GUS MORNINS, 15-5-19
Guuud mornins, cinéfilos
Y antes que nada Feliz San Isidro a todos. No hay dos sin tres, y aquí me tenéis de nuevo para alegrar la mañana. Desde luego, no he podido elegir mejores días para pluriemplearme, que sepáis que ya he fichado esta semana tres veces, así que como el gobierno me pille haciendo ya de entrada más horas de la cuenta me va a echar un paquete de flipar. En fins.
Tal y como
recordabais muchos en el gus de ayer, el lunes pasado se nos fue para siempre
Doris Day, así que este festivo va a ser un poco triste porque no vamos a dejar
pasar por alto la noticia. Con Doris se nos va una de las últimas
supervivientes del gran Hollywood, uno de los iconos del cine estadounidense de
los 60, que será eternamente recordada por su interpretación del Qué será, será de la peli de Hitchcock El hombre que sabía demasiado.
La Day tenía 97 años, y según la fundación que presidía en
defensa de los derechos de los animales, encargada de transmitirnos el fatal
desenlace, tenía una salud física y psíquica muy buena para una persona de su
edad. Llevaba 30 años retirada de los focos, y su última aparición pública fue
en una gala de los Globos de Oro donde recibió el premio honorífico Cecil B. De
Mille.
Doris Day nació en Cincinatti, en el estado de Ohio el 3 de
abril de 1922. A los 12 años ya era una consumada bailarina que quiso probar
también suerte en el mundo de la canción y la interpretación. Comenzó cantando
jazz en una big band en los años cuarenta y fue allí donde tomó prestado su
nombre artístico de la canción “Day by day”. Cuando llegó a Hollwood no tardó
en convertirse en un símbolo de esa América ideal y pluscuamperfecta que
propugnaban las políticas surgidas tras el New Deal y la victoria en la Segunda
Guerra Mundial. El reverso a los melodramas de Douglas Sirk estaba en las
comedietas románticas de la virginal Doris. Delbert Mann o Norman Jewison
supieron sacarle partido a esa imagen y de su colaboración surgieron sus
películas más conocidas: Pijama para dos,
No me mandes flores o Confidencias a medianoche, muchas de ellas al lado de
su inseparable Rock Hudson. Solo Hitchcock y Curtiz supieron ver más allá; el
amigo de las rubias le dio su papel y su escena más inolvidable, el director de
Casablanca trabajó con ella en varias
ocasiones, revelándonos su lado más maduro y dramático en esa joya desconocida
y maravillosa llamada El trompetista
al lado de Kirk Douglas y Lauren Bacall. También brilló en Un grito en la oscuridad, un thriller de David Miller.
La actriz dejó escrito en su testamento que no quería
funeral. Se retiró discretamente del cine a finales de los 60 y hoy muchos en
su obituario se preguntan por qué y analizan las razones psicológicas de un
mito que representó a un país en una determinada época. Y cuando esa época
murió, el mito se fue con ella. Hace unos años, en 2003 Renée Zellweber y Ewan
McGregor protagonizaron Abajo el amor,
una simpática comedia que venía a demostrar que el cine de Day y Hudson fue
todo un subgénero. Para las nuevas generaciones puede que este cine sea una
gran mentira – la mujer a quien solía dar vida Doris no existe y Hudson, el
galán, resulta que al final era homosexual. Como la Garbo, Doris se fue de
puntillas porque no quería que la viésemos envejecer en pantalla. Olvidaba que
los mitos y las estrellas nunca mueren. Descanse en paz.
EL MOSAICO DE HOY
Comentarios
Cuando mis hijas eran bebés más de una vez les cantaba el Qué será, será, para dormirlas a modo de nana.
Esta noche, en la 2 de TVE, pasan Confidencias a medianoche. Volveré a disfrutarla y ese será mi homenaje para una actriz que además tenía una voz muy bonita. Hay por ahí una versión suya de The Way we were, de la peli Tal como éramos que os la recomiendo.
Besos para Doris, sin flores.
low
Abrazos cantando el Qué será, será...