GUS MORNINS 18/7/17
“Aprendí
que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre
valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo”
Nelson Mandela
Hoy es 18 de julio y ya
sabemos todo lo que conlleva ese día. Por eso, he preferido fijarme en alguien
que apostó por la paz desde el principio. Más que nada porque hoy también es el
día de Nelson Mandela. Un hombre que no cedió jamás ante las adversidades
aunque, a buen seguro, estuvo tentado de ello. Cuando accedió a la Presidencia,
también prefirió trabajar por una reconciliación nacional que olvidase todo
cuanto había ocurrido en los tristes años del apartheid, una de las mayores barbaridades perpetradas por el
hombre. Todos sabéis que ha sido varias veces interpretado en el cine, sobre
todo con los rostros de Morgan Freeman e Idris Elba. En cualquier caso, y a
pesar de que dejó el país con muchos problemas, dio un paso muy importante
hacia el futuro y fue conseguir que blancos y negros se soportasen en un clima
que llevaba demasiados años creciendo a la sombra del odio, de la
incomprensión, de la dictadura racial y de los intereses de la burguesía.
Mandela ha sido un
símbolo, sobre todo porque a raíz de la película de Eastwood Invictus descubrimos ese poema que tanto
sirvió al hombre para resistir, para tener siempre la mirada puesta en el
horizonte del futuro y convenciéndose de que Sudáfrica debería vivir en paz y
con un mínimo de armonía. Ese poema, también reproducido en mi libro La imagen en el alma es éste:
Desde
la noche que, sobre mí, se cierne
Negra,
como su insondable abismo
Agradezco
a los dioses, si existen
Por
mi alma invicta
Caído
en garras de la circunstancia
Nadie
me vio llorar, ni pestañear
Bajo
los golpes del destino.
Mi
cabeza ensangrentada sigue erguida
Más
allá de este lugar de lágrimas e ira,
Yacen
los horrores de la sombra
Pero
la amenaza de los años me encuentra,
Y
me encontrará, sin miedo.
No
importa cuán estrecho sea el camino,
Cuán
cargada de castigo la sentencia,
Soy
el amo de mi destino,
Soy
el capitán de mi alma.
El poema es debido a
William Ernest Henley, escritor inglés de finales de siglo, que sufrió de niño
de tuberculosis y que, a raíz de ella, sufrió la amputación de una pierna. Su
amistad con Robert Louis Stevenson fue muy estrecha. Tanto es así que el
personaje de John Silver “El Largo” que aparece en La isla del tesoro está basado en Henley y no solo por esa
semejanza en la falta de una pierna, sino también en cuanto al carácter de
Henley. Fue crítico de arte y literario y, cuando alcanzó el rango de editor de
un periódico, descubrió al gran público figuras como las de Thomas Hardy,
George Bernard Shaw, H.G. Wells, James Barrie y Rudyard Kipling.
En cualquier caso, como
es el último gus de mi temporada, con todo esto quiero desearos que sigáis
siendo capitanes de vuestras almas y que siempre tengáis presente lo difícil
que es vivir en paz, incluso en vacaciones.
Os dejo música de cine.
Se trata de una película bastante mala, las cosas como son. En España se llamó En una isla tranquila, al sur, con Troy
Donahue en el papel protagonista cuando trataban de hacer de él un galán a toda
costa. Pero la banda sonora, casi más conocida por el título original de la
película A summer place, seguro que
la reconoceréis. En cualquier caso, es para que os acompañe en vuestras
vacaciones y encontréis esa tranquilidad que destila la melodía.
Y como mosaico, como no
podía ser de otra manera, Nelson.
Comentarios
Qué bonito el poema y qué bonita esa banda sonora que siempre me lleva al verano, al mar azul, calor, piscinas, noches estrelladas...
Feliz verano, pedantón.
Besos
low
Abrazos invictos
La música sensacional...
Gracias, Lobo.
Besos danzarines
Albanta