GUS MORNINS 5/2/19

“Me han nominado al Oscar tantas veces sin haber ganado ni una sola vez que ya sé lo que se siente siendo permanentemente la novia, pero nunca la esposa”.
                                                                                                   Thelma Ritter
Varias veces hemos homenajeado en el gus a actores secundarios que, quizá, merecían un lugar más alto en la historia del cine. Ya era hora de que también lo hiciéramos con alguna actriz y ningún nombre puede ser mejor que el de Thelma Ritter, que hoy (y muchos otros días del año) la echamos especialmente de menos porque hace cincuenta años que nos dejó. Y aún más teniendo en cuenta que el próximo día 14 esta gran actriz hubiera cumplido los ciento diecisiete años.
Thelma Ritter nació en Brooklyn y, aunque parecía una actriz de carácter, no lo era en absoluto. Se graduó en Arte Dramático en American Academy of Dramatic Arts y apareció en algunas obras de teatro de temática juvenil. Sin embargo, Thelma tenía muy claro cómo tenía que ser su vida. Conoció a otro actor secundario, Joseph Moran, y se enamoró de él y se casó. Estamos hablando del año 1927, en el que Thelma ya había cumplido los veinticinco. El caso es que, a pesar de que, poco a poco se iba abriendo camino, Thelma lo dejó todo y decidió dedicarse al hogar y a tener hijos. Para ella, lo primero, era formar una familia. Ya habría tiempo de interpretar.
Cuando su hijo menor ya había cumplido los dieciséis años, Thelma volvió a buscar trabajo como actriz. No era tarea fácil porque ella ya había sobrepasado los cuarenta, pero era tan buena en su trabajo que no tardó en conseguir papeles muy secundarios en obras de Broadway a principios de los años cuarenta. Darryl Zanuck la vio actuar y le ofreció un contrato para el cine y Ritter empaquetó los trastos y se mudó a Los Ángeles. La primera película en la que intervino fue la estupenda De ilusión también se vive, de George Seaton, aunque su papel apenas era nada (ni siquiera estaba acreditada en el reparto). Lo mismo pasó con películas de cierta entidad como Yo creo en ti, de Henry Hathaway (una estupenda película sobre un periodista empeñado en demostrar la inocencia de un condenado por un asesinato) o en la maravillosa Carta a tres esposas, de Joe Mankiewicz. La primera película en la que se acredita a Thelma Ritter (además con un papel de cierta entidad) es Dime con quién andas, de Maxwell Shane, una serie B que se estrenó sin pena ni gloria. Pero el nombre de Thelma Ritter comienza a sonar con fuerza. Y Joe Mankiewicz la llama para que sea la criada para todo de Margo Channing en la mítica Eva al desnudo. Con esta película, Thelma Ritter consigue su primera nominación al Oscar.
En cuanto a los Oscars, habría que decir que Thelma Ritter fue nominada a la mejor actriz secundaria nada más y nada menos que en seis ocasiones. Nunca ganó. Comparte el récord con Glenn Close (quizá por poco tiempo) y con Deborah Kerr. El caso es que, a partir de ahí, vinieron sus trabajos en Casado y con dos suegras, de Mitchell Leisen, una película divertidísima que descubrió la vis cómica de Thelma; la estupenda Manos peligrosas, de Samuel Fuller (aquí sí que merecía el Oscar definitivamente, en la piel de esa carterista, soplona y vendedora de corbatas que se patea las calles de Nueva York intentando ahorrar para un sepelio digno para sí misma); la inolvidable masajista Stella de La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock; Papá piernas largas, el musical de Jean Negulesco al lado de Fred Astaire; el tronchante papel de Confidencias a medianoche, de Michael Gordon; el dramatismo como amiga de Marilyn Monroe en Vidas rebeldes, de John Huston; la implacable madre de Burt Lancaster en la fantástica El hombre de Alcatraz, de John Frankenheimer; o la inolvidable criada Bertha que se dedica a preparar riñones, choucrut o lo que toque al díscolo Tony Curtis ayudado por Jerry Lewis en ese prodigio de comedia de enredo que es Boeing Boeing.
En 1969, precisamente después de actuar como invitada en el show de Jerry Lewis para televisión, Thelma Ritter falleció víctima de un infarto de miocardio.
Lo cierto es que Thelma Ritter, a pesar de haber estado seis veces nominada al Oscar y tres veces al Globo de Oro, nunca ganó ninguno de esos premios. Incluso estuvo una vez nominada al Emmy y tampoco lo ganó. El único premio que descansaba en la repisa de su chimenea fue un Tony a la mejor actriz de comedia o musical por New girl in town, un espectáculo a mayor gloria de Gwen Verdon, a la sazón, esposa de Bob Fosse por aquella época que también se encargó de la coreografía.
New girl in town, en realidad, era una adaptación del drama Anna Christie, de Eugene O´Neill. Seguía con fidelidad los pasos de la obra original salvo al final que acaba de manera más esperanzadora. En cualquier caso, os dejo el dúo que Thelma realizó con Cameron Prud´homme, él en la piel del padre y ella como la amante del padre de la protagonista.

Y como mosaico, ella, inconfundible y maravillosa. Una de las mejores actrices que hemos tenido el placer de observar en el cine, la gran Thelma Ritter siendo acosada por un caradura llamado Tony Curtis.




Comentarios

CARPET_WALLY ha dicho que…
Thelma Ritter, qué grande.

Yo creo que inauguró un género en si mismo con su interpretación en "Eva al desnudo", la criada con mala leche y gran corazón que siempre está ahí, cascarrabias, capaz de decir todas las verdades del mundo, la sensatez de la persona de la calle...Es cierto que eso es mucho más del guionista que de Thelma, pero con su interpretación se creó escuela, se elevó ese personaje a lo universal y ahí sigue. ¿existió antes?...no lo sé, pienso pero no encuentro nada similar.

Lo que si sé es que a partir de allí las ha habido a miles, desde la propia Thelma en "La ventana indiscreta" ( con una frase para la historia : "Nada ha causado más problemas a la raza humana como la inteligencia"), hasta las Florinda Chico y Rafaela Aparicio de las películas españolas de los 70/80.

No eran la criada de "Roma", observadoras silenciosas, todo lo contrario. Tampoco era su cometido, sus salidas de tono tenían efecto cómico pues ponían en verdadera situación el supuesto drama de los "amos de la casa". Alguna vez se ha hecho con mayordomos, pero el efecto es menor, salvo honrosas excepciones.

Un merecido recuerdo en un gran gus.

Abrazos con mirada cargada de verdad
INDI ha dicho que…
pues sí, un recuerdo merecido a esa gran actriz y a otras que como ella no tenían reservado el lugar de las primeras estrellas pero qué gran labor hacían desde su papel secundario.

Abrazos de reconocimiento

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