Gus mornins, 18/05/20



Milana, milana bonita.
(Los santos inocentes, Mario Camus, 1984)

Guuud mornins, cinéfilos

Si por algo los españoles recordamos con especial cariño la década de los ochenta en el Festival de Cannes es por la película en la que se oye esta frase que hemos puesto al principio. Los santos inocentes procuró para nuestro país un histórico doblete en la categoría de interpretación masculina con Paco Rabal y Alfredo Landa compartiendo el premio. El éxito podría haber sido aún mayor si el ex aequo se hubiese ampliado a un tercero, Juan Diego, cuyo trabajo es también descomunal. Aunque todavía hay más, y es que durante todo el festival circuló el run run de que la cinta de Camus se llevaba el premio gordo. Finalmente, este fue a parar a Wim Wenders y a Paris Texas en una edición en la que la mejor actriz fue la fantástica Helen Mirren por su aparición en Cal, conocida fundamentalmente por la banda sonora de Mark Knofler.

Pero no adelantemos acontecimientos en este somero repaso que estamos haciendo estos días a las últimas décadas del evento cinematográfico más importante del mundo. Si Cannes se cerraba en los 70 con un ex aqueo (Apocalypse Now y El tambor de hojalata) se abría en el siguiente decenio con otro reparto de Palma de Oro. La gloria fue esta vez para Bob Fosse y su All that jazz y para el maestro Kurosawa con Kagemusa. La sombra del guerrero. Michel Piccoli y Anouk Aimée se llevaron los premios de interpretación por la italiana Salto al vacío de Marco Belloccio. Y así transcurrió un festival en el que también entre otras cosas Andrei Tarkovsky presentaba fuera de concurso Stalker.

Un año más tarde el triunfo fue para la polaca El hombre de hierro, secuela de El hombre de mármol de Andrej Wajda. Había pasado un año desde la legalización del sindicato Solidaridad, proceso que convirtió en hombre fuerte a Lech Walesa, y el premio a Wajda se interpretó como un premio político. En esa edición se presentaban a concurso entre otras Carros de fuego, que más tarde se haría con el Oscar, o La puerta del cielo, uno de los mayores fiascos financieros de la historia de Hollywood.

Otro ex aequo en 1982 para la turca El camino y la norteamericana Missing del franco griego Costa Gavras. Por su trabajo en este último film, Jack Lemmon conquistaba su segundo premio de interpretación en Cannes, tres años después del de El síndrome de China. Hay que reconocer que estamos ante uno de los grandes papeles del tito Jack, muy alejado de sus habituales roles de comedia. Missing le llevó a las puertas del Oscar.

Dos años después del triunfo de Kurosawa, Japón repetía Palma con La balada del Narayama de Shoei Imamura, poético remake de un film nipón de 1958. En la competición figura El sur de Víctor Erice que se estrena con polémica debido a la tensión entre el director y los productores (de esto habría que hacer algún día un gus). 1985 es el año de la primera Palma de Emir Kusturica aún bajo bandera yugoslava con Papá está en viaje de negocios, y William Hurt se lleva el premio al mejor actor con El beso de la mujer araña con el que más tarde también triunfa en Hollywood. El premio de interpretación femenina lo comparte esta vez la argentina Norma Aleandro por La historia oficial y Cher por Máscara de Peter Bogdanovich.

La misión, del antiguo operador de fotografía Roland Joffé, conquista la palma de Oro en 1986, un año de lujo en Cannes. Scorsese gana el premio al mejor director con After hours (una vez más me niego a poner el título en castellano de la película que al menos alguien supo reconocer) y Sacrificio, el testamento cinematográfico de Tarkovsky logra el premio del Jurado. Bob Hopkins (Mona Lisa) y Michael Blanc (Traje de etiqueta) son los mejores actores, y Barbara Sukowa (Rosa Luxemburgo) la mejor actriz.


Como ya adelantaba el otro día nuestro C.B, la olvidada Bajo el sol de Satán es la Palma de Oro de 1987. Es el primer triunfo francés después de veintiún años (si excluimos Crónica de los años del fuego, coproducida con Argelia), y parece que ya tocaba. La cinta no tuvo nada que hacer en los César de ese año donde sería doblegada por Adiós muchachos). El palmarés de 1987 lo completaron Win Wenders, mejor director por El cielo sobre Berlín, Barbra Hershey, mejor actriz por Vidas distantes, y Marcello, mejor actor por Ojos negros. Ya las cintas de Wenders o Mikhalkov le dan sopas con honda a la ganadora.

El prestigio vuelve a Cannes en 1988 con la Palma de Oro para Pelle, el conquistador, una obra maestra que repetirá triunfo en los Oscars. Max von Sydow no puede ganar el premio al mejor actor, porque ahí está Forrest Withaker para arrebatárselo por su asombrosa interpretación de Charlie Parker en el Bird de Clint Eastwood. Barbra Hershey repite por segundo año consecutivo como mejor actriz, esta vez junto a sus compañeras de Un mundo aparte.

Llegamos así a 1989 que ve nacer en Cannes a un nuevo talento cinematográfico. Steven Soderbergh sorprende y se lleva la Palma con Sexo, mentiras y cintas de video (además del premio al Mejor Actor para James Spader). Después Steven ha demostrado ser un tipo todoterreno que lo mismo te vale para un roto (un taquillazo tipo Ocean´s) que para un descosido (cosas tan rarunas como Bubble o Indomable) y ahora está en boca de todos gracias a Contagio, una película que parece tener en estos tiempos una segunda vida. El film de Steven pasa por encima de Cinema paradiso (premio del Jurado), El  tiempo de los gitanos (Kusturica, mejor director), o Un grito en la oscuridad (Meryl Streep no solo gana Oscars).

Sabores, sinsabores, justicias, injusticias, el cine y los festivales son así. No con una palma sino con un palmo (de narices) se fueron en los ochenta cosas como Bienvenido Mr Chance, Uno rojo, división de choque, Forajidos de leyenda, Quartet, La historia de un hombre ridículo, La puerta del cielo, La noche de Varennes, Carmen, El Sur, El dinero, Feliz Navidad, Mr Lawrence, El rey de la comedia, El año que vivimos peligrosamente, Bajo el volcán, Detective, El jinete pálido, Bajo el peso de la ley, La familia, El zoo de cristal, El vientre del arquitecto, El rey de los niños, Navigator: Una odisea en el tiempo, Hanussen (El adivino), Haz lo que debas, Mistery train, Rosalie va de compras, Monsieur Hire

En fin, que no se puede ganar siempre. Mañana seguro que ganamos todos, porque estará aquí C.B con una nueva lección de cine. El miércoles nos metemos en el Cannes de los noventa you never can´t tell.





Comentarios

César Bardés ha dicho que…
Es por ello que los ganadores no siempre son los mejores (en los Oscars también pasa y, hasta que cambiaron el sistema de votación, era más "democrático").Demasiados intereses creados a la hora de votar cuál es la mejor película del Festival. De todas formas,has conseguido revivir unos cuantos recuerdos con todo lo que cuentas. De alguna manera, nosotros también estábamos allí.
Abrazos caninos.

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