Gus mornins, 6-5-20
Puedo
ser un cabrón, ¡¡¡ pero no un puto cabrón ¡¡¡
Abierto hasta
el amanecer (Robert Rodríguez, 1995)
Guuus
mornins, cinéfilos
Parece
que esta semana la cosa va de galanes. Y no lo digo por el encanto natural que
desprendemos tanto Mr Bardés como un servidor, que también. Pero si ayer el
pedantón nos sorprendía con un magnífico y completo post sobre la figura de
Tyrone Power, hoy en el gus celebramos el cumpleaños de otro de los guapos
oficiales en esta ocasión del Hollwooyd actual. Amiguitos, amiguitas, hoy
George Clooney nos llega a los cincuenta y nueve.
Y
yo creo que George es uno de esos actores de los que ya no quedan. Ya quedan
lejanos los tiempos del star system pero si tal cosa sigue existiendo en el
Hollywood de hoy uno de sus grandes representantes es el chico de los
Nexpressos. Miembro de esa raza de intérpretes guapos aunque sobradamente
comprometidos que dan el tipo tanto delante como detrás de las cámaras como en
su día fueron Paul Newman, Robert Redford o Sidney Poitier. Aunque a mí lo de
George casándose con su Amal y tirando la casa por la ventana en su boda
veneciana, qué queréis que os diga, me descolocó un poco.
El
caso es que George nació tal día como hoy, el mismo en el que por cierto
soplaba también las velitas Orson Welles, en Lexington, Kentucky. Su padre era
un conocido presentador de televisión y su madre, concejal de la ciudad, había
sido reina de la belleza en sus años mozos. Su tía era la cantante Roosemary
Clooney casada con el actor José Ferrer, pero no acaban ahí los antecedentes
ilustres de George, al parecer descendiente lejano del mismísimo Abraham
Lincoln. Siguiendo los pasos de su padre, el actor estudió periodismo, pero,
por esas cosas de Dios, acabó en el mundo del espectáculo.
George
debutó como secundario con 17 añitos en la serie Centenial, e incluso
secundó a la señorita Fletcher en un capítulo de Se ha escrito un crimen.
Pero su trampolín al éxito fue en la serie Urgencias en la que estuvo seis
temporadas. En paralelo le llegaron sus primeros papeles para el cine al lado
de estrellas como Nicole Kidman (El pacificador) o Michelle Pfeiffer (Un
día inolvidable).
Y
a partir de ahí una carrera imparable en la gran pantalla en la que también
cabe encontrar algún borrón notable como la desastrosa Batman y Robin de
la que se avergüenza y con razón. O El retorno de los tomates asesinos,
que ya el título lo dice todo. Con el tiempo se hace amiguete del tándem
Rodríguez – Tarantino (Abierto hasta el amanecer), los Coen (saldrá en O
brother, Crueldad intolerable y Ave César) y de Steven Soderbergh para
quien actúa en varias películas. Con este último se asocia como productor,
faceta en la que también ha cosechado numerosos éxitos a lo largo de su carrera.
El más sonado el Oscar a Mejor Película conquistado con Argo.
Con
Soderberh levanta la saga Ocean, una de las más exitosas de la actual centuria,
remedo de aquel viejo rat pack que formaban Sinatra, Dean y Davis Junior y que
ahora forma el propio Clooney con Mat Dammon y Brad Pit. La serie ha tenido tal
impacto que a menudo George ha bromeado diciendo que si se arruinase alguna vez
le bastaría con llamar a todo el mundo y hacer Ocean´s 14.
Clooney
ha triunfado también como guionista y director. En ambas lides debutó con la
estimable Confesiones de una mente peligrosa a la que siguió Buenas
noches y buena suerte. Para quien suscribe es sin duda su mejor película,
ambientada en los tiempos de la caza de brujas mccartysta y en el mundo de la
televisión (la presentó como un homenaje a su padre). El film data de 2005, el
mismo año en el que consiguió el Oscar como Mejor Actor Secundario por su
trabajo en Syrinana. No es en absoluto su mejor papel y sobre todo quién
se acuerda hoy de esa película; Yo desde luego lo prefiero en Michael
Clayton Up in the air, Los descendientes o Los idus de marzo por las que
también estuvo nominado.
Hace
tiempo que no tenemos mucha noticia de George. Sabemos que tenía a punto su
última película Good Morning Mignigth, ambientada en un futuro
postapocalíptico (con la que está cayendo no se si será muy adecuado). Será su séptima
película tras las irregulares Suburbicon y Monument´s men. Y mientras, ahí
le tenemos celebrando su cincuenta y nueve cumpleaños con la Amal de sus
amores. Japi berdei, George, me sumo a la fiesta, yo pongo los Nexpressos.
Comentarios
Pues si, como el inolvidable Grant (Cary, no Hugh), lo que aporta el bueno de George es una naturalidad elegante que le hace irresistible. Expresivo hasta decir basta y con una de esas sonrisas que son como la mirada de los gatitos, imposible no sentirse atrapado.
Y luego creo que es uno de esos actores que saben reírse de si mismo, incluso de sus propios personajes en una película. Por eso domina tan bién la comedia. Y míticos son sus primeros planos. Hablamos alguna vez del plano final de "Michael Clayton", pero es imposible no recordar también alguno de "Los descendientes" o de "O Brother". Una expresividad fuera de lo común en cada mueca o subida de cejas.
Muy grande George.
Lamento estar tan poco activo en los comentarios, pero el confinamiento se está traduciendo por saturamiento en jerga laboral...No me da la vida.
Pero os leo siempre y aprendo y me divierto. Gracias.
Abrazos diciendo: "¿En serio, Jorge?"
Abrazos idiotas.