GUS MORNINS 29/10/19

“Andy Dufresne: Recuerda, Red. La esperanza es buena. Quizá es lo mejor de todo. Y nada muere si es bueno”        Tim Robbins en “Cadena perpetua”, de Frank Darabont

En ausencia de efemérides memorables, vamos a recordar esta grandísima película que se estrenó hace exactamente veinticinco años. Nominada a siete Oscars, no ganó ninguna (una injusticia más en la historia de los premios) pero ha sido revalorizada continuamente desde entonces, situándola como uno de los últimos grandes clásicos del cine y como una de las mejores películas del cine contemporáneo.

Recuerdo que vi la película en el cine Carlos III, de Madrid. Hoy, lamentablemente, es un espacio de restauración, pero fue una época en la que fui mucho a ese cine porque era uno de los pocos de Madrid que aún despachaba entradas de forma anticipada (Internet aún era un sueño) y yo quería siempre las mejores disponibles (fila 12, centrada). Era un cine cómodo, antiguo teatro, con una sonoridad estupenda. Allí vi un buen montón de películas que guardo como tesoros en mi memoria. Una de ellas fue ésta.

Hay un extenso anecdotario alrededor de esta película que, además, explican mucho cómo fue realizada, vamos con ello.

Por ejemplo, la sencilla escena en la que Andy (Tim Robbins) se acerca a Red (Morgan Freeman) para pedirle un martillo de gemas y en la que éste último está lanzando una pelota de béisbol llevó nueve horas de rodaje. Morgan Freeman realizó los lanzamientos sin rechistar durante todo ese tiempo. Al día siguiente, tenía una luxación en el hombro.

El proyecto fue una idea de Frank Darabont cuando estaba en la facultad de cine. Ahí había un programa en el que Stephen King vendía algunos de sus relatos a un precio muy asequible (mil dólares de forma aplazada). Diez años después, Darabont le pagó cinco mil dólares para compensarle sobradamente la oferta. Stephen King le devolvió el cheque sin cobrar con una nota: “Que sirvan para pagarte la fianza cuando lo necesites. Con cariño, Steve”.

La película está basada en el relato corto de Stephen King Rita Hayworth y la redención de Shawshank y uno de los cambios que Darabont introdujo fue el cambio sobre el personaje de Red. En la novela, Red es un pelirrojo irlandés. Para hacer el papel, Darabont tanteó a Robert Redford, Paul Newman y Clint Eastwood, y estuvo a punto de hacerlo Harrison Ford. Como ninguno se decidió a última hora, Darabont lo cambió de color y se lo ofreció a Sidney Poitier, que lo rechazó. Morgan Freeman fue la segunda opción.

El propio Stephen King consideró que ésta es la mejor adaptación que se haya hecho nunca de cualquiera de sus trabajos.

Para el papel de Andy, antes de Tim Robbins, se pusieron en contacto con Jeff Bridges, Tom Hanks, Kevin Costner, Matthew Broderick, Nicolas Cage, Johnny Depp y Charlie Sheen y quien estuvo a puntito de hacerlo fue Tom Cruise. Tom Hanks estaba enamorado de la película pero ya estaba comprometido con Forrest Gump y Kevin Costner también pero estaba metido en un buen lío con Waterworld.

La película, en original, se llama The Shawshank redemption. Darabont cortó el nombre de Rita Hayworth para no confundir al público porque podían pensar que la película era un biopic sobre Rita Hayworth. Aún así, la hija de Rita Hayworth y Orson Welles, Rebeca, se puso en contacto con Darabont para decirle que nadie mejor que su madre podía representar ese papel inexistente que tiene en la película.

Frank Darabont tenía muy claro que la película debía ser un homenaje a todo el género carcelario con claras referencias a grandes títulos como El hombre de Alcatraz, Fuerza bruta o Fuga de Alcatraz.

La profesionalidad de Morgan Freeman estuvo fuera de toda duda a lo largo de todo el rodaje. La grabación de la voz en off que está en la película sólo le llevó cuarenta minutos.

El guión de Frank Darabont era tan bueno que Rob Reiner, el director de Algunos hombres buenos, pujó por él hasta la cantidad de dos millones y medio de dólares. Lo tenía previsto y él era el responsable de que el reparto incluyera a Tom Cruise y Harrison Ford, que ya los tenía apalabrados. Frank Darabont rechazó la oferta porque pensó que era la mejor ocasión para demostrar que era un buen director y que podía hacer algo realmente bueno.

El dinero que Stephen King no quiso coger fue sobradamente cobrado en el siguiente proyecto de Frank Darabont, también basado en un relato suyo, La milla verde al que se apresuró a unir a Tom Hanks, que lamentó siempre no haber podido hacer Cadena perpetua.

La película no fue muy rentable en su estreno. Costó noventa millones de dólares y recaudó algo más de ochenta. Su éxito vino de la mano del mercado del vídeo y del DVD. Es la película más alquilada y vendida de la historia.

Darabont intentó que Brad Pitt interpretara a Tommy por todos los medios. Pitt rechazó el papel porque prefería el papel protagonista de Entrevista con el vampiro.

La prisión de Shawshank, totalmente inventada por Stephen King y situada en la imaginación del escritor en el estado de Maine, es mencionada también en otra película. Concretamente en la excepcional (me parece una grandísima película) Eclipse total, también basada en un relato de Stephen King, cuando Kathy Bates le dice a su marido, David Strathairn, que irá a cumplir condena a Shawshank por lo que le está haciendo a su hija.

El episodio de Andy poniendo música de ópera (Las bodas de Fígaro) a los presos, es obra exclusivamente de Frank Darabont. No está en el relato original de Stephen King. Bien es cierto que Tim Robbins también aportó ideas.

El escenario de la prisión de Shawshank es, en realidad, el Reformatorio Estatal de Ohio, a muchos kilómetros de donde se supone que está, en Maine. Desde el estreno de la película, el Reformatorio es visitado por dieciocho mil turistas al año, trayendo una riqueza calculada en más de tres millones de dólares anuales a los habitantes de las cercanías.

Otros cambios que introdujo Darabont con respecto al relato es que en el original, había tres alcaides distintos, dado el tiempo que pasa Andy en prisión. También la historia de Brooks, el bibliotecario, es alargada porque King la resume en apenas un párrafo.

El roble blanco que aparece en la película, no es decorado. Existió de verdad. Después de una existencia centenaria, se tronchó en junio de 2016 por culpa de una violenta tormenta de viento.

Algunos de los pintorescos títulos que se pusieron a la película en otros países fueron: Un mundo ahí fuera (Dinamarca), Rita Hayworth o la llave de la evasión (Finlandia), A la sombra de Shawshank (Canadá), Última salida: Rita Hayworth (Grecia), Prisioneros de la esperanza (Hungría), Murallas de esperanza (Israel), Las alas de la libertad (Italia), Sueños de fuga (Méjico), La lluvia de la libertad (Noruega), Prisión de ángeles (Rumania), Evasión en Shawshank (Rusia). La verdad, no se entiende esta profusión de títulos (tampoco el español) con lo bonito que podría haber sido La redención de Shawshank.

Uno de los grandes problemas que tuvo que afrontar la producción fue que el Reformatorio Estatal de Ohio donde fue rodada la película está justo debajo de un buen montón de rutas aéreas. Eso hacía que muchas tomas tuvieran que repetirse.

Frank Darabont reconoce que su pasión por la ópera fue la principal fuente de inspiración para toda la película. También que su modelo de dirección es Martin Scorsese.

La prisión, es decir, el Reformatorio Estatal de Ohio, también fue usada para rodar los exteriores de Brubaker, de Stuart Rosenberg, con Robert Redford de protagonista.

El trabajo de escritura de guión le llevó a Frank Darabont ocho semanas.

Darabont rodó la película en el mismo orden en el que aparecen las escenas, es decir, de modo secuencial.

Uno de los deseos del director no era acabar la película tal y como acaba, con el encuentro en Ciguatanejo entre Red y Andy, sino con Red cogiendo el autobús después de leer la nota que le deja su compañero. El final fue una imposición de Castle Rock, la productora de la película.

El túnel por el que se escapa Andy fue inundado de chocolate para la filmación. Ya sabéis qué es lo que representa.

Lo cierto es que es una película cuyo mensaje de esperanza, por muy inhóspitas que sean las condiciones, constituye algo que necesitamos mucho en el día de hoy. Demasiado a menudo, olvidamos esa palabra. Esperanza. Y no deberíamos. Porque la esperanza es algo bueno.

Os dejo con la secuencia central, libre y emocionante, de la película. Aún se me saltan las lágrimas con la voz del gran Pepe Mediavilla, la voz de Morgan Freeman, que nos dejó recientemente.

Y como mosaico, os dejo con Frank Darabont bromeando con Morgan Freeman en medio del rodaje.