Gus mornins, 14/05/20


No me lo va usted a creer, pero la primera vez que la vi me dije: mi prima Viridiana terminará jugando al tute conmigo.

(Viridiana, Luis Buñuel, 1961)

Guuud mornins, cinéfilos

Ya nos decía ayer el sabio Bardés que la irrupción en escena de los chicos de Cahiers du Cinema, con François a la cabeza, había revolucionado la historia del festival de Cannes (además de la del cine que ciertamente no es poco).  Solo un año de serle negada la acreditación como periodista en el certamen, por díscolo, el propio Truffaut conseguía su codiciado premio como mejor director por su opera prima. Cannes ya había dado muestras entonces de ser un festival vanguardista y pionero y se atrevió a premiar el primer documental, la pieza El mundo del silencio, codirigida mano a mano por el comandante Cousteau y Louis Malle. Pero el festival podía ser imprevisible dictando sentencia, como en 1956, en favor de un western norteamericano, La gran prueba, por encima de propuestas más de autor como Un condenado a muerte se ha escapado de Bresson, El séptimo sello de Bergman o Las noches de Cabiria de Fellini.

Los franceses comienzan precisamente los sesenta premiando a Fellini y a su polémica La dolce vita. Antonioni conquista con La aventura el Premio del Jurado, completando así el pleno del cine italiano y de películas que le chiflan a C.B. La polémica sigue al año siguiente cuando la Palma de Oro es para Viridiana, el único film español en ganar Cannes. Hay toda una historia en torno al rodaje, la presencia en el festival y la posterior distribución del film, condenado por el Vaticano y que no se pudo ver en nuestro país hasta entrada la Transición. El régimen acogió la vuelta de don Luis a nuestro cine y quiso que se viera en ella un acto de reconciliación por aquel entonces en los que con la entrada en la ONU había que guardar las formas. Pero los censores no se despegaban del director ni a sol ni a sombra hasta el punto de que parecían ya hasta miembros del equipo, y el calandino tuvo que vérselas para presentar el montaje final. Ahora que estamos en el año Galdós hay que recordar que la película se basa en una obra del escritor canario, Halma, continuación de Nazarín, llevada también a la pantalla por Buñuel en su anterior etapa mejicana.
Se da la circunstancia de que una década antes el director español había recibido el premio de Cannes al mejor director por la mejicana Los olvidados. Y de que esta vez debió compartir su Palma de Oro con Una larga ausencia, un correcto drama francés dirigido por Henri Colpi y protagonizado por Alida Valli.

Desde ese momento, Cannes comienza a consolidar su fama y su compromiso con las propuestas más in del momento, mirando hacia otras cinematografías y movimientos rompedores de la época, y premia al nuovo cinema brasileño con El pagador de promesas (1962), parábola religiosa con ecos precisamente buñuelianos. En los años sucesivos, también resultará premiado el free cinema con El Knack y como conseguirlo ((1965) o Blow up (1967), la aventura inglesa de Antonioni. Posteriormente también se alzará con la Palma If (1969). Jacques Demy es el primer director de la nouvelle vague en llevarse la Palma con la entrañable Los Paraguas de Cherburgo (1964).

Pero Cannes se pone clásico cuando hay que ponerse y recompensa así El gatopardo (1963). En 1966, el festival reparte sonrisas y lágrimas concediendo ex aqueo la Palma al drama francés Un hombre y una mujer y a la comedia italiana de episodios Señoras y señores.

Evidentemente, son muchos los llamados y pocos los elegidos. Por Cannes pasaron títulos que hoy son historia del cine, y que sin embargo se marcharon de La Croisette de vacío o casi. Ahí van unos cuantos: El manantial de la doncella, La balada del soldado, La evasión, El ingenuo salvaje, Los pájaros, Matar a un ruiseñor, Qué fue de Baby Jane, El más allá, La tienda en la calle Mayor, Alfie, Doctor Zhivago, Campanadas a medianoche, Mouchette, Mi noche con Maud, Z, Easy Ryder

En el capítulo de las interpretaciones, solo Sophia Loren (Dos mujeres) redondeó su premio en Cannes con un Oscar. Otra gran protagonista de Cannes en esa época fue Vanessa Readgrave que se llevó dos premios (Morgan, un caso clínico e Isadora) Samanta Egar y Katharine Hepburn compartieron sus premios con sus compañeros masculinos de reparto; la primera con Terence Stamp en El coleccionista, la segunda con todo el elenco de Largo viaje hacia la noche compuesto por Dean Stockwell, Jason Robards y Ralph Richardson. Anne Brancfort se hizo con el premio por Nunca estoy sola, un año después de ganar el Oscar por El milagro de Anna Sullivan.

En fin, premios, películas, cine. Mañana los setenta: Coppola, Saura, Scorsese, yo que vosotros no me lo perdería, forasteros.





Comentarios

César Bardés ha dicho que…
Excelente repaso para conocer un poco la historia del Festival de Cannes. No hay mucho más que añadir, salvo que, evidentemente, y al ser unos premios que dependen del jurado que se nombre ese año, pues los resultados no son siempre los más lógicos, ni siquiera los más esperados. Y eso, al fin y al cabo, es lo que añade un poco más de salsa al evento, porque la prensa y los aficionados pueden ver una vencedora indiscutible y el jurado salir por peteneras (hay en juego todo un entramado de intereses, patriotismos, amistades, políticas y convencimientos).
Muy interesante este guscanneano.
Abrazos con palmas.

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