GOOD MORNING 18-9-2017
“Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. La
verbena de la Paloma.
Gussss Morninssss cinéfilos nos de God
Pues aquí estamos de nuevo supliendo al insuplantable, que
no sabemos si el maño andará por tierras teutonas todavía o habrá recalado ya
en Donosti, esa ciudad que tantas alegrías nos dio ayer a los madridistas y a
los galeses. Cualquier buen reportero os contaría hoy lo que ha dado de si la
gala de los premios Emmy (winehouse), pero anoche se alargó la juerga (la mía,
no la de los premios) y ando con cierta resaca que hace que me cueste unir
letras que parezcan palabras.
Así que os voy a hablar de otra cosa, aunque sin duda ya
habréis leído algo sobre el particular. Como sabéis pese a los pocos fondos que
en España se destinan a la educación, la formación y la ciencia, los españoles
son profesionales muy valorados fuera de nuestras fronteras y no son pocos los
que a falta de recursos para la investigación deben buscar acomodo en otros países
donde son recibidos con los brazos abiertos debido a su alta cualificación.
Tanto es así que no era de extrañar que se tardase poco en reconocer el nivel
de excelencia de los científicos españoles. Y por fin hemos podido comprobar
tal extremo en los recientemente concedidos premios IG-NOBEL de la ciencia.
A la manera en que los premios Razzie son los anti-oscar, los
premios ig-nobel son la antítesis de los premios Nobel y premian aquellas
disparatadas investigaciones o descubrimientos cuya utilidad es cuando menos
dudosa. Este año se ha premiado una investigación española hasta el punto de
crear una categoría especial para ella. El premio Ig-nobel de obstetricia.
¿Y cuál ha sido el objeto de tan codiciado galardón (con una
sola ele)? Os preguntaréis si no habéis leído ya la noticia. Bien, como sabemos
(o al menos nos han contado desde hace tiempo) los niños a los que su madre les
ponía música durante la gestación desarrollaban una mayor inteligencia,
sensibilidad y capacidad de aprendizaje. Existía una cierta controversia sobre qué
tipo de música conseguía tales resultados, porque no es lo mismo que animen tu
devenir en el líquido amniótico con “Las 4 estaciones “de Vivaldi que con los
grandes éxitos del reguetón. Quizá los que fueron estimulados con el “Despasito”
y otros horrores similares obtengan los mismos resultados académicos que
cualquier fulanito cuya despreocupada madre no consideró necesario favorecer el
desarrollo cognitivo del no-nato con tan fantástica fórmula, pero es probable
que tengan una extraordinaria capacidad para llevar el pantalón caído enseñando
el calzoncillo.
Pero pongamos el caso de que efectivamente una madre
considera que es bueno para su bebé escuchar maravillosas notas musicales
mientras está gestándose. Hasta ahora lo habitual era colocar el aparato
reproductor o algún pequeño altavoz o incluso los cascos sobre el vientre
materno y dejar que el sonido haga su trabajo y cree un nuevo Einstein sin
apenas esfuerzo. Bueno, pues para eso están los científicos para pensar más
allá y decidieron comprobar que ocurría si en vez del sistema tradicional de
procurar el estímulo desde el exterior del vientre de la madre, se evitaban
barreras externas y le llevaban la marcha hasta la mismísima cueva fetal. Y así
lo hicieron y se llevaron el merecido premio, “por demostrar que un feto en
desarrollo responde más fuertemente a la música que se reproduce
electromecánicamente dentro de la vagina de la madre”. Sí señor, con dos huevos
y un palito. La pregunta ¿Dónde coño has puesto mi Ipod? Adquiere así un nuevo
y especial significado.
Que a mí me da que todo surge porque alguna madre, mientras
procuraba a su feto un espectacular concierto de música de Beethoven, tuvo un
calentón y decidió aprovechar las vibraciones que la 5ª sinfonía producía en el
altavoz para aliviar sus urgencias, y descubierta de esa guisa por persona
ajena a la simbiosis materno-fetal, dedujo que podía justificar sus ansias orgásmicas
con argumentos científicos que sólo un grupo de españoles ha podido corroborar.
O eso o la mujer se hizo un lío con aquellas clases de ciencias naturales en
las que se hablaba de introducir el aparato reproductor masculino en dicha
parte y consideró que el radiocasete era un aparato reproductor también y que
tendría una utilidad similar. El caso es que ahí está el nuevo éxito español en
el extranjero, cual Nadal o Pau Gasol.
Otros ig-nobel de menor entidad, por supuesto, han sido
concedidos a otros estudios de parecida trascendencia. El de química, por
ejemplo, fue a parar a un estudiante coreano que investigando la Dinámica de
fluidos preparó un interesante trabajo sobre la cantidad de café que se
derramaba de una taza cuando el portador caminaba hacia atrás.
Sorprendentemente descubrió que era mucho menor la cantidad derramada que
cuando caminamos hacia delante, independientemente del pulso del sujeto. Eso sí,
como se encargaba el mismo investigador de aclarar, desgraciadamente aumenta la
posibilidad de derramar más café motivado por agentes externos como tropezar
con una piedra, con algún mueble o incluso con otro sujeto que porte otra taza de
café caminando hacia atrás.
Otro premio de singular importancia fue el de Economía que
premió una investigación americana sobre la predisposición a apostar de las
personas que minutos antes han estado sosteniendo un cocodrilo de un metro de
longitud entre sus brazos. El estudio concluyó que los que habían sostenido al
animal apostaban con más precaución que los que no lo habían hecho. Obviamente
el estudio a mí me parece incompleto. ¿Qué ocurre si el cocodrilo tuviera metro
y medio de longitud? ¿Variaría la percepción apostadora? ¿Si el cocodrilo es
macho o hembra serían distintos los resultados? ¿y si en vez de un cocodrilo
fuera una iguana? No cabe duda de que se abre un importante abanico de posibilidades
y como yo no he estado sosteniendo animal alguno creo que podría apostar por
seguir investigando tan interesante tema.
Con todo creo que hay algo a lo que se debería seguir dedicando
tiempo y dinero. La capacidad apostadora del feto de una mujer embarazada que
hubiera estado sosteniendo un café, evitando derramarlo mientras caminaba hacia
atrás y llevando un iphone introducido en el nardal mientras le hacen llamadas
porque su politono es la banda sonora de “La guerra de las galáxias”. No cabe
duda de que sería de capital importancia para la humanidad conocer tal cosa.
Con todo lo importante que han sido estos trabajos aún
quedan lejos de aquellos dos estudios premiados el año pasado. El de Psicología
por el ensayo clínico consistente en preguntar a una población de mil
mentirosos cuantas veces mentían al día, y por supuesto por decidir después si
debían o no debían creerse sus respuestas. O el de Percepción por estudiar si los objetos se ven diferentes
cuando uno los observa doblándose y mirando entre las piernas. Grandes avances.
Y ahora acurruquémonos como feto flotante y disfrutemos de
una canción. Buscaba una canción científica pero me he parado en David Bowie y
no he podido seguir investigando.
SPACE ODITY
(David Bowie)
Ground
Control to Major Tom
Ground
Control to Major Tom
Take your
protein pills and put your helmet on
Ground
Control to Major Tom (ten, nine, eight, seven, six)
Commencing
countdown, engines on (five, four, three)
Check
ignition and may God's love be with you (two, one, liftoff)
This is
Ground Control to Major Tom
You've
really made the grade
And the
papers want to know whose shirts you wear
Now it's
time to leave the capsule if you dare
"This
is Major Tom to Ground Control
I'm
stepping through the door
And I'm
floating in a most peculiar way
And the
stars look very different today
For here
Am I
sitting in a tin can
Far above
the world
Planet
Earth is blue
And there's
nothing I can do
Though I'm
past one hundred thousand miles
I'm feeling
very still
And I think
my spaceship knows which way to go
Tell my
wife I love her very much she knows
Ground
Control to Major Tom
Your
circuit's dead, there's something wrong
Can you
hear me, Major Tom?
Can you
hear me, Major Tom?
Can you
hear me, Major Tom?
Can you
"Here am I floating 'round my tin can
Far above
the moon
Planet
Earth is blue
And there's
nothing I can do"
Y el video
subtitulado
Y para el MOSAICO DE HOY aquel experimento de aquellos adolescentes
de los 80 que buscando diseñar la mujer perfecta consiguieron “La mujer
explosiva”
Comentarios
Gracias amigo por convertir un lunes que se preveia tedioso en un lunos hilarante.
Lo del cine si eso lo dejamos para otro momento.
Gran, gran Gus.
Besos con reproductor incorporado (no me pregunteis dónde)
Albanta
"La mujer explosiva", qué recuerdos, todos soñábamos con poder crear una chica así pero, ¿sabríamos luego qué hacer con ella? lo dudo. Hubo una serie basada en ésta peli, si mal no recuerdo.
Abrazos desde Donosti, esa ciudad donde ayer los del Madrid y los de Gales fueron un poco más felices, pero les recordamos que siguen por detrás en la tabla.