filón de Holmes en "Basil, el ratón superdetective". En realidad era Basil, el detective ratón de la calle Baker acompañado por el dr. Dawson y se enfrentaban al profesor Rátigan.

En fin, gran repaso de otro mito y van dos en lo que va de semana, ¿que nos deparará mañana?

Abrazos con lupa.

Entradas populares de este blog

Guuud mornins, 14/05/13

Gus de media mañana y un ratito (6/05/2013) - DJ suplente.

EL CINE EN CIEN PELÍCULAS (XLVIII)