GUS MORNINS 28/3/17
“¿Televisión?
Nunca. No quiero que el público se vaya a hacer un pis o a prepararse un té
mientras trabajo como un negro” Dirk
Bogarde
Y es que este gran
actor británico, que nunca figura en la opción preferida de muchos, hubiese
cumplido hoy la friolera de 96 años. Para mí, ha sido uno de los más grandes
actores del cine inglés, con una trayectoria muy especial. Nunca tuvo
demasiados pelos en la lengua. Recordemos que Madonna, por ejemplo, dijo que,
para ella, era el hombre más atractivo del mundo y él, cuando le preguntaron
acerca de qué pensaba sobre ello, contestó: “Lo
siento. No estoy interesado en la necrofilia”. Para los aficionados
españoles siempre será el tipo que presidió el jurado del Festival de Cannes (“el infierno en la Tierra”, según él) y
que, finalmente, otorgó el premio a la mejor interpretación a Paco Rabal y a
Alfredo Landa por Los santos inocentes
aunque también no se cortó ni un pelo cuando anunció que “en realidad, ustedes saben cuál es el mejor de los dos”. Bogarde
fue un hombre peculiar y, sobre todo, un hombre de cine y teatro, serio y
concienzudo, con algunas interpretaciones fuera de lo común.
Hijo del editor
artístico del Times y de una actriz, participó en la Segunda Guerra Mundial con
el rango de capitán sirviendo en inteligencia militar en los frentes del
Pacífico y de Europa después de la invasión. De hecho, fue uno de los oficiales
al mando de las tropas que penetraron en el campo de concentración de
Bergen-Belsen, hecho que le marcó durante el resto de su vida desarrollando una
considerable aversión hacia los alemanes aunque no tuvo ningún reparo en
interpretar a oficiales nazis o, incluso, a participar en adaptaciones de
autores teutones.
Bajo contrato con la
Rank Organization, Bogarde alcanzó el rango de estrella con una serie de
películas basadas en el personaje del doctor Simon Sparrow, un militar que se
movía en el terreno de la comedia mientras trataba de salvar vidas allá donde
iba, llegándolo a interpretar hasta en cinco entregas de enorme popularidad en
el Reino Unido comenzando en 1954 con Un
médico en la familia. A partir de ahí, dotado de un físico atractivo y muy
particular, Bogarde comenzó a ganar prestigio trabajando con directores de
primera línea como Joseph Losey, John Schlesinger, Luchino Visconti, Liliana Cavani,
George Cukor, Jack Clayton, Richard Attenborough o Alain Resnais. A recordar
varias interpretaciones que se han quedado en la retina de todos como el
taimado mayordomo de El sirviente,
una extraordinaria película en la que trata por todos los medios de invertir
los papeles con su señor (interpretado por James Fox) al que termina por volver
loco a través de la lujuria, el deseo, el sexo y el alcohol. O cómo olvidar al
Gustav von Aschenbach enamorado de la misma belleza en Muerte en Venecia, tratando de alcanzar, con un último gesto, a la
misma perfección bañada por los rayos del sol. O al atormentado profesor de
Universidad que no sabe muy bien en qué mundo moverse, si la realidad o los
sueños, arrastrado por el deseo y las ganas de saltarse todas las normas en Accidente, o esa rareza impresionante
que es Providence donde hace una
inspección de su vida y de las razones de la muerte en plena campiña francesa.
O al terrible conserje que se acaba encerrando con una mujer en una habitación
para matarse, literalmente, haciendo el amor en Portero de noche junto a una hipersensual Charlotte Rampling.
Optó al papel
protagonista de Lawrence de Arabia
pero le fue arrebatado por dos veces. La primera por Albert Finney, que llegó a
hacer pruebas de vestuario y de cámara. Cuando Finney fue despedido antes de
empezar a rodar, volvió a sonar su nombre pero David Lean prefirió a ese
tornado que fue Peter O´Toole. Sin desanimarse, volvió a intentar hacerse con
un papel en otra película de David Lean, Doctor
Zhivago, pero el tirón de taquilla que en ese momento ostentaba Omar Sharif
le negó el papel (todo un error pues Bogarde da mucho más el tipo de ruso que
el actor egipcio). Unos años antes, en 1958, también estuvo en la nómina para
interpretar el papel de Gastón en Gigi,
papel que, finalmente, le arrebató un sosito Louis Jourdan (Dirk Bogarde
cantaba excepcionalmente bien) y Bogarde fue una estrella, sí, pero más
limitada al circuito de arte y ensayo, a las películas más bien “raras”, de
taquillaje corto y memoria larga. Tal y como ocurrió, por ejemplo, en ese
fresco de la ambición y la perversión que el propio Visconti rodó con él en La caída de los dioses, donde interpretó
a un industrial, a un hombre de negocios que aún conservaba algo de ética en un
ambiente de degeneración moral terriblemente cruel.
También habría que
destacar su intervención en una película muy desconocida suya y que, en
realidad, es la primera versión de La
gran evasión, contada desde una perspectiva mucho más realista y verídica,
que llevó por título Coraje es la seña,
realizada en exclusiva producción británica y un año antes que el exitazo de
Sturges. Por supuesto, no había persecuciones en moto ni nada parecido y la
película es muy notable, pero quedó muy ensombrecida por las aventuras de
McQueen y compañía.
La otra es su odiosa
encarnación del Teniente General Browning en Un puente lejano, verdadero cerebro de la desastrosa Operación
Market Garden que acabó en uno de los mayores fracasos de los Aliados en la
Segunda Guerra Mundial y que resulta, en todo lo referente a su intervención,
uno de los puntos más fuertes de la película, haciendo gala de una falta de
conciencia y de habilidad militar flagrante. Quizá un papel que solo podía
sacarse con dignidad en la piel de un actor como Dirk Bogarde.
Paralelamente a su
profesión de actor, resulta que Bogarde fue un escritor notable. Las críticas
le describen como “un autor de inusitada
elegancia” y se dedicó a publicar biografías, novelas y varios volúmenes
sobre críticas de libros. Parece ser que Bogarde era bisexual. Se le conoció
una relación con la actriz y modelo Capucine (después de que ella fuera
abandonada por William Holden) y también parece ser que compartió muchos años
de su vida con el representante Anthony Forwood. Más allá de eso, en 1961
protagonizó una película clave para el problema de la homosexualidad en el
Reino Unido. Se llamó Víctima, de
Basil Dearden, donde encarnó a un criminalista homosexual en una época en que
tal condición estaba prohibida en Gran Bretaña (recordemos el caso de Alan
Touring, que llegó a ser detenido). En cualquier caso, la película causó tal
revuelo que unos pocos años después, y gracias a la polémica que despertó, el
primer ministro Harold Wilson modificó las leyes sobre la homosexualidad
otorgando la libertad de elección a los ciudadanos británicos. Todo un triunfo
y una muestra más de que el cine puede cambiar el mundo.
Una de las películas
que interpretó Dirk Bogarde en Estados Unidos (aparte de ese pedazo de rareza
que es El ángel vestía de rojo, de
Nunnally Johnson, donde interpretaba a un sacerdote en plena guerra civil que
se enamoraba de una prostituta encarnada por Ava Gardner bajo la atenta mirada
de un reportero con los rasgos de Joseph Cotten) fue Podría seguir cantando, al lado de Judy Garland. En esa película
había una versión maravillosa del tema By
myself, que ya había interpretado en el cine Fred Astaire en Melodías de Broadway 1955, de Vincente
Minnelli pero que en la voz de Judy Garland resulta tremendamente desgarrador.
BY MYSELF (Arthur Schwartz/Howard Dietz)
I'll go my way by myself
This is the end of romance
I'll go my way by myself, love is only a dance
This is the end of romance
I'll go my way by myself, love is only a dance
I'll try to apply myself and teach my heart how to
sing
I'll go my way by myself like a bird on the wing
I'll face the unknown, I'll build a world of my own
No one knows better than I myself, I'm by myself alone
I'll go my way by myself like a bird on the wing
I'll face the unknown, I'll build a world of my own
No one knows better than I myself, I'm by myself alone
I'm sure that love's an overrated past time
It's the last time I'll ever be anything but fancy free
For love is just a junior high version, one way excursion
I'm sure that I am old enough to fly alone
It's the last time I'll ever be anything but fancy free
For love is just a junior high version, one way excursion
I'm sure that I am old enough to fly alone
And I'll face the unknown,
I'll build a world of my own
No one knows better than I myself
I'm by myself alone, I'll go, I'll go by myself alone
No one knows better than I myself
I'm by myself alone, I'll go, I'll go by myself alone
POR MI MISMA (Arthur
Schwartz/Howard Dietz)
Seguiré mi camino por
mí misma,
Este es el final del
romance.
Seguiré mi camino por mí
misma, el amor es solo un baile.
Intentaré aplicarme a
mí misma y enseñar a mi corazón cómo tiene que cantar
Seguiré mi camino por
mí misma como un pájaro en el ala.
Encararé lo
desconocido, construiré un mundo de mi propiedad
Nadie lo sabe mejor que
yo misma, y por mí misma lo haré sola.
Estoy segura de que el
amor estaba sobrevalorado en el pasado.
Es la última vez que
estaré en todo salvo en mis sueños,
Porque el amor es solo
una versión para jóvenes, una excursión solo de ida
Estoy segura de que soy
suficientemente mayor para volar sola.
Y encararé lo
desconocido, construiré un mundo de mi propiedad
Nadie lo sabe mejor que
yo misma,
y por mí misma lo haré sola, y seguiré, seguiré
sola por mí misma.
Impresionante ¿verdad?
Y el mosaico va dedicado a él, a este gran actor de físico inquietante y mirada
afilada, atractivo y con un punto de rechazo. El gran Dirk Bogarde.
Comentarios
Me encanta la Garland. Siempre he pensado que es la Piaf americana. Las dos tan menudas, tan frágiles y con ese torrente de voz tan natural. Maravillosa canción e interpretación.
Besos
low
Bogarde también era uno de los preferidos de mi madre, aunque para mi siempre resultó, como bien dices, inquietante, un tipo que nunca me despertaba simpatías, hiciese el papel que hiciese...generalmente un personaje antipático y retorcido. Gran actor en cualquier caso.
Y otra cosa que os cuento con la baba recorriendo mi barbilla o aun más abajo y tengo que decirlo o reviento. En el instituto de mi cría (os recuerdo que hace Bachillerato de Artes Escénicas) han encargado a los alumnos divididos en 2 grupos para montar una obra de teatro cada uno de ellos. Debían repartirse los roles (actores, música, escenografía, dirección ...). Lo único que les daban era una temática: "vida, muerte, hogar". Mi hija iba a ser la directora...lo es, de hecho, pero a falta de guionista o historia que contar asumió el papel...y la tía con 17 años se ha escrito una obra en tres actos, con un par...No es la mejor obra del mundo, pero tiene sentido, está bien dialogada, los personajes son reconocibles y bien definidos, tiene sus puntos de humor, sus conflictos...Vamos, lo que os digo...babosito perdido estoy, si lograse centrase llegaría lejos, pero está muy adolescente aun...
En fin, que muchos abrazos pa tos y tas.
low
La niña apunta maneras, Car, y tiene toda la vida por delante madurará, se convertirá en una mujer (a lo mejor autora) fascinante, yo creo que no puede ser de otra manera...mientras tanto ya deja pequeñas pinceladas de su talento. Felicidades.
Besos confianteshhhhh.
Albanta