GUS MORNINS 13/11/18
“Mickey Mouse: (Tirando de la cola del
frac del Maestro) ¡Señor Stokowski! ¡Señor Stokowski!
(Mickey
silba para conseguir la atención del Maestro Stokowski)
¡Felicidades,
señor!
Leopold
Stokowski: (Estrechando
la mano a Mickey) Felicidades a ti,
Mickey.
Mickey
Mouse: ¡Bueno,
gracias! ¡Jejeje! Bueno, hasta pronto. ¡Ya nos veremos!
Leopold Stokowski: ¡Adiós!”
“Fantasía”, de Walt Disney
Sí, amigos, hoy hace
exactamente setenta y ocho años que se estrenó esta maravilla del cine animado
y musical en el Broadway Theatre de Nueva York. Una fecha para la historia si
consideramos los increíbles avances técnicos que suponía la aventura. No solo
en cuanto a lo que significaba la sincronización de dibujos con música, sino
también a la introducción del sonido estereofónico en las salas de cine. De
hecho, veinticuatro horas antes del estreno una legión de veinte operarios
trataron de acondicionar los altavoces del cine para que se pudiera disfrutar
en toda su grandeza. Todo un logro que hoy, quizá, nos puede parecer una
pequeñez, pero que, entonces, fue una auténtica paliza para producción,
dibujantes, músicos y post producción.
Hay varias
circunstancias que hacen de esta película algo muy especial.
La primera de ellas es
que es la única producción Disney que supera las dos horas de duración. Eso
conllevó el hecho de que tuvieron que cortar uno de los fragmentos de los que
se compone, en concreto, el Claro de luna,
de Claude Debussy, que mostraba a dos garzas volando en la noche en dirección a
la Luna.
Disney se pensó
muchísimo la inclusión del corte dedicado a Una
noche en el Monte Pelado, de Modest Mussorgsky porque podía causar pánico a
los niños. No le faltaba razón. Aún hoy se reciben cartas en los estudios
Disney de parte de algunos padres que recriminan a la productora el haber
incluido ese corte que da tanto miedo a los niños.
La responsabilidad de
los dibujos recayó en los artistas que trabajaban por aquel entonces en la Walt
Disney Company, pero su colorido fue supervisado y diseñado por el propio Walt
Disney.
Walt Disney tenía en la
cabeza hacer una película de dibujos animados con el fondo de la música
clásica, pero no estaba decidido del todo. Una noche fue a cenar a un
restaurante y allí se encontró con Leopold Stokowski, uno de los dos mejores
directores clásicos de la época (el otro era Arturo Toscanini) y le comentó sus
intenciones. Stokowski le dijo: “Me
gustaría mucho dirigir algo así para una película de dibujos animados”.
Disney, años después, dijo que aquella frase le decidió a llevar adelante el
proyecto. Si contaba con Stokowski para la música, nada podía salir mal.
Salvador Dalí hizo
algunos bocetos para uno de los cortes que, posteriormente, fueron descartados.
Es la primera película
americana de todos los tiempos que no poseía ningún tipo de título de crédito a
excepción del de “Intermedio”.
Disney contactó con
Igor Stravinsky (por entonces vivía) para comprarle los derechos de La consagración de la primavera que
sería usada como música en el corte dedicado a los dinosaurios. Stravinsky,
entusiasmado, ofreció a Disney componer una nueva música y Disney le dijo que
no era posible por una cuestión de tiempo. Más tarde, Stravinsky criticó
duramente la interpretación que hizo Stokowski de su obra.
En un principio, los
centauros que salen en el encantador corte de la Pastoral, de Beethoven, eran negros. La presión de diversos grupos
ultracatólicos forzó a Disney a cambiarlos a blancos.
Es la película favorita
de dibujos animados de Steven Spielberg.
En su estreno, fue un
fracaso considerable. Nadie entendió a quién iba dirigida la película y se
hacía extraordinariamente pesada para los niños de 1940. Se reestrenó en varias
ocasiones para relanzarla, pero fue inútil. Sólo en un reestreno que organizó
la Disney en 1969 se batieron récords de taquilla. Hoy en día es el DVD más
vendido de la historia de la productora.
Bela Lugosi fue el
responsable de marcar los movimientos de Chernabog, el diablo que aparece en Una noche en el Monte Pelado. Y el
propio Disney fue el modelo de movimiento para la actuación de Yen Sid (Disney
al revés), el brujo experimentado que deja a Mickey a cargo de la casa en El aprendiz de brujo.
En La Danza de las Horas, de Poncielli, el maravilloso ballet cómico con
los hipopótamos, fue la bailarina Ruby Dandridge la que hizo de modelo de
movimiento de la hipopótama protagonista, de nombre Jacinta. Ruby Dandridge era
la hermana de la famosa Dorothy Dandridge, protagonista de Carmen Jones o Porgy and Bess,
de Otto Preminger ambas.
La idea de Disney era
producir una película de estas características al año con el fin de acercar la
música clásica a los niños. Nunca llegó a hacerse por lo mal que marchó en
taquilla. Lo cierto es que, para la edición de 1941, Disney ya había elegido El cisne de Tuonela, de Jan Sibelius; La cabalgata de las Walkyrias, de
Richard Wagner; El vuelo del moscardón,
de Nicolai Rimsky-Korsakow e Invitación
al Vals, de Carl María von Weber, que la había concebido como una especie
de segunda parte del segmento original dedicado a la Pastoral, de Beethoven. Otras ideas suyas fueron incorporadas a esa
segunda parte, que tampoco tuvo ningún éxito y que, aunque inferior a la
primera, también es maravillosa con el título de Fantasía 2000.
El Instituto Americano
del Cine ha considerado que Fantasía
es una de las cinco mejores películas de animación de toda la historia.
Originalmente, el corte
dedicado a La consagración de la
primavera, de Igor Stravinsky, iba a incluir la evolución de las especies
hasta la llegada del ser humano, pero debido a la duración que iba a tener, fue
cortada.
La ejecución de la Tocata y fuga en Re menor, de Johann
Sebastian Bach en versión para orquesta sinfónica marcó un hito en la época. No
sólo no se había grabado nunca (aunque sí había sido interpretada, sin mucho
éxito) sino que se convirtió en una pieza codiciada por los coleccionistas de
música clásica porque se considera que el arreglo orquestal de Stokowski es
superior a la partitura original de Bach.
Aunque se ha avanzado mucho
en la investigación de la vida de los dinosaurios en estos setenta y ocho años,
aún hoy se considera que el trabajo de producción en este corte es
extraordinario. Por primera vez, se les describía como animales ágiles, de
movimientos ligeros, muy lejos de lo que hasta entonces se sabía. No es
históricamente impecable, pero sí describe muy bien cómo era la vida en
aquellos tiempos.
Hasta la aparición de
la película, el ballet del Cascanueces
existía, por supuesto, pero no era ningún éxito. Cuatro años después, el New
York City Ballet lo incluyó en su repertorio y, desde entonces, figura en el de
todas las grandes compañías de ballet del mundo.
El día del estreno, se
instalaron 90 altavoces en el cine para disfrutar de la grandeza de las
partituras que había en la película.
Fantasía
es la primera película de la historia que se atrevió a representar figuras
mitológicas griegas como si fueran personajes de una historia en el corte
referido a la Pastoral.
Se emplearon más de mil
artistas dibujantes para crear todos los aspectos visuales de la película.
Una de las razones por
las que se consideró que la película fue un fracaso en su estreno fue porque no
se exportaron copias a Europa de la misma, debido a la Segunda Guerra Mundial.
En Europa no se estrenó hasta seis años después de su realización.
Lo cierto es que yo la
vi por primera vez en el año de 1976. Tenía diez años. Era una tarde fea de
invierno y mi padre, siempre él, me sorprendió con que me iba a llevar al cine,
a ver Fantasía al cine Benlliure. Yo
me quedé maravillado aunque mi padre era muy escéptico porque sabía que no era
una película de dibujos al uso. Cuando salimos, me preguntó cuál era mi trozo
favorito y yo dije que no sabía si El
aprendiz de brujo, de Dukas, o la Pastoral,
de Beethoven. Aquellos eran los años de la transición y, cuando salimos del
Benlliure, fuimos hacia la estación de metro de Manuel Becerra. Ya era noche
cerrada y había un buen jaleo allí debido a una manifestación. Cuando estábamos
a unos cien metros de la plaza, un objeto salió hacia el cielo disparado y
luego comenzó a descender. Iba directo hacia mi cabeza. Con muchísima fuerza,
mi padre me cogió de la ropa y me echó al suelo de una cafetería que estaba
abierta justo donde nos pilló el incidente (aún recuerdo aquel serrín que se
echaba entonces en los suelos, me puse perdido). El objeto era un bote de humo
que los antidisturbios habían lanzado para disolver la manifestación. Si me
hubiera quedado en el sitio, seguro que el bote hubiera impactado en mí y,
probablemente, yo no os estaría escribiendo estas líneas ahora (estamos
hablando de un bote metálico de unos dos kilos de peso que caía desde una
altura de unos treinta metros). Años después, eso sí, hice una versión
novelizada de esta historia para un trabajo en clase. No sólo me pusieron
sobresaliente, sino que también gané un premio literario. Todo se lo debo a mi
padre y a Fantasía.
Personalmente, me ha
gustado siempre muchísimo esta película. El único corte que me gusta bastante
menos es el último, el Ave María, de
Schubert. Tal vez sea porque no es de mis piezas musicales preferidas y porque
la imaginería que despliega (una procesión de velas a través de un bosque vista
desde la distancia) no me parece tan extraordinaria como el resto de la
película. Me gusta mucho más el Ave María,
de Gounod sobre el fondo de El clave bien
temperado, de Johann Sebastian Bach, pero es sólo una opinión. Por otro
lado, tanto con las piezas elegidas para esta película como para Fantasía 2000, como las que posiblemente
hubieran integrado otras secuelas, me sorprende la ausencia de un hombre como
Wolfgang Amadeus Mozart. Puede que a Disney no le gustara demasiado.
Una de las partes menos
conocidas de Fantasía y que a mí más
me gustan es este pequeño extracto del Cascanueces,
de Piotr Ilich Tchaikovski que muchos han denominado como “Danza rusa”, “Danza
de los cosacos” o “Baile popular”. En realidad, se llama Trepak, que es el nombre de una danza étnica ucraniana que
Tchaikovski trató de homenajear en su inmortal ballet.
Y como mosaico aquí os
dejo el momento en el que Mickey Mouse y Leopold Stokowski se dieron la mano.
Ese momento que, para los que amamos la música clásica y el cine, fue el encuentro
entre uno y otro.
Comentarios
Ambas críticas son como digo razonables. Por seguir en el de las princesas hay un detalle que nunca había pensado pero que es cierto que es muy poco ejemplar. leía el otro día a una mujer que le decía a sus hijos cuando habían terminado de ver "La bella durmiente": "Espero que os haya gustado la película, pero es un cuento. En la vida real, cuando veáis a una chica dormida que os parezca muy guapa, no debéis besarla aunque penséis que sois su príncipe azul"
Otra cosa es la calidad artística de sus producciones y ahí tenemos que alucinar. En el caso de "Fantasía" es también una de las preferidas de mis hijos que no son precisamente muy clásicos musicalmente hablando. Cuando eran pequeños poco a poco casi completé la colección de clásicos de Disney ( me faltaron realmente muy pocos) en VHS y mis hijso se ponían una y otra vez aquellas pequeñas obras maestras, algunas según acababan se volvían a poner, una y otra vez hasta que les terminaba cansando tras 40 repeticiones y quedaba relegada por otra que volvía a ser interminable protagonista. No ocurría eso con "Fantasía", siempre estaba presente pero la dosificaban, era habitual que la pusieran una o dos veces en semana, pero espaciadamente de modo que permaneció mucho tiempo siendo visionada.
"Fantasía 2000" es inferior, no cabe duda, pero algunas piezas como "Rapshody in blue" son maravillosas.
En fin, menudo gusazo.
abrazos fantásticos.
Curiosa la anécdota de la manifestación, qué tiempos tan raros aquellos, cualquier cosa podía pasar cuando salías a la calle, ahora son muchos más tranquilos y bastante menos divertidos.
Disney, como todo ser humano, tendría sus luces y sus sombras, hay que contextualizar siempre y en aquellos años lo del feminismo era ciencia ficción, luego ha habido películas bastante más avanzadas en cuando al papel de la mujer, no se pueden pedir peras al olmo, creo yo.
En cualquier caso, toda una fiesta la que nos brinda la música y las imágenes de Fantasía.
Besos fantásticos.
Albanta