Gus mornins, 27/02/17
"Yo he venido aquí a hablar de mi libro" (Francisco Umbral)
Guuud mornins, cinéfilos:
Ya sé, ya sé, estáis todos expectantes y como locos ante lo que,
como experto gurú cinematográfico, os pueda contar sobre la recién terminada
ceremonia de entrega de los Oscars.
Algún rezagado hasta esperará conocer por aquí el nombre de los
ganadores que aún no se habrá enterado. Y qué más os dará, digo yo, que hay que
ver lo pesaditos y lo previsibles que os ponéis en llegando estas fechas.
Porque yo, hoy y como decía aquel he venido a hablar de mi libro.
Y a daros a todos una sorpresa, un sorpresón, imaginaos que Andrew Gardflield
hubiese ganado el Oscar al mejor actor, pues más todavía. Sí, porque tanto,
tanto me adulabais y me regalabais el oído con eso de que escribía bien en los guses y tal que he decidido hace unos
meses dar el salto a la literatura y publicar mi primera novela. Y yo que de
natural no soy nada pedante y sí muy modesto había mantenido esto en secreto.
No obstante, y como el libro está a punto de ver la luz, no me queda más
remedio que anunciaros el próximo lanzamiento de mi nueva novela. Qué ¿cómo se
os ha quedado el cuerpo? Apuesto a que igual que si hubieseis oído que “Comanchería”
había ganado el Oscar a la mejor película.
Pues sí, lo cierto es que mi primer retoño editorial ya está aquí.
A punto de ser presentado en sociedad. Quedáis todos invitados. Por cierto que
la presentación tendrá lugar el próximo jueves 2 de marzo por la tarde en la
Librería Juan Y Medio. Habrá vino español y el libro me lo va a presentar
Arévalo, ¿el actor y director? No, hombre, no, el humorista, que encima cuenta
unos chistes de gangosos que te meas y lo pasaremos la mar de bien. Y lo mismo
le digo que se traiga a Bertín que si eso nos hace a todos unos huevos fritos,
eso si le funciona la vitro, claro.
Bien, pero ya va siendo hora de que os presente a la criatura en
cuestión. Es como digo una novela y me hace mucha ilusión presentárosla en
primicia a mis amigos del gus. Yo creo que es un thriller un poco mezcla de
Corín Tellado y Sánchez Dragó con toques de Cervantes (Remedios). Se llama “El
otro señor CB” y cuenta la historia de un crítico de cine al que por error lo
confunden con otro que responde a sus mismas iniciales. El caso es que al pobre
le envían al festival de Cannes y el pobre queda traumatizado tras asistir al
estreno de la última obra maestra del tailandés Apichatpong Weerasethakul de
cuatro horas y media de duración. Ya en
España, tras meses internado en una clínica de rehabilitación, jura venganza
contra el verdadero CB.
Esto sí que merecería un Oscar al mejor guión y no “Manchester United frente al mar”. Ojalá al año que viene pueda estar yo en las
butacas del Auditorio de los Oscars de Los Ángeles, entre Michael Fassbender y
Ryan Gosling si puede ser, y Meryl abra el sobre y diga mi nombre como el mejor
guionista de la noche. Y entonces suba emocionado a recoger el premio, y grite,
y llore, y dedique el Oscar a mis compañeros del gus que fueron quienes me
dieron la primera oportunidad.
Pues eso, que siempre tendré un recuerdo muy especial para mis amigos del gus. E incluso puede que
os invite a pasar un fin de semana en mi mansión de Beberly Hills y os presente
en alguna barbacoa a Brad Pitt o echemos unos sets con George Clooney o Matt
Dammon.
Y ojo que no estoy haciendo nada de castillitos en el aire, que
soy realista (como Indi) y sé que los comienzos siempre son duros y que me lo
voy a tener que currar. Por eso para mí es tan importante que acudáis todos
este próximo jueves a la presentación de mi novela. Ayss, estoy tan emocionado
que os voy a dejar con un fragmento.
“Me
levanté a eso de las tres de la tarde con una resaca del diecisiete. No sólo
había incumplido las indicaciones de los médicos de la clínica que me habían
prohibido terminantemente probar una gota de alcohol, sino que además estaba a
punto de perderme la cita que tanto tiempo llevaba esperando. Federico
Tachuelas, un antiguo compañero de la redacción, por quien siempre había
sentido una nada disimulada antipatía (la misma al parecer que él sentía por
mí) me había prometido hace tiempo presentarme a un editor que se había
mostrado muy interesado en la publicación de mi siguiente libro. Se trataba del
cuarto volumen de “El cine indostaní en la época de la Revolución Sij”. Los tres
anteriores habían sido auténticos éxitos de ventas que se agotaron en cuestión
de horas en el kiosko de debajo de mi casa (Braulio, mi fiel vendedor había
tenido la genial idea de regalar un ejemplar con el “Marca”). Además el último
de ellos había recibido muy buenas críticas que ensalzaban lo bien escrito que
estaba, sin faltas de ortografía y con acentos y todo, y eso que yo prefería la
“Times New Roman” a la “Arial” que finalmente me pusieron, pero ya se sabe que
en este mundillo lliterario el que manda es el que manda.
Me decidí
finalmente por una camisa azul claro y una corbata a rayas verdes y burdeos que
me favorecía mucho. Perdí algunos minutos delante del espejo ensayando mi mejor
sonrisa con la que engatusar definitivamente a mi potencial futuro mecenas.
Miré el reloj y salí pitando pues se hacía tarde para la hora señalada. El
encuentro se había concertado en los Multicines Callao en los que se exhibía la
última película de Paul Thomas Anderson, a la sazón uno de los directores
favoritos de Tachuelas y de mi misterioso editor. Yo no había sido nunca mucho
de ese señor. Los médicos de la rehabilitación ya me habían advertido de que me
guardara de emociones fuertes, por lo que albergaba además cierto temor a
recaer en mi crisis. De camino a los Multicines Callao recordé alguno de los
momentos maravillosos que pasé entre sus paredes durante mi infancia. En ellos,
pude contemplar joyas como “El último cuplé”, “Par, impar” y tantas y tantas
obras maestras de la cinematografía mundial. Ays , que tiempos.
Cuando por
fin llegué al cine me detuve a comprobar si habían llegado Tachuelas y el
misterioso editor. Estando en tal trance recibí un mensaje del primero en el
que me instaba a ponerme a la cola de la taquilla, y me informaba de que
llegaban con retraso. Obedecí la orden y como quiera que al ser ya dueño de mi
entrada ninguno de los convocados había aparecido entré en el recinto. Me
dirigí a la sala en la que se proyectaba el film de Anderson y me interné en
ella. La película ya había empezado y en pantalla aparecían ya los títulos de
crédito. Para mi sorpresa, pese a la hora intempestiva y la idiosincrasia
fílmica de la cinta, la sala estaba abarrotada. Avancé por el pasillo oscuro y
tras localizar un asiento vacío aposenté mis reales posaderas en él.
Después de
quince minutos de proyección – la película me estaba pareciendo un tostón de
aupa, claro que podía estar perfectamente equivocado- consulté de nuevo mi
móvil con la esperanza de encontrar un
nuevo mensaje de Tachuela infórmandome al menos de las razones de su tardanza.
Ni rastro. Fue entonces cuando percibí un ruido extraño a mi lado, como un
pequeño zumbido. Giré la cabeza y vi que se trataba de mi vecino de butaca que
roncaba como un bendito. Estaba totalmente despatarrado en el asiento y su
cabeza totalmente echada para atrás. Le caía una fina babilla por entre la
comisura de los labios. En un principio, no le di importancia, pero tras
examinarlo de forma más detenida concluí que su rostro no me era del todo
desconocido. Como quiera que sus ronquidos se hacían cada vez más fuerte,
procedí a darle un codazo para despertarle. Entonces me volví y mis sospechas
se confirmaron al fijarme en el bolsillo izquierdo de su camisa. Llevaba sus
iniciales bordadas.
“C.B”
Ahogué un
pequeño grito de terror. Ya no había ninguna duda.
Era él”.
Y ya no os cuento más, que os sabréis el final y luego ya no me lo
compráis y no os puedo invitar a merendar con George ni a echar unas raquetas
con Matt O sea que si queréis saber más, ya sabéis, el próximo jueves en la
Juan Y Medio. Solo añadiré que esta obra es totalmente fruto de mi imaginación y que cualquier parecido con la realidad es puritita coincidencia. Ahora me despido hasta el viernes que vendré con los estrenos.
Mañana estará con vosotros don César Bardés,
al que por supuesto espero este jueves en la presentación y no tendré ningún
reparo en firmarle un autógrafo, y me jodería bastante que me sacase cualquier
excusa de que no puede venir. Ale,
besitos y hasta el jueves
I COULD WRITE A BOOK
Ella Fitzgerald
A B C D E F G
I never learned to
spell,
At least not well.
1 2 3 4 5 6 7
I never learned to
count,
A great amount.
But my busy mind is
burning to use what learning I've got,
I won't waste any
time,
I'll strike while the
iron is hot.
If they asked me, I
could write a book
About the way you
walk, and whisper, and look.
I could write a preface
On how we met
So the world would
never forget.
And the simple secret
of the plot
Is just to tell them
that I love you a lot.
And the world discovers
As my book ends,
How to make two lovers
Of friends.
And the simple secret
of the plot
Is just to tell them
that I love you a lot.
And the world
discovers
As my book ends,
How to make two lovers
Of friends.
PODRÍA ESCRIBIR UN LIBRO
Ella Fitzgerald
A b c d e f g
Nunca aprendí a deletrear,
Al menos no muy bien.
1 2 3 4 5 6 7
Nunca aprendí a contar,
Hasta una elevada cantidad.
Pero mi mente ocupada arde en deseos de usar todo lo
que he aprendido,
No voy a perder el tiempo,
Golpearé mientras el hierro esté caliente.
Si me lo pidieran, podría escribir un libro
Acerca de cómo caminas, y susurras, y mira.
Podría escribir un prefacio
De cómo nos conocimos
Y así el mundo nunca lo olvidaría.
Y el simple secreto de la trama
Es solo para decirte lo mucho que te quiero.
Y el mundo descubra
Cuando mi libro termina,
Cómo convertir dos amigos
En amantes
Y el simple secreto de la trama
Es solo para decirte lo mucho que te quiero.
Y el mundo descubra
Cuando mi libro termina,
Cómo convertir dos amigos
En amantes
EL MOSAICO DE HOY
Comentarios
-"La lista de Schindler" es una cinta manipuladora, pastiche de muchas cosas y no deja sitio para el espectador...
(Esto me lo dijo de verdad alguien que se supone que sabe algo de cine el pasado viernes. Por poco me hago pastelitos de carne con su yugular, a ver si le parece que "El silencio de los corderos" es poco realista).
Incluso en las líneas que se pueden leer por ahí, se pueden encontrar cosas (y esto de nuevo es verídico) como ésta:
- "El padrino" no es más que una película que pretende remedar una serie tan buena como "Los soprano".
Y ahí ya coges, cierras el ordenador, te espatarras en el cine, abres la boca y roncas a gusto porque, total, si ese tipo escribe para una publicación bastante conocida y le pagan por escribir eso, qué más da lo que uno pueda escribir. Como si me da por poner que "Moonlight" es la mejor película del año y que "La La Land" merece perder por ser poco "realista"...
En todo caso, gracias, Dex, por este gus. Me ha alegrado un día que parece que va a ser un poco duro.
Abrazos sin confusión.
Y ahora, tanto tiempo después aparecía de nuevo en mi vida. Me había llegado un sobre en el que ponía que la vencedora del Oscar a la mejor película era "Lalaland", pero cuando estaba descorchando el champán para celebrarlo, sólo claro, el mensajero volvió y me dijo que se había equivocado de sobre y me entregó otro.
Cuando lo abrí me sorprendió ver la letra de Federico (Calibrí 12) citándome en los multicines Callao. Su enigmática invitación me indicaba que nos encontraríamos en la sala donde proyectaban la última película de Paul Thomas Anderson. Me pareció extraño, tanto como si me hubieran dicho que en Hollywood nos hubieran copiado a los españoles y hubiesen repetido aquel bochornoso momento en que Adriana Ugarte anunció el premio a mejor canción para "Los niños salvajes" y tuvo que corregir mientras los supuestos ganadores bajaban exultantes por las escaleras diciendo que era un error y que el ganador era "Blancanieves". A los americanos nunca les pasaría algo así.
El verdadero motivo de mi sorpresa no es que Fede se acordase de mi tras tantos años, sino que Paul Thomas Anderson fuese un director de cine. Es cierto que trabajo escribiendo críticas y haciéndome el sabihondo, pero lo habitual es que me duerma viéndolas y luego le pregunte a los espectadores a la salida. Llevo ya mucho tiempo haciéndolo y nadie ha descubierto aun mi impostura, a veces tiendo a pensar si el resto de los que escriben no harán lo mismo.
El caso es que decidí acudir a la cita y mientras iba en el metro me entretuve mirando los vestiditos de la alfombra roja de los oscares (lo mismo me llamaban de alguna revista para hacer algún comentario)...ya tenía claro la mejor y la peor. La más guapa Halle Berry con una melena leonina con mechas que la hacía tremendamente atractiva, la peor una que llevaba un vestido más propio de las meninas de Velázquez pero en negro, en vestido muy útil porque puedes esconder una banqueta dentro y sentarte cuando te duelen los pies....bueno, puedes esconder una banqueta, un orinal (por si las gambas te sientan mal) y un refugiado iraní sin que Trump se dé cuenta...Por cierto, ¿no será que anunciaron que Trump sería el nuevo presidente por error al leer el sobre del nombre del ganador de las elecciones?.
Al llegar al cine, vi que la gente salía despavorida de la sala. Pues sí que es malo el tal Paul Thomas, me dije. Aun así entré, me apetecía volver a ver a Federico y comprobar si seguía llevando coletas. Cuando entré en la sala, me encontré con que sólo quedaban dos espectadores...Uno roncaba el otro....el otro tenía un arma...."
Me encanta el gus, Dex...mucho más que la gala.
Estaré alli Lobo, sólo que me tendré que ir pronto porque tengo entradas para el Teatro Real. Espero que me puedas firmar el libro antes!!!
Un besazo
Albanta
"Saqué sigilosamente el revolver de mi americana, esa que me había puesto y me quedaba tan bien. Miré después alrededor y vi que la sala se había quedado vacía o sea que, contraviniendo el tópico, toda precaución era mucha, pues en ese momento estábamos solos frente a frente mi víctima y yo. Encañoné al incauto con la pistola cuando de repente me sobresaltaron un portazo y unos gritos.
¡ Alto, insensato, no lo hagas ¡ En menos que canta un gallo el autor de estas voces se abalanzó sobre mi y forcejeó conmigo durante unos instantes en pos de arrebatarme el arma que empuñaba.
¿Qué haces, insensato - prosiguió- estás a punto de cometer un error. Riéte de Faye Dunaway y Warren Beatty anunciando el ganador del Oscar a la Mejor Película- decía mientras trataba de desbaratar mis planes.
El desconocido, hay que reconocerlo, era más fuerte que yo que siempre he sido un tirillas y me redujo en cuestión de segundos. Cuando ya estuve totalmente a merced suya, en una postura francamente incómoda, continuó su discurso:
"Mira, sé quién eres y lo que buscas. Y este pobre hombre que has estado a punto de cargarte no es el CB que andamos buscando. Este es Celedonio Barrionuevo, un tratante de lencería que viene de Salamanca. El pobre ha llevado una jornada agotadora y se ha metido al cine a echar una cabezadita. Nada como una película de Paul Thomas Anderson para ello, no crees?
Mentira- acerté a decir con los restos de rabia que aún me quedaban- Suéltame, cómo sabes tú todo eso.
El desconocido que ya se había apropiado de mi pistola me contestó con toda la parsimonia.
"Lo de que es Celedonio Barrionuevo la verdad que lo he sabido por casualidad. Mi churri tiene una mercería cerca de la puerta del Sol y he ido a buscarla después del curro para saludarla. Cuando he entrado en la tienda estaba este buen señor enseñándole el catálogo primavera - verano de bragas y sujetadores y me lo ha presentado. Me ha preguntado si sabía de alguna pensión cercana donde descargar una siesta. Le he dicho que no, pero podía meterse en un cine que es mucho más barato y podía llevar a cabo sus propósitos igualmente. Me he permitido recomendarle la última película de Paul Thomas Anderson que como somnifero no está nada mal, no crees? Lo de que estás buscando a CB es una larga historia. Ven si quieres te invito a una pepsicola y te la cuento.
Diez minutos más tarde, nos encontrábamos en un velador de la Gran Vía degustando la Pepsicola prometida. El desconocido procedió a presentarme y a contarme su caso de esta manera".
Ah, no, pero para eso tendréis que venir a la presentación del jueves y comprar el libro. Y que el BOCAZAS del Carpet se calle al respecto.
Abrazos desde el velador de Gran Via.