GUS MORNINS 26/11/19
“Stewart Swinton: ¿Te has vuelto loco?
Will Randall: (Después de mearse en sus
zapatos) No, estoy marcando mi territorio y estás justo en medio…”
James Spader y Jack Nicholson en “Lobo”, de
Mike Nichols
En ausencia de
efemérides motivadoras para el día de hoy, conmemoraremos que hace veinticinco
años se estrenó Lobo, de Mike
Nichols, con Jack Nicholson, Michelle Pfeiffer y James Spader en los
principales papeles. Es una estupenda película, con escenas realmente buenas,
que revive el mito del hombre-lobo de una forma muy sugestiva a través, por
supuesto, de una historia de amor. Es cierto que, hacia el final, la película
decae un poco, pero eso no le resta ni un ápice de interés. Con el tiempo ha
ido ganando adeptos y ya es muy difícil no pensar en un hombre-lobo con los
gestos perrunos del gran Jack Nicholson.
Vamos con su
anecdotario, que lo estáis deseando, que os veo, lobos.
Empecemos por el final.
En la última escena, podemos disfrutar de una Michelle Pfeiffer espectacular,
en pleno proceso de conversión (aunque muy sugerido, eso sí) en mujer-lobo y
enfundada en un ajustado jersey negro con pantalones negros. El director, Mike
Nichols quería que ese jersey fuera rojo. La propia Michelle convenció a
Nichols de que mejor el negro porque sería un final mucho más sugerente, menos
salvaje y más lobuno.
El proyecto era una
idea del propio Jack Nicholson que estuvo enseñando el guión por distintas
productoras durante diez años.
Christopher Plummer, en
sus memorias, confiesa que, en una escena en la que tenían que pelearse, llegó
a pegar realmente a Michelle Pfeiffer llevado por su concienciación del papel.
Estaba tan metido en él que no calculó bien y le dio en toda la cara.
Hubo una estrecha
relación de amistad entre Michelle Pfeiffer y James Spader, se llevaron muy bien
y hoy en día todavía siguen siendo amigos.
La expresión
“hombre-lobo” no se pronuncia en toda la película.
Cuando Michelle
Pfeiffer aceptó el papel, Mike Nichols pensó que sería una buena idea potenciar
sus intervenciones y convertir a su personaje en una activista pro-derechos de
los animales y hacer que fuera una mujer en permanente peligro, asediada por
Nicholson. La propia Pfeiffer le dijo que no tocase ni una coma. Lo que
realmente la importaba era trabajar con Nicholson.
La implicación de Jack
Nicholson en el proyecto fue de tal calibre que él mismo eligió al director
para hacerla. Tenía una lista entera de posibles candidatos. El primero de
todos ellos era Mike Nichols.
El segundo en esa lista
era Stanley Kubrick. Nicholson llegó a hablar con él. Kubrick rechazó la
posibilidad de plano.
Sin embargo, la primera
opción para el papel femenino no fue Michelle Pfeiffer, fue Sharon Stone. No le
interesó el papel. Pensó que sería una película de terror más.
Hubo ciertas
discusiones entre Nichols y Nicholson. El director tenía la idea de que la
película tenía que hablar sobre la pérdida y la muerte. Nicholson, por el
contrario, pensaba que debería enfocarla como una celebración de la libertad.
Creo que, finalmente, la película no es una cosa ni otra, pero tiene ambas
facetas dentro.
Antes de que
Christopher Plummer fuera contratado para hacer el papel del rico progenitor de
Michelle Pfeiffer, el propio Marlon Brando se interesó por interpretarlo
llamando personalmente a Mike Nichols. Nichols dijo que se lo pensaría y lo
habló con Nicholson. Éste se mostró encantado de la posibilidad, pero le dijo a
Nichols que no habría ceros suficientes dentro del cheque. Nichols llamó
inmediatamente a Brando y le dijo que ya tenían a otro actor. En dos horas,
Plummer estaba contratado.
La parte final de la
película, en mi opinión la más floja, tuvo que ser rodada dos veces. En un
primer montaje, no les gustó nada a los productores porque pensaban que el
desenlace debía tener algo de acción. Nichols accedió a hacerlo (especialmente
el salto de Nicholson dentro del establo) y la broma de hacerlo de nuevo costó
700.000 dólares al estudio.
John Williams iba a
componer la banda sonora de la película, pero estaba tan ocupado con los toques
finales para los estrenos de Parque
Jurásico y La lista de Schindler
que llamó apresuradamente a Nichols y le dijo que se buscara otro compositor.
El elegido fue Ennio Morricone.
El doble de James
Spader resultó gravemente herido en una escena. El propio Spader se interesó
muchísimo por él.
El maquillador Rick
Baker, una de las leyendas del maquillaje de Hollywood, confesó que el
maquillaje para el personaje de Jack Nicholson fue muy sencillo debido a su
corte de cara y a su mirada. Sin embargo, tuvo que emplearse a fondo para
convertir a James Spader en un hombre-lobo.
Mick Jagger fue a ver
personalmente a Nichols porque estaba como loco para interpretar el papel de
Plummer. Nichols le trató bien pero confesó a su secretaria que estaba como un
cencerro.
Michelle Pfeiffer
declaró que le encantó hacer el papel porque sólo tenía que aparecer tal cual
era, sin apenas maquillaje y, sobre todo, sin corsé.
Nichols estuvo muy
obsesionado con la película. Veía en ella el fin de la civilización occidental
y la muerte de Dios. Ennio Morricone, por su parte, creía que, simplemente, era
sobre un hombre atrapado en su propio sueño.
Nichols estaba muy
ilusionado con el proyecto. Nunca había dirigido una película de estas
características y veía en ella la oportunidad de reinventarse como director.
Michelle Pfeiffer veía
a su personaje como una chica absolutamente normal. Por eso, decidió darle un
tono menor a su interpretación, lo más natural posible.
Nichols exigió que el
montador estuviera a su lado durante todo el rodaje, tomando notas del propio
director para que todo estuviera hecho a la hora de sentarse en la moviola.
En la lucha que tiene
lugar en el establo entre Nicholson y Spader, los caballos tenían que asustarse
muchísimo. Eso generó grandes problemas porque el equipo no tenía ni idea de
cómo encabritar a los caballos. Había que simular en el estudio de sonido y en
post-producción que las palomas se asustaban y echaban a volar en el exterior.
El ingeniero de sonido grabó sonidos de paloma aleteando alrededor de una
catedral y lo puso a todo volumen en el establo. Funcionó. Los caballos se asustaban
realmente.
En la película aparece
el legendario edificio Bradbury, escenario de muchas películas. Entre otras, es
la vivienda de Sebastian en Blade Runner.
Todas las reacciones de
los lobos que salen en la película se rodaron aparte. Los gestos de Nicholson son
fingidos, imaginando que tiene los lobos delante.
Nichols fue quien tuvo
la idea de que el personaje de Pfeiffer se volviese loba a raíz de hacer el
amor con Nicholson. No es por la pelea que ella presencia entre Spader y
Nicholson y en la que se ve involucrada.
El caso es que ahí
está. Para la memoria queda, por ejemplo, esa fantástica escena en la que
Nicholson comienza a escuchar lo que se dice en la oficina con el fino oído de
un lobo, la lucha sin cuartel entre Spader y Nicholson (un paralelismo entre
los lobos y los ejecutivos de una empresa que no es difícil de hallar) o el
magnetismo impresionante de Pfeiffer cuando está en plena transformación y
aparece en un último momento.
Como clip os dejo ese
final en el que ella va en busca de su lobo, de su hombre.
Y como mosaico, ahí os
dejo un momento en el que Nichols imparte órdenes a Nicholson y a Pfeiffer.
Cuidado con la luna llena. Ya sabéis que yo también soy un lobo.
Comentarios
Jugoso anecdotario como siempre el de los viernes. No me extraña que Michelle estuviera loca por volver a trabajar con Nicholson. Se nota que se lo pasaron bien en el rodaje de "Las brujas de Eastwick".
Buen gus, se ve que no has meado fuera de tiesto.
Abrazos aullando
Los viernes no hay ni sección o sea que...
Abrazos a estrenar
Mientras tanto disfrutemos de anécdotas, de películas y de saberes que para eso el Lobo (el de verdad, que Nicholson sólo actuaba) se basta y se sobra.
No entiendo la idea inicial de Sharon Stone para esta película, no sólo porque Michelle me parezca infinitamente mejor actriz (también mucho más bella) sino porque no se me ocurre mujer con mayor componente animal en sus movimientos, en su elegancia y, por supuesto, en su mirada...Una experta en esto de convertirse en otra especie, que antes de loba, fue gata y antes aun halcón...La Pfeiffer es así, hasta de ciempiés resultaría atractiva.
Y Nicholson es un lobo perfecto, es cierto que su rostro necesita poco para que imagines al hombre lobo clásico (tal y como para Lobezno sólo puedo imaginar a Jackman), porque su boca, su sonrisa y sus ojos ya tienen mucho de lobuno.
La película a mi me dejó un poco frío, pero la prefiero a "El hombre lobo" de Benicio del Toro, creo que es un mito del terror que no ha tenido mucha suerte en las adaptaciones, le falta un Coppola para dar un salto cualitativo.
Gran gus, muy corporativo incluso.
Abrazos de luna llena