Gus mornins, 22/05/20


-Veo que sólo obtuvo 12 puntos, señor. Necesita 15 para que le den un subsidio.
-Ah... puntos, ¿así se manejan?
-Lo siento señor, pero según nuestra profesional de la salud, usted está apto para trabajar.
-¿Así que ella sabe más que mi médico, mi cirujano, y el equipo de Fisioterapia? Bien... yo quiero apelar.
-Perfecto. Pero primero debe solicitar una reconsideración obligatoria.
-¿Y eso qué demonios significa?

(Yo Daniel Blake, Ken Loach, 2018)

Guuud mornins, cinéfilos

Llegamos hoy al final de este breve y sucinto repaso a la historia del Festival de Cannes que mañana tendría que haber cerrado las puertas de su edición de 2020. Parece que en los últimos tiempos también un extraño virus está atacando al certamen francés que si bien no ha perdido del todo su esencia sí se está convirtiendo en un club selecto al que cada vez es más difícil entrar. Ya hay directores que planifican el estreno de sus películas en función de su estreno en la alfombra roja del Palais. Autores como los Dardenne, Assayas, Almodóvar, Leigh, Loach, Sorrentino, Jarmusch, Kore-eda, Audiard,  Muchos de los mentados tienen ya una Palma e incluso dos. Y cada año los jurados cambian pero se confirma la tendencia por agasajar un determinado tipo de cine. En este sentido, Cannes ya está viendo como Venecia se le está comiendo la tostada premiando películas de otro corte (La forma del agua, Roma o Joker son las últimas vencedoras) y organizando premières mundiales de films como Gravity, Birdman o La,la,land.

Cannes comienza el último decenio dándose un baño de exotismo y premiando a la tailandesa Tio Boonme recuerda vidas pasadas del impronunciable Apichatpong Weerasethakul (solo para no tener que volver a escribir su nombre merecería que no ganara nunca nada más). Juliette Binoche consigue el premio a la mejor actriz por Copia certificada del iraní Kiarostami, y emociona con sus palabras y sus lágrimas en la presentación de un manifiesto en el que varios cineastas internacionales claman por la libertad de otro iraní, Jafar Panahi, que por entonces acaba de ser encarcelado por el régimen de su país.

En 2011, Malick se lleva el premio gordo por El árbol de la vida, pero el gran protagonista de la edición es Lars Von Trier que se suelta con aquella apología del nazismo por el que el festival le declara persona non grata. Luego se retractara, porque no se puede permitir el lujo de perder a uno de sus hijos predilectos que además dirá que cuando dijo lo que dijo llevaba unas copas de más y tal. Con todo, la película que presenta ese año en competición el danés no se va de vacío y Kristen Dunts consigue el premio a la mejor actriz por Melancholia.

Michael Haneke repite Palma al año siguiente con la estremecedora Amour, que después será finalista en los Oscars. Pero ni Jean Louis Tringtinant ni Enmanuelle Riva ganan los premios de interpretación en favor del danés Mad Mikelsen y la rumana Cosmina Stratan. El cine local gana en 2013 con La vida de Adele, saludada por algún crítico como la más grande película de amor de todos los tiempos, lo cual es bastante temerario hablando de un arte que ya rebasa el siglo en algunos años. La cinta es recordada por sus explícitas imágenes de sexo lésbico y por la tensa relación que mantuvieron durante el rodaje el director, el franco tunecino Abdelatif Kettiche con sus dos actrices protagonistas.

Sueño de invierno del turco Nure Bilge Ceylan conquista la Palma en 2014, un año en el que estalla el fenómeno #me too y las actrices presentes en el festival firman un manifiesto que subraya la importancia de la mujer en el cine.  Le sucede en el palmarés Jacques Audiard que seduce al jurado con Dhepan, hoy considerada una obra menor en su filmografía, un peldaño por debajo de títulos como Un profeta o Los hermanos Sisters.

Ken Loach se hace en 2016 con su segundo galardón en La Croisette por Yo, Daniel Blake, una corrosiva crítica contra la burocracia como uno de los mayores obstáculos en la vida del ciudadano corriente que se ceba de manera especial en los más desfavorecidos. A Loach le sucede en el palmarés el sueco Ruben Ostünd, que ya había llamado la atención de los críticos con Fuerza mayor y ahora se lleva la Palma de Oro con The square, una sátira sobre la vida moderna en general y el snobismo en el arte en particular.

En los dos últimos años, Cannes ha mirado a Oriente premiando en primer lugar al japonés Hirokatzu Kore-eda, uno de sus habituales, por su maravillosa y reveladora Un asunto de familia. Y en la edición del año pasado, Parásitos de Bong Jon Hoo que, por cierto, no sé si os suena, acaba de ganar 4 Oscars hace unos meses.

En cuanto al cine español, la década se abre y se cierra con sendos galardones patrios en el apartado de interpretación masculina. Javier Bardém ganaba en 2010 por la mexicana Beautiful, y Antonio Banderas en 2019 por Dolor y gloria. Grandes actores se han llevado el premio en estos últimos diez años: Jean Dujardin, Mad Mikkelsen, Bruce Dern, Thimothy Spall o Joaquin Phoenix. Con respecto a ellas, pues miren, Juliette Binoche, Kirsten Dunts, Berenice Bejo, Julianne Moore o Diane Kruger.

Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos. He aquí algunos films que merecieron mayor suerte en el Cannes de la última década, y que, en el mejor de los casos, se llevaron alguna pedrea: Another year, Poesía, La piel que habito, Un lugar donde quedarse, Tenemos que hablar de Kevin, Drive, Nebraska, A propósito de Llewin Davis, La gran belleza, La Venus de las pieles, Viaje a Sils María, Deuda de honor, Relatos salvajes, Macbeth, Nuestra hermana pequeña, Más allá de las montañas, Sicario,Paterson, American Honey, Julieta, Doña Clara, Loving, Elle, El traidor, Érase una vez en Hollywood

Solo el tiempo dirá si estos títulos, aún recientes todos ellos, superan la prueba del nueve, permanecen en nuestra memoria al cabo de los años o se pierden como lágrimas en la lluvia. Ahora es cuando me pierdo como una lágrima en la lluvia  y me despido hasta el próximo lunes. Le debemos un homenaje a Michael Piccoli. Con mucha melancolía.





Comentarios

César Bardés ha dicho que…
A propósito de Ken Loach...
Sigo diciendo, y proclamo a los cuatro vientos, que su mejor película y muy de largo, es "Agenda oculta". Yo comprendo a los amantes del neorrealismo urbano (en el caso de Loach, muy deudor del "free cinema") que se pirran con él, pero, lo siento mucho, a mí es un señor que no me llega. Le he dado las suficientes oportunidades como para que consiga embaucarme, pero no lo consigue. También comprendo que quiera dar una imagen de los más desfavorecidos (aunque le ha tocado vivir y crecer profesionalmente en la parte rica del mundo) y que hay que mirar hacia ellos y tal. ¿Qué es lo que me molesta de este señor? Lo primero de todo es que parte de situaciones más tópicas que mi camiseta. No hay nada nuevo bajo el sol. Pongamos que eso se le perdona (al fin y al cabo, se lo perdonamos,por ejemplo,al Stephen Frears de "Café Irlandés" o "The van"), pero es que es muy insistente. Mucho. Llega a ser bastante cargante. Una de sus perlas es cuando hizo aquella parte suya del 11/09/01, en la que, en lugar de urdir una historia alrededor del mayor atentado terrorista de la Historia (con mayúscula), el tipo va y dice que sí,que fue muy grave, pero que fue mucho más grave que el 11 de Septiembre del 73 ocurrió el golpe de estado de Salvador Allende que otorgó el poder a Pinochet. Sin quitar importancia al mismo, y a la injusticia democrática y todo eso...no me mezcles churras con merinas, porque si lo haces, podrías decir, por ejemplo, que el 11 de septiembre de 1898 un anarquista apuñaló a Sissi, y eso propició que se aceleraran los acontecimientos hasta que en 1914 se declaró la Primera Guerra Mundial. Es hacer trampa, y hacerla mal y riéndote en la cara.
Bueno, ya lo he dicho. Ahora cada cual que piense lo que quiera.
Abrazos lloviendo piedras.

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