Gus mornins, 11/06/20
La lucha contra el racismo ha
sido no solo mi carrera, ha sido mi vida
(Sidney Poitier)
Guuuus
mornins, cinéfilos.
La
verdad es que si antes hablamos de Hattie McDaniel y de su hazaña que abrió
camino en el mundo de Hollywood a los actores negros antes estalla la polémica.
Y hoy tenemos que volver a referirnos a Lo que el viento se llevó,
película que ha sido retirada de la programación de la plataforma HBO Max por
una sinrazón, porque “romantiza los
horrores de la esclavitud”. Esas comillas
están sacadas de un artículo en el New York Times de John Ridley que instaba a
la plataforma a hacer lo que ahora va a hacer. Da la casualidad de que Ridley
es guionista y productor de 12 años de esclavitud, que no romantizaría
los horrores de la esclavitud pero era un peñazo de peli. Bueno, pues el fulano
tiene un Oscar. Junto a lo que El viento se llevó, HBO ha borrado de su parrilla un par de series más esgrimiendo argumentos parecidos.
Todo
viene de lejos, de cuando se nos puso a todos la piel muy fina y poco menos que
se nos obligó a sustituir el término “negro”por
“afroamericano”
para definir a los estadounidenses de piel oscura. O por el más absurdo “persona
de color” (sin especificar de qué color).
Que yo sepa el adjetivo “negro”
(no negrata ni nada parecido) es ya de por sí bastante definitorio y no hace
falta ir adornándolo ni andar con subterfugios. Todo depende de la intención
desde luego, y es cuestión de contextualizar.
Aquí
lo que se contextualizan son las protestas que se están llevando a cabo en
Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd, Y una cosa es que esa
muerte se haya producido en las circunstancias más crueles y deleznables y otra
cosa es que ahora se nos vaya a todos de repente el oremus.
Todo
viene de lejos, sí, y coincide con ese empobrecimiento cultural al que tratan
de someternos por todas partes, la banalización de la sociedad que venimos
presenciando desde hace tiempo. A mí que una plataforma digital suprima por
decreto ley la emisión de la película de Fleming no me pilla de sorpresa. Pero
si le quitamos a los jóvenes el privilegio de ver películas como esta, El
cantor de Jazz, o El nacimiento de una nación les quitamos también la
capacidad de pensar y de profundizar en el contexto en el que fueron creadas.
HBO o Netfilix – que en España paga impuestos por el equivalente a 26
suscripciones- no son más que la punta del iceberg. Es como si a la vez que se prohíben
la apología del nazismo proponen borrar todas las copias de El triunfo de la
voluntad de Lennie Riefenstahl. La causa y su consecuencia siempre dependen del contexto en que apliquemos una y otra.
En
fin, ya veis que la cosa da para mucho, y es algo triste, pero subyace una
cuestión en el fondo que no me preocupa menos. Si el cine agoniza, vamos a
rematarlo entre todos. Si ya lo digo, muy triste.
Ya
que estamos, nos vamos a despedir hoy con una mulata que nos puso a bailar a
todos allá por el 95. Nos la presentó Pau Donés, el chico de la eterna sonrisa
que se borró para siempre el martes pasado. Era demasiado joven, se fue
demasiado pronto y se fue sin darle un beso a su flaca. Besos, muchos besos
necesitamos para estos duros tiempos.
Comentarios
Abrazos enfadados.