Gus mornins, 28/05/20
"Sé
lo que estás pensando, si disparé las 6 balas o sólo 5. La verdad es que yo
también he perdido la cuenta, pero siendo este un Magnum 44 el mejor revolver
del mundo capaz de volarte los sesos de un tiro.... ¿no crees que debieras
pensar que eres afortunado?..... ¿Verdad que sí vago??",
(Harry
el sucio, Don Siegel, 1971)
Guuus
mornins ,cinéfilos.
Dejábamos
ayer al bueno de Clint convertido ya en una estrella mundial, y recién
terminada su aventura almeriense y europea, a punto de trasladarse a su país de
origen para retomar su carrera y darles nuevos aires al otro lado de la cámara
como productor y realizador. Aún en el Viejo Continente, Clint rodará la
película de episodios Las brujas en concreto en el capítulo que dirige
Vittorio de Sica.
Ya
en Estados Unidos, en 1967 nace la Malpaso Productions que Clint funda junto a
su amigo y socio Irvin Leonard (fallecido en 2013). El nombre de la compañía
remite a Malpaso Creeck, un lugar ubicado a pocos kilómetros de Carmel, y la
primera película que surge de la factoría es Cometieron dos errores de Ted
Post, protagonizada por el propio Eastwood. La mayoría de estos films son
distribuidos por Warner Bross. Clint ha tenido que manejarse con la Warner, así
que ha tenido que ceder e involucrarse en películas más convencionales y
alimenticias para sacar adelante proyectos mucho más personales y arriesgados.
Es la vieja de siempre y el peaje que todo creador debe pagar para preservar
parte de su libertad creadora.
Todavía
en los 60, Clint participa en el éxito de Joshua Logan La leyenda de la
ciudad sin nombre donde incluso canta (mal), aunque todo lo eclipsa la
estrella errante de Lee Marvin. Pero será Harry, el sucio (1971), la película
que reavive la leyenda de Clint, dirigido por uno de los directores que más
influirá junto a Leone en su trayectoria, Don Siegel. Aunque ya aquí con
nombre, el del implacable Harry Calahan, el personaje tiene hechuras del
misterioso protagonista de la trilogía del dólar, trasladado esta vez al
ambiente urbanita del siglo XX. Poco a poco, Clint va componiendo al personaje
que le convertirá en mito. La serie Calahan consta en total de cinco títulos,
aunque solo uno de ellos, Impacto súbito, está dirigido por Estwood.
1971
es un año clave en la filmografía de Clint. Al margen de interpretar a Harry a
las órdenes de Siegel, con quien ya ha trabajado en La jungla humana, Dos mulas
y una mujer y El seductor, Clint se sienta por primera vez en la silla del
jefe, en la silla del director. Sorprende a todos con Escalofrío en la noche
donde él mismo interpreta a un locutor de radio acosado por un oyente. El
título original, Misty, hace referencia al tema que constantemente le pide al
protagonista su desquiciado fan. Se trata de un clásico de jazz que ha sido
versionado por estrellas como Ella Fitzgerad, Aretha Franklin o Sarah Vaughan.
La música, y en concreto, el jazz, es una de las grandes pasiones de Clint que
también es compositor y autor de buena parte de las bandas sonoras de sus
films.
La
segunda película de Eastwood como director es también la primera sin él en el
reparto, y de nuevo descoloca al personal con Primavera en otoño,
narrando la historia de amor entre un hombre maduro (William Holden) y una
joven hippie a la que conoce mientras hace autostop (Kay Lenz). A esta le
seguirá Infierno de cobardes, su primer western, esa que tanto le
gustaba a John Wayne como nos contaba el otro día CB.
Para
seguir hablando de la trayectoria de Clint me tengo que adelantar unos años e
irme a otro western, El jinete pálido de 1985. Tengo un especial cariño por
esta película que me hace descubrir definitivamente a Clint Eastwood y me lleva
a recuperar alguno de los títulos ya
citados. Bien es cierto, que a lo largo de los setenta, Clint ha llevado una
trayectoria algo errática con títulos como Ruta suicida, Bronco Billy o Licencia
para matar (aunque hay están también El fuera de la ley o Fuga de
Alcatraz junto a Siegel).
Sin
embargo, en los 80, Clint recupera el pulso con films como El aventurero de
la medianoche, la citada El jinete pálido, o El sargento de
hierro donde bate el récord de palabras malsonantes en una película hasta
la fecha. Y a partir de ahí, amigos, directamente la gloria, Clint encadena
obra maestra tras obra maestra para adquirir a su vez él el título de maestro: Cazador
blanco, corazón negro, Bird, Un mundo perfecto, Sin perdón, Los puentes de
Madison. De todas ellas hemos hablado quinientos millones de veces en el
gus a lo largo de estos años, así que hoy lo mejor será quedarse con su
recuerdo. Incluso en las películas que no tienen ese rango de magistrales,
Clint se puede permitir el lujo de resultar entretenido y seguir siendo
sinónimo de buen cine (llegan Poder absoluto y Ejecución inminente). Para
otros, Clint sigue siendo Harry Calahan, ya cansado y un poco de vuelta de todo
(En la línea de fuego a las órdenes de Wolfgang Petersen).
Así
que Clint llega a los dosmiles convertido en (cha, chan, marchando tópico) el
último gran clásico. Pero eso ya no lo contaremos hoy, lo contaremos…
mañaaaana.
Comentarios
Poco se puede añadir a lo que ya dices, salvo, quizá, una anécdota muy personal.
Cuando comencé en esto de escribir críticas, allá por el año 94, lo hice en una publicación local, muy modesta, que se llamaba "Alcalá Este". El despacho, por aquellas casualidades de la vida, lo tenían muy, muy cerca de mi casa. Y el director de aquella publicación era un hombre muy particular. Simpático, culto, un tanto provocador, un publicista nato, pero que también podía hacerse muy antipático. Fui varias veces a comer a su casa (hacía unos canelones de jamón york de chuparse los dedos) y también, dado que se hizo director de otra publicación llamada "Tierras de caza" me invitó a inaugurar una sección que él mismo bautizó como "cine gético" en la que se analizaban, por parte de varias firmas, películas que tuvieran la caza como parte argumental. A mí me tocó "Los demonios de la noche". El caso, que me pierdo, es que le encantaba Clint Eastwood y, un día, hablando, me dijo que, a pesar de ser muy de izquierdas, no entendía cómo la gente decía que Harry Callahan era un personaje bastante fascista. Bromeamos y tal, y yo, que me he sabido siempre de memoria esa frase con la que comienza Dex, se la dije. El tío se quedó patidifuso y me dijo que, por favor, que se la mandara con el siguiente artículo, que la iba a poner enmarcada en su despacho.
Así lo hice, al siguiente artículo (que, entonces, mandaba por correo ordinario y, casualmente, ése se lo entregué en mano a la secretaria) le introduje, sin otra nota, la frase de "Harry el sucio". Al día siguiente me llamó y me dijo que estuvo a punto de despedirme porque no tenía ni idea de lo que estaba leyendo y que, al final, cayó que era la frase que estaba leyendo. La cosa no duró mucho más (fueron, creo recordar unos dos años y medio), pero fue gracioso.
Abrazos magnos.