EL GUS DE ALBANTA (30-1-19)
El día a día nos demuestra que
somos unos animales (Alex de la Iglesia)
GUSMORNI CINÉFILOS
Primero de todo, disculparme por
mi falta de cumplimiento el miércoles pasado. Una tarea inesperada de color
pardo tirando a marrón oscuro me impidió cumplir con mi santa obligación. Lo
siento mucho y no digo que no volverá a ocurrir porque tal y como están las
cosas cualquier día pude volver a pasar.
Sí, cada vez es más difícil y
complicado acabar las faenas en tiempo y forma, cada vez menos gente, cada vez
más complicaciones y, hay que reconocerlo, cada vez menos ganas e ilusión, que
yo cuentos con los dedos entre y suspiro y suspiro los años que me quedan para
una pronta y sustanciosa jubilación.
Lo de cualquier tiempo pasado fue
mejor que cantaba el poeta Jorge Manrique se viene haciendo realidad día tras
día, no es que quiera amargaros la mañana de este bendito miércoles, pero a
veces pienso en el modo de vida que tenían nuestros padres, cada uno con su rol
establecido y asumido, más tranquila y sosegada, todo era distinto no sabemos
si más felices a mí me parece que sí.
Mi padre tenía la costumbre junto
con sus compañeros de, una vez finalizada la jornada, tomarse una caña rápida,
recuerdo que después nos traía el aperitivo que le habían puesto, un puñado de
almendras, generalmente. Una costumbre que hoy resultaría impensable, nos
pasamos la vida corriendo y cada vez existen menos bares y cada vez es más
difícil encontrar ese tipo de bar de barrio al que recababan los señores tras
la jornada y servía como punto de reunión a la hora del aperitivo a las
familias en domingo.
Y el bar ha servido en muchas
ocasiones como escenario de grandes momentos de la historia del cine , más de
41 reseñaba un artículos en fotogramas no los pondremos todos, sólo alguno de
ellos
“Casablanca” (1942, por Michael
Curtiz)
El Café de Rick no estaba en
Casablanca, sino en los estudios de Hollywood. Actualmente existe uno igual en
la ciudad de Marruecos. Pero no es lo mismo sin Rick, Ilsa o Sam
'Star Wars' (1976, George Lucas)
El antro de la galaxia, con mala
reputación por la clientela que la frecuenta: esa es la Cantina de Chalmun, más
conocida como la Cantina de Mos Eisley.
'Frankie & Johnny' (1991, Garry
Marshall)
Johnny entra a trabajar de
cocinero en el bar donde trabaja Frankie. En el establecimiento va surgiendo el
amor entre los personajes originales de la obra de teatro de Terrence McNally.
'Cocktail' (1988, Roger Donaldson)
Brian (Tom Cruise) y Doug (Brian
Brown), aprendiz y maestro sirven cócteles a neoyorkinos con un numerito
acrobático. Aunque los Beach Boys sonando con el barra al aire libre en Jamaica
también estaba bien.
'Irma la dulce' (1963, Billy
Wilder)
Mientras transcurre la historia
entre Néstor (Jack Lemmon) e Irma (Shirley MacLaine) el propietario del bar,
Moustache, suele contar batallitas tras la barra de su vida anterior.
"...Pero esa es otra historia".
'Abierto hasta el amanecer'
(1996, Rober Rodríguez)
La película de Robert Rodriguez
enseñaba 'La teta enroscada', un establecimiento para moteros y camioneros.
Pero un percance desvelará que el establecimiento es algo más que un bar de
carretera.
Ya lo decía Gabinete
Calligary….”Bares, qué lugares, tan gratos para conversar…
Al calor del amor en un bar
Gabinete Caligari
Amor, la noche ha sido larga
Y llena de emoción,
Pero amanece y me apetece
Estar juntos los dos.
Los bares, que lugares
Tan gratos para conversar.
No hay como el calor
Del amor en un bar.
Amor, no he sabido encontrar
El momento justo
Pues con el frío de la noche
No estaba a gusto.
Mozos ponga un trozo
De bayoneta y un café,
Que a la señorita la invita
Monsieur
Y dos alondras nos observan
Sin gran interés
El camarero está leyendo el
"As"
Con avidez
Los bares, que lugares
Tan gratos para conversar.
No hay como el calor
Del amor en un bar.
Amor, aunque a estas horas
Ya no estoy muy entero,
Al fin…
Como MOSAICO DE HOY, una imagen
de unas de mis escenas favoritas dentro del mundo Tarantiniano, la primera vez
que la vi pensé…esto es cine como el de antes, con Fasbender haciendo un gesto
que les costará la vida.
Comentarios
También, con el grupo de amigos, teníamos la costumbre de quedar en un bar aunque, algo pomposamente, se anunciara como "cafetería". Cafetería Blanco, en la calle Virgen del Portillo. Allí pasábamos tardes enteras, pero, lo que era aún más importante, en esas tardes sueltas, en las que no tenías ningún plan en concreto y habías pasado las horas estudiando o haciendo cualquier otra cosa, decidías "me voy a pasar por Blanco" a ver si veías a alguien. Y sí, siempre veías a alguien con quien compartir, aunque sólo fuera durante una hora, una caña, una Coca-Cola, unas risas y un "aireo" para la mente. Bares qué lugares.
Un gus estupendo, Albanta. Levanta muchos recuerdos.
Abrazos cañeros.
A mí a bote pronto por ejemplo me encanta el ambiente que se respira en el bar en el que trabaja Fernando Fernán Gómez en "El mundo sigue" (tremenda película por cierto).
Abrazos leyendo el gus con avidez
Sobre los bares, mi pasado, como el de Bardés es de recuerdos adolescentes en un bar. En realidad 2, el Mesón Hermanos Sanchez fue el primer lugar de encuentro porque hacían unas riquisimas raciones de patatas al ajillo con un precio que a escote se ajustaba bien a nuestra precaria economía. El problema es que con una ración y 5 ó 6 cañas nos sentábamos allí no menos de 10 chicuelos y chicuelas y nos tirábamos la tarde entera, así que el dueño entendió que aquello era mal negocio y empezó a tratarnos bastante mal. Hasta que dijimos basta y nos cambiamos al cercano bar Saudade, un sitio que estaba de capa bastante caída y que acababan de coger dos tipos para ganarse la vida. Yo no diría que les hicimos ricos, porque no ganaron nunca tanto, pero si que fuimos fundamentales para la buena marcha del negocio. Un bar vacío ( y sobre todo entonces) es muy mal reclamo. Un bar con gente joven de aspecto normal que animan a que otros jóvenes de su edad se acerquen fue un boom comercial. Claro que los dos tipos funcionaban muy bien, buenos precios, buenas raciones, trato agradable...y aquel grupo de jóvenes que aparecían cada tarde (o mañana, o noche) y se tomaban lo mínimo que nos daba el bolsillo, pero que terminaron convirtiéndose en parte del decorado.
Y además como dice Bardés en época sin movil no habia necesidad de quedar a alguna hora, simplemente te acercabas al Saudade y siempre había alguien o aparecía al poco.
En cuanto a los bares películeros efectivamente no es lo mismo España que lo que se ve en el extranjero. Ni los Saloones del lejano Oeste, ni los lugares de copas donde el camarero te da el último consejo antes de la última copa. Podríamos recordar el que regentaba Viggo Mortensen en "Una historia de violencia" o "el bar Coyote" y sus camareras especiales o más evocador aun que era aquel en el que se reunian y cantaban "Ssweet Caroline" en "Beautiful Girls".
Pero si nos ponemos en España, el bar más bar que reconozco es el de "Tarde para la ira", bar de barrio con habituales y partidas de mus. No puede haber nada mejor.
Abrazos en la barra
Recuero que mi padre salía de trabajar a las 7 y antes de ir a casa a cenar se iba de txikiteo con sus amigos, era la vida social de la época. Ahora yo salgo de trabajar a la misma hora que lo hacía él pero al hacerlo a 30 km de casa llego más tarde, los lunes, martes y jueves paso a recoger a mi hija del entrenamiento, los miércoles camino a casa hago la compra y los viernes paso a dejar a mi hijo en su grupo de tiempo libre. La diferencia entre ambas épocas es evidente. Lo de los bares queda, con suerte, para el fin de semana.
Recuerdo con cariño el bar en el que nos solíamos reunir la cuadrilla cuando vivía en el pueblo. Tenía debajo del bar una especie de sótano con mesas y una tele a la que prácticamente nadie bajaba, por lo que nos adueñamos del lugar durante muchos años. Aquellas cuatro paredes eran nuestro mundo. El salto que se daba al pasar de reunirse de los recreativos a los bares era sinónimo de que ya eramos mayores. Y en aquel bar nos sentíamos mayores.
Los bares que citáis están muy bien, pero yo me quedo con el de Cheers.
Abrazos con una caña