GUS MORNINS, 25-5-19

“Siempre había oído que toda tu vida pasa ante a tus ojos el segundo antes de morir. Para empezar, ese segundo no es un segundo en absoluto, se hace algo inmenso, como un océano de tiempo. En mi caso aparecía yo tumbado boca arriba en el campamento de los boy scouts mirando estrellas fugaces y las hojas amarillas de los arces que franqueaban nuestra calle; o las manos de mi abuela y su marchita piel, que parecía papel; y la primera vez que contemplé el nuevo Firebird de mi primo Tony; y Jane. Y Jane... Y Carolyn. Supongo que podría estar bastante cabreado por lo que me pasó, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la contemplase toda a la vez, y me abruma, mi corazón se hincha como un globo que está a punto de estallar. Pero recuerdo que debo relajarme, y no aferrarme demasiado a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia, y no siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida. No tienen ni idea de lo que les hablo, seguro, pero no se preocupen: algún día la tendrán.” 
(American Beauty, Sam Mendes, 1999)
Guuud mornins, cinéfilos
Ya hace 20 años que Lester Burnman nos sorprendió a todos con esta declaración. Como el Joe Gills de Sunset Boulevard nos hablaba desde el más allá para decirnos que nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, bueno en su caso a una piscina, y lo fútil que es la existencia. Hace 20 años el futuro no era lo que era, hasta pintaba menos negro. Y hoy como seguimos sin el titular de los martes vamos a repetir una de las prácticas a las que nos tiene acostumbrados de vez en cuando el bueno de C.B (o el C.B bueno) y nos zambullimos en el pasado. Un pasado reciente en este caso, 1999, que veinte años como dice el tango no son nada.
En ese 1999 estábamos a punto de recibir al nuevo siglo, preocupados de que el temido efecto 2000 nos fastidiase los dígitos de nuestra cuenta corriente o de que la llegada del euro disparase los precios hasta el infinito y más allá. Lo primero no se cumplió, lo segundo sí.
En cine, la película del año fue la opera prima de Sam Mendes, y así lo reconocerían los Oscars del año siguiente dándole 5 premios. American beauty fue un bofetón en toda la cara al sueño americano como más tarde lo sería también Revolutionary Road. Lo que no sabía Mendes es que el sueño se convertiría en la pesadilla Trump. Qué de cosas han cambiado. Otros títulos destacables en el año fueron Una historia verdadera de David Lynch o La milla verde de Frank Darabont. Ese año Woody nos regalaba Acordes y desacuerdos, y en fin, la muchachada de la época elevaba a la categoría de culto dos, para mí, supremas gilipolleces como fueron Matrix de los hermanos (hoy hermanas) Wachovsky y El club de la lucha de David Fincher.
Y ahora que todo el mundo está como loco con Juego de tronos –a mí me podéis contar todos los spoilers del mundo que Daenerys me sigue sonando al nombre de una bacteria que sale en el pescado- hay que resaltar que en 1999 se pudo ver la primera temporada de una serie que hizo historia como Los Soprano. Sí quizá ahora con el boom de Netflix las andanzas del llorado Gandolfini en la HBO se han quedado algo anticuadas, pero uno que es un romántico no puede dejar de añorar ciertas cosas. En España también pudo verse el primer capítulo de Siete Vidas que a su modo también marcó época (y a Cantó que hoy aboga por la regulación de la eutanasia hasta lo resucitaban y todo).
En el panorama patrio fue el año de Todo sobre mi madre que al año siguiente supondría el primer Oscar para Peeeedro. El manchego de oro también ganó la mejor dirección en Cannes. Veinte años después ahí sigue intentándolo el hombre. Dicen que el que sigue la consigue, y este año que suena por ahí que va a haber Palma de Oro manchega el muchacho ya está unas brasas. Qué de cosas han cambiado. Cantó, que hoy aboga por la gestación subrogada, tenía un hijo llamándose Lola.
Que eso, qué jóvenes éramos. Cantó era progre, Kevin Spacey era un actor respetado que ganaba Oscars y a Madonna hasta le salían menos gallos y todo..


EL MOSAICO DE HOY


Comentarios

INDI ha dicho que…
joer, 1999, parece que fue ayer y ya han pasado 20 años. American Beauty, Todo sobre mi madre, Los soprano... grandes recuerdos.

Quizás no fueran los 90 tan malos como se dice.

Abrazos nostálgicos
CARPET_WALLY ha dicho que…
No esta el bueno de C.B. ( o C.B, el bueno) pero no es malo el sustituto tampoco.

Dicen que a veces el tiempo pone las cosas en su sitio, y en nuestro sitio nos ha puesto Dex ayudado por el tiempo. Es probable que "Revolutionary Road" sea una bofetada al sueño americano (un puñetazo incluso) pero yo creo que su impacto fue menor que esta belleza americana de Kevin y Annette, quizá porque la de Leo y Kate se centraba más en el desencanto y desencuentro de una pareja que aparentemente lo habían conseguido todo y la historia de Lester, su familia y allegados lanzaba dardos en muchas más direcciones. Además mientras "Revolutionary..." tiraba de drama, la de Spacey tenía un tono más de comedia aunque de las de sonrisa ladeada y con muy mala uva.

El caso es que los tiempos están cambiando como decía aquel premio Nobel. Y en el 99 mi vástago aun gateaba y ya venía en camino la llamada a revolucionar el panorama artístico cinematográfico de este país y del resto del mundo mundial (jejeje).

Y además de todo lo contado por Dex, fallecieron ese año Tip o Alfredo Kraus y el cine se llevó el disgustazo de despedir, nada más y nada menos que a Kubrick y también, aunque en menor medida, el disgusto de observar lo que hbía hecho George Lucas con "Star Wars" al estrenar el primer episodio, que era el cuarto o viceversa, "La amenaza fantasma". Sin embargo los españoles estabamos de enohorabuena porque nació Amaia Romero que luego triunfaría en un programa llamado OT que aun no eistía, el que si existía (nació ese año) era Gran Hermano, se estrenó en Belgica y luego ya....

En fin, gran suplencia.

Abrazos para siempre

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