GUS MORNINS 19/9/17
Un poquito de elegancia
para la mañana del martes. Sí, señoras y señores, porque hoy cumple 69 años
este gran actor británico, Jeremy Irons, que nació en 1948 en la isla de Wight,
una pequeña isla al sur de Inglaterra, aunque muy pronto se trasladó a vivir con
sus padres a Herefordshire. Era hijo de un contable de grandes empresas, lo que
le permitió al pequeño Jeremy entrar en una prestigiosa escuela de Dorset donde
aprendió uno de sus deportes favoritos: montar a caballo. De hecho, parece ser
que su vocación era la de ser veterinario hasta que se le metió el veneno de la
interpretación.
Parece ser que, por
consejo del gabinete orientativo del colegio, Irons se metió en la escuela del
Bristol Old Vic durante dos años para templar sus nervios. Allí se empapó a fondo
del gran Will Shakespeare y, cuando terminó sus estudios (habiendo dado ya
algunas representaciones teatrales de aspirantes), se trasladó a Londres con 23
años para probar suerte en el terreno de la interpretación. Hizo algunos
pequeños papeles hasta que su formación vocal le permitió hacer una prueba para
el musical Godspell, consiguiendo,
finalmente, el papel de Juan el Bautista. A partir de ahí, todo el mundillo
londinense se fijó en ese chico con cierta clase que estaba pisando los
escenarios del West End e interviniendo en un episodio aquí y otro allí de
televisión. Realiza su primera aparición en cine con la película Nijinsky, biografía del célebre bailarín
ruso, interpretado en esta ocasión por George de la Peña, en la que Irons hacía
el breve papel de un bailarín ruso. Sin embargo, es al año siguiente cuando
llega la consagración de Jeremy Irons. En aquel año, coincidió su aparición en
televisión en la serie Retorno a
Brideshead y su protagonismo en cine con La mujer del teniente francés, de Karel Reisz, y al lado de Meryl
Streep. Todo el mundo queda impresionado con su elegancia, su planta, su estilo
directamente heredado de Laurence Olivier con un toque suplementario de clase.
A partir de aquí, los
papeles estelares se suceden. Hace Un
amor de Swann, con Volker Schloendorff, adaptación de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust; se empareja con
Robert de Niro en la inolvidable La
misión, de Roland Joffé (Irons declaró que no había visto a un actor
trabajar tan duro como lo hacía de Niro); se sumergió en la ambigüedad más
afilada en el dificilísimo papel de los gemelos que se disputan el amor de la
misma mujer en Inseparables, de David
Cronenberg; consigue el Oscar al mejor actor en El misterio Von Bulow, lo cual le lleva a rechazar el papel de
Hannibal Lecter en El silencio de los
corderos porque no era bueno para un actor interpretar dos personajes tan
negativos consecutivamente. De hecho, Irons es uno de los pocos que tiene
Oscar, Globo de Oro, Tony y Emmy (solo otros trece actores lo han conseguido).
Interpreta al gran autor checo en Kafka,
de Steven Soderbergh, trabaja con Louis Malle y al lado de Juliette Binoche en
la incómoda Herida y, también, le
pone la voz a Scar, el malvado león usurpador del trono de la selva, en El rey león. A partir de aquí, aunque
tiene películas interesantes y su trabajo siempre es de lo mejor, separa más
sus intervenciones en cine para dedicarse al teatro. A destacar el malvado de La jungla 3, de John McTiernan,
interpretando al hermano vengativo de Alan Rickman en la primera. Belleza robada, con Bernardo Bertolucci;
la prescindible versión de Lolita, de
Adrian Lyne; el papel de Aramis en El
hombre de la máscara de hierro; incluso visita el western como el malvado terrateniente inglés Randall Bragg, que
pone en aprietos al sheriff Ed Harris
en Appaloosa; realiza una maravillosa
interpretación de corte shakesperiano en Margin
Call (siempre me ha llamado la atención su forma de encarnar al tipo del
dinero que, en realidad, no sabe nada del negocio salvo la mejor manera de
ganar dinero); también es fundamental como el empresario Avery Brundage, el
mejor valedor para que Estados Unidos participase en las Olimpiadas de Berlín
de 1936, con Jesse Owens alcanzando la gloria en El héroe de Berlín y recientemente le hemos visto en una breve
aparición como el Secretario de Guerra de Gran Bretaña, que recita, nuevamente,
el Enrique V a los responsables de la
propaganda cinematográfica para animarles a hacer películas que exalten el
heroísmo del pueblo inglés en la excelente Su
mejor historia, de Lone Scherfig.
A finales de los
setenta, a pesar de estar ya casado con su segunda esposa, Sinead Cusack,
sostuvo un romance de año y medio con la española Mónica Randall. Le encanta,
además de montar a caballo, esquiar. No prueba una gota de alcohol ni aunque le
maten, aunque es un fumador compulsivo. Aborrece cocinar, pero le vuelve loco
la jardinería. Es propietario de un castillo en Irlanda…y lo ha pintado de
rosa. También le va el mundo de las motocicletas y en cierta ocasión fue multado
en una cuantía bastante elevada y retirado su carnet de conducir durante tres
meses al circular a 140 kilómetros por hora por un camino vecinal con su BMW.
Posee cuatro coches, entre ellos un Volkswagen Escarabajo, y dos motos, una BMW
y una Ducati y habla francés casi a la perfección. Ya, lo siguiente, os consigo
su número de teléfono.
No puedo resistir la
tentación a poneros su voz original dando vida al malvado Scar en El rey león, con la única canción que
interpreta, Be prepared.
Comentarios
Hay otra actriz española, Loles León que "casi" tiene un aventura con Jeremy y digo casi porque al entrar en la habitación se precipitó por las escaleras de la suite del actor, 36 días en el hospital por rotura de varios huesos. Loles siempre se ha quejado amargamente de la poca sensibilidad que mostró Irons, aunque se dice que siempre pregunta por "la chica que se cayó por las escaleras" cuando coincide con algún miembro de la troupe Almodovariana.
No cabe duda de que que fidelidad no es lo mismo, aunque para mi es uno de los guapos, guapos de la gran pantalla.
Felicidades Jeremy.
Besos misioneros.
Albanta
Cuando Bardem (Javier) aun no era nadie, Bigas Luna le dio un papel para la entonces escandalosa "Las edades de Lulú", el relato de almudena Grandes (quien la ha visto y quien la ve) que ganó aquel año el premio "la sonrisa vertical". Pues bien, si recordais la película el papelito de Javier no puede ser más desagradable...desde entonces y al menos desde el punto de vista físico no puedo eliminar esa imagen de él y soy incapaz de pensar en esa imagen de abusón asqueroso cuando le veo intentando conquistar a alguna actriz en pantalla.
Con Irons me pasa algo parecido, no sé si fue en "Inseparables" donde una de sus personalidades (uno de los hermanos) era la de un vicioso bastante repugnante y así se me quedó el buien hombre, lejos de encarnar el elegante y atractivo modelo de inglés seductor, se me revela como un sórdido y ambiguo lascivo. Los trozos que he visto de la "Lolita" de Lyne (no he sido capaz nunca de verla entera) me hacen pensar en su Humbert como mucho más en un pederasta que en un hombre enamorado.
Aun así me parece un actor mayúsculo y de todas las referencias que comentas me quedo con su impresionante Von Bullow, eso es transmitir un personaje que tanto te puede estar mintiendo como diciéndote toda la verdad, así están sus abogados y así lo vive el espectador.
En cuanto a sus gustos y datos personales, eso parece ir mucho más allá de la mera documentación, Lobo. ¿Retornaste tu también a Brideshead?
Abrazos fumando con boquilla.
A mi me encanta y si me quedo con algún Iros es con el de "Damage" con su loco y descontrolado amor.
Aissss
Albanta