GUS MORNINS, 18-06-19

“Siempre he pensado que la ópera es un planeta donde las musas trabajan juntas, aplauden y celebran todas las artes "

(Franco Zefirelli)

Guuud mornins, cinéfilos.

Si el martes pasado nos tocaba despedir desde aquí a uno de los grandes nombres del mundo del espectáculo en el siglo XX en nuestro país, hoy debemos decir adiós a otro que en esta ocasión brilló en el mundo entero. Las verdaderas pasiones en la vida de Franco Zefirelli fueron siempre el teatro y la ópera, pero se puede decir que el cine fue una amante que le trató bastante bien. El artista murió el pasado sábado en Roma a la edad de 96 años tras una vida intensa propia casi, y sin casi, de un hombre del Renacimiento.

Franco Zefirelli, nació en Florencia en febrero de 1923, fruto de un amor ilegítimo entre Ottorino Corsi, una comerciante de lanas que nunca reconoció su paternidad, y Adelaida Garosi, dueña de una tienda de modas. Ambos eran bastante conocidos en la sociedad florentina y la noticia de que habían tenido un hijo en común fuera de sus respectivos matrimonios causó un enorme escándalo en la ciudad. El apellido Zefirelli procede de una pieza de Mozart, Zefiretti lusinghieri, y es un homenaje a su madre, gran aficionada a la música del compositor de Salsburgo. El pequeño Franco creció al lado de una tía suya rodeado de un grupo de intelectuales y hombres de letras con los que la familia tenía contacto. Ese ambiente es recreado en una de sus últimas películas, Té con Mussolini, que protagonizó Cher. 

El futuro director estudió Arte y Arquitectura después de participar en la guerra mundial sirviendo en la guerrilla de resistencia italiana. Su pasión por el teatro viene de la niñez cuando asiste en la Toscana a una representación de una compañía itinerante. Al cine accede como ayudante de dirección de Vittorio de Sica, Roberto Rosellini y Luchino Visconti a quien siempre consideró su maestro. Zefirelli hereda la concepción operística de las películas del autor de Senso, película en la que trabajó como asistente. De sus películas posteriores como director destaca sobre todo, como no podía de ser de otra forma, el cuidado estético y la escenografía.

En su trayectoria  encontramos títulos como Hermano sol, hermana luna, biopic dedicado a Francisco de Asís, la mencionada Té con Mussolini, Campeón o Jane Eyre. Adaptó a Shakespeare en La mujer indomable, versión de La fierecilla domada con la pareja Taylor-Burton, y en Hamlet, el honor de la venganza, inferior a la película posterior de Brannagh y que demuestra que Mel Gibson no era la opción más acertada para interpretar al príncipe de Dinamarca. Uno de sus grandes éxitos comerciales fue la serie Jesús de Nazaret, que en muchos países, incluido España, se estrenó en cines. Y óperas, muchas óperas llevadas a la pantalla con algunos de los grandes como Plácido Domingo que trabajó varias veces a su lado. Su última película fue Callas for rever con Fanny Ardant interpretando a la famosa diva, gran amiga del director desde la década de los cincuenta.

Sin embargo, su película por excelencia es otra adaptación shakesperiana, Romeo y Julieta que le valió su única nominación al Oscar y que todos recordamos por su icónica banda sonora. Como curiosidad, la protagonista del film, Oliva Hussey, que enseñaba los pechos en la pantalla, no pudo asistir al estreno oficial de la película porque en aquella época  era menor, y la calificación por edades establecida por los distribuidores se lo impedía.

En los últimos años, Zefirelli fue senador por el Forza Italia de Berlusconi. Nobody´s perfect.

Lo dicho, un hombre del Renacimiento del que se llegó a decir incluso que era uno de los herederos por vía directa del mismo Leonardo Da Vinci. Descanse en paz, maestro.