GUS MORNINS, 7-5-19


“Cuando dicen que me interpreto a mí mismo, no saben lo difícil que es ser como yo.” 
Gary Cooper
En realidad tenía mucha razón el amigo Gary y lo único que viene a demostrar es lo difícil que es hoy en día ser uno mismo, ya seas actor o vendedor de butano. No, no soy César Bardés ni nada que se le parezca, pero a veces también tengo mis problemas para ser yo mismo. Aunque no es ningún problema para mí sustituir en el gus de los martes al insustituible Bardés, al que desde aquí mando un abrazo muy grande que sé que está pasando una temporada algo complicada. Intentaré suplirte lo mejor que pueda, amigo.
Y si elegí hoy hablaros de Cary Grant es porque además de porque este martes se cumplen 118 años de su nacimiento, me consta que es uno de los favoritos del pedantón. Y tiene unas cuantas de esas anécdotas jugosas que tanto le gusta contar y con las que me despediré por hoy.
Comencemos, no obstante, por una apresurada biografía que nos dice que Frank James Cooper, que ese era su nombre real, nació un 7 de mayo de 1901 en Helena, Montana, y era hijo de unos emigrantes ingleses. Su padre llegó a ser juez en la Corte Suprema del Estado y era además dueño de un rancho en el que trabajaba su hijo al tiempo que iba a la escuela. El joven Gary se graduó y se preparó para ser técnico pecuario, aunque tuvo tiempo también para estudiar Arte en la Universidad. De joven, sufrió un pequeño accidente automovilístico que le causó complicaciones de por vida en una cadera. Como terapia le recomendaron montar a caballo, y desde entonces la hípica se convirtió en una de sus grandes aficiones.
Gracias a su pericia con los caballos consiguió adentrarse en el mundo del cine como especialista. Su representante, Noam Collins le aconsejó que invirtiera sus ahorros en hacerse una prueba a sí mismo y enviarla a los estudios pues le veía planta de galán; le aconsejó asimismo cambiarse el nombre por el de Gary que sonaba mejor. La MGM le ficha en 1926 y comienza a rodar películas.
Además de su fama como actor, a Cooper le precede su fama de ligón a una y a otra acera. Entre sus amantes femeninas destacan Clara Bow, Lupe Velez, Merle Oberon, Patricia Neal o Marlene Dietrich. Sin embargo en su historial sentimental, hay que dar cuenta de dos sonoros gatillazos los que sufrió a manos de Grace Kelly, a la que intentó ligarse durante el rodaje de Solo ante el peligro, y de Ingrid Bergman que decía que Gary era un hombre extremadamente guapo del que todas las mujeres se enamoraban al instante, pero acabó dándole calabazas. Pero también a Gary se le atribuyen romances con Tyrone Power o Errol Flynn. Se casó solo una vez, en 1933, con la aristócrata Veronica Balfe, con quien mantuvo una relación abierta –a ver si no- y de la que no se divorció jamás.
En fin, centrémonos en la carrera cinematográfica del actor, que nos perdemos. Y ahí también hay que hablar de un curriculum impresionante que contiene dos papeles merecedores del Oscar, Sargento York y Solo ante el peligro, de un total de cinco nominaciones. Cooper recibió también en 1960 el premio honorífico por el conjunto de su carrera. Su amigo del alma, James Stewart subió a recogerlo en su nombre, que visiblemente emocionado al recibirlo delató que el actor se encontraba en sus últimos momentos. Efectivamente, murió un mes después víctima de un cáncer de próstata.
Participó en Alas, la primera película ganadora del Oscar y se convirtió en una de las primeras figuras del sonoro gracias a El virginiano. Dueño de la taquilla en los treinta con éxitos como Marruecos Tres lanceros bengalíes, su nombre sonó incluso para el Reth Buttler de Lo que el viento se llevó, aunque más tarde el propio actor reconocería que nadie como Clark Cable podría haber interpretado mejor al cínico capitán. En esta década trabaja también a las órdenes de grandes de la comedia como Lubistch o Capra.
Los cuarenta son definitivamente de Cooper que aupado por su éxito llegará a fundar su propia productora.  A lo largo de la década le vemos en su lado más romántico (¿Por quién doblan las campanas?), haciendo llorar a moco tendido al respetable (El orgullo de los yankees) o caracterizando al americano medio, símbolo del New Deal roostveltiano (Bola de fuego, Juan Nadie). En los cincuenta, se hace asiduo de los westerns (Tambores lejanos, Solo ante el peligro, Los inconquistables) y Wilder le reserva un último gran papel como el trasnochado galán de Arianne. Con esa mezcla de porte elegante y aristocrático y sex appeal, con esa mirada entre tierna e ingenua, Gary terminó por robar los corazones de todo el mundo.

Y ahora sí las anécdotas.

Era paisano de la también actriz Myrna Loy que nacería en Helena cuatro años después que él
Mantuvo una buena amistad con intelectuales como Picasso o Hemingway a quien conoció en España durante el rodaje de ¿Por quién doblan las campanas?
Se le daba muy bien el dibujo y antes de entrar en el mundo del cine intentó ser caricaturista en un periódico de Los Ángeles
Su representante le sugirió cambiarse el nombre artístico porque ya había un actor en la época que se llamaba Frank Cooper
Fue bautizado en la iglesia episcopaliana pero tras años intentándolo se convirtió en 1959 al catolicismo, la fe de su esposa.
En 1953 el papa Pio XII le recibió en audiencia en el Vaticano. Cooper llevaba las manos llenas de rosarios, medallas y estampitas y al hacer la genuflexión ante el pontífice se le cayó todo al suelo y tuvo que agacharse a recogerlo ante la sonrisilla de los presentes.
Practicaba el windsurf y el tiro al plato.
Rompió su matrimonio para irse dos años a vivir junto a Patricia Neal a la que había conocido en el rodaje de El manantial. Tras este tiempo regresó junto a su esposa.
Testificó ante el Comité de Actividades Antiamericanas pero no delató a ningún compañero.
Entre los encargados de transportar su ataúd durante su funeral se encontraba James Stewart.

Gary Cooper, que estás en los cielos. Os dejo precisamente con el discurso con el que Stewart agradeció su Oscar honorífico en la ceremonia de 1961. Está en inglés y puede que no entendáis nada, aunque la emoción lo dice todo.




Y como mosaico, os traigo una foto curiosísima, tomada en las Rocosas allá por 1948. En ella vemos a Cooper acompañado del filósofo español José Ortega y Gasset. Ahí los tenéis, ellos dos y sus circunstancias.



Comentarios

CARPET_WALLY ha dicho que…
Ay, Gari, Gari Coper, la "u" de Cuper, la empezamos a decir los del boom de los 60 que ya estudiábamos inglés en las escuelas, nuestros padres (los míos, al menos) decían lo que leían y por eso los grandes actores eran Jon Baine, James (como el del Madrid) esteguar (o estevar) o Kirk Duglas (y no Daglas como su hijo).

Un follador, un empotrador, eso es lo que parece que era, además de una presencia imponente en pantalla. A la que no se tiró fue a Sara Montiel con la que compartió escenas en "Veracruz", ella dice que fue porque entonces ella estaba con Severo Ochoa (casi na) y no quiso liarse con Cooper, sin embargo Gary decía que no le gustaba nada la española porque era un poco guarra (no se lavaba el pelo ni olía muy bien). Quizá los dos tuvieran razón, si Sara hubiera querido Gary se la hubiera tirado como hacía con todo lo que se le ponía por delante (no sé si se salvaría Burt lancaster).

Pero efectivamente era mucho más que su pericia sexual apenas comparable con la de dos o tres personas entre las que no me encuentro. De su filmografía (que es muy larga) además de las que has comentado, yo señalaría otro par que me gustan mucho: "La octava mujer de Barba Azul" con Claudette Coilbert a las ordenes de Lubitch y "Beau Geste" de William Wellman y de la que aun recuerdo el post que colgó Zeng-He en el foro de cinéfilos.

La cuestión es que aunque su personaje de buen tipo se hizo super popular en los western, tenía una habilidad especial para la comedia y con Lubitch, wilder o Capra lo demostró con creces.

Y por cierto habría que citar también una peli de Delmer Daves que sé yo que gusta mucho a nuestra doctora valenciana, "El árbol del ahorcado" con una magnífica banda sonora de Max Steiner.

Abrazos al galope, gari coper
Anónimo ha dicho que…
Grande entre los grandes. Actor con mayúsculas. Pensad en actores contemporáneos, ¿ alguno de ellos le iguala?. Para mí ninguno. Ni a Cary Grant, James Stewart, Bogart, Tracy...y tantos otros. Como soléis decir, jugaban en otra liga. Veías cualquiera de sus pelis y se te olvidaba que eran actores.

Gracias por recordarlo hoy, maño. Y gracias caracolillo por nombrar El árbol del ahorcado. Qué maravilla de peli, de actores, principales y secundarios, de música...

Besos especiales para el pedantón. Recuerda que todo pasa.

low

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