GUS MORNINS, 23-3-20
¿Entonces
es verdad, me quiere usted? ¿Habla de veras? ¿No trata de engañarme? ¿Me quiere
usted de verdad?"
Las
noches de Cabiria (Federico Fellini, 1957)
Guuus
mornins, cinéfilos
Corren
tiempos raros, días extraños en los que todo se trastoca y se pone del revés. Supongo
que con la que está cayendo me perdonaréis que hoy no tengamos el habitual
capítulo de “El cine en cien películas”.
La logística últimamente nos falla más de lo habitual y se diría que es lo que
menos me preocupa. Permitidme saludaros antes de este gus improvisado lanzaros
un beso a ellas y un abrazo a ellos (o al revés como queráis que ya sabéis que
no tengo manía) y pediros que por favor, por favor, tengáis mucho cuidado ahí
fuera.
El
caso es que hoy vamos a tener un gus a la antigua usanza, como solía ser
habitual, y ojalá que esa rutina y esa habitualidad vuelva pronto. El episodio
de El cine en cien películas puede esperar a mañana o a pasado (a ver qué dice
el pedantón).
Y
hoy además nos vamos a ir a Italia, otro país que está pasando momentos
complicados que también esperamos pasen pronto. Allí, en Roma nos dejó hace 26 años
Guilleta Massina, la gran Guilleta de los espíritus, musa y esposa de Federico
Fellini que nos dejó tantos y tan buenos papeles en el cine, aunque cómo no
poner a la cabeza de todos ellos a la ingenua Gelsomina de La Strada.
Guilia
Anna Massina nació en San Giorgio di Piano en la región de Emilia Romaña el 22
de febrero de 1921, y era hija de un violinista y profesor de música que la
inculcó desde muy niña el amor por las artes. Luego Guilia vivió la mayor parte
de su infancia en Roma en casa de una tía viuda y allí estudió Filosofía y
Letras aunque lo suyo era la danza y la interpretación.
Empieza
a trabajar como actriz de radio en seriales y culebrones de la época. Uno de
ellos, el más popular, Terziglio, estaba escrito por Federico Fellini que cae
rendido a los pies de la muchacha. Federico y Guilleta se casan en 1943, y su
matrimonio durará toda la vida. Una de las parejas más sólidas y famosas de la
historia del cine, sin duda.
La
carrera de Massina despega de la mano de su marido y de películas tan
memorables como La Strada, Las noches de Cabiria, Guilleta de los espíritus
o Ginger y Fred. Las dos primeras obtuvieron el Oscar a la Mejor
película extranjera, y la segunda además tuvo un remake en Hollywood de la mano
de Bob Fosse como vimos aquí la semana pasada. Pero también trabaja con otros
grandes del cine italiano como Comencini, Lautada, Castellari o Rossellini.
Entre sus parejas en la pantalla, también los grandes, Mastroianni (cómo
olvidar también la entrañable y decadente pareja que forman en Ginger y Fred),
Sordi o, claro, Anthonny Quinn explotándola vilmente como el rudo Zampanó.
Adornan
esa brillante trayectoria un premio de interpretación femenina en Cannes por Las
noches de Cabiria y dos nominaciones a los premios BAFTA, además de un
sinfín de reconocimientos nacionales e internacionales menores.
Guilleta
fue enterrada en Roma junto a su querido Federico, y el único hijo de ambos,
Pier Federico que había muerto unos años antes.
Hoy nos queda el recuerdo de una actriz que personificó la dulzura como
nadie, un placer recordarla, cara Guilleta.
Y
hoy nos despedimos recordando a otro italiano maravilloso y genial que hoy nos
cumple 75 años. Nos cautivó a todos allá por los ochenta con su aspecto de
despistado profesor de filosofía buscando un centro de gravedad permanente. Y
ahí seguimos. Esperemos encontrarlo pronto.
Comentarios
Giulietta...siempre me acordaré de su rostro bañado en lágrimas mientras Federico subía a recoger su Oscar honorario y le decía desde el escenario: "And Giulietta...please...stop crying".
Una actriz de muchos más recursos de los que nos solemos acordar y, como siempre,un oportuno gus para unos tiempos inoportunos.
Abrazos desde la carretera.
En estos tiempos de película (y no de la que nos gustaría ver), lejos de "Lalaland" y más cerca de escenarios apocalípticos, seguimos intentando mantener la actividad y la "normalidad". Los basureros y barrenderos siguen siendo servicio prioritario (más los primeros), así que hay que seguir en la brecha con lo que pueda necesitarse y que desgraciadamente se necesita (bajas, ertes, nóminas, pagos de material,...) . Algunas cosas se pueden hacer desde casa, pero no todas...
Y Giulietta ya estará con sus espiritus, sobre todo con el de Federico, y no estará nada mal entregando esa ternura que desprendía en cada actuación. Si la bondad tuvo alguna vez cara, esa fue la de la Massina.
Y para buenos, los guses, los del maño y los del Lobo...y los demás a diisfrutarlos...que es una buena forma de pasar la cuarentena.
Abrazos sin confín
Como dice el Lobo, es caso es que sigamos todos bien. Pero las cifras asustan. Y también asusta el después, cómo quedará todo cuando haya terminado esta pesadilla.
En mi caso por ahora sigo viniendo a la oficina, imposible lo del teletrabajo.
Abrazos sin demasiada esperanza