GUS MORNINS 21/2/17
“Doy
las gracias a mi madre y a mi padre por tenerme” (Robert de Niro al recoger su premio al mejor actor por “Toro salvaje”)
“Rehúso
a ser considerado mejor que cualquiera de los nominados esta noche” (Dustin Hoffman al recoger su premio al
mejor actor por “Kramer contra Kramer)
“La
verdad, esto es más pesado de lo que creía” (Marlon Brando con su Oscar en la mano por “La ley del silencio”)
“No
traigo preparado absolutamente nada, así que gracias” (Richard Dreyfuss, galardonado al mejor actor por “La chica del adiós”)
“La
verdad estoy muy contento de dar este premio porque al ganador lo conozco muy
bien desde hace muchos años, soy yo”. (Irving
Berlin dándose a sí mismo el Premio a la mejor canción por “You keep coming
back like a song” de “Cielo azul”)
“Estoy
tan contento y tan agradecido que incluso doy las gracias a todos aquellos que
no me han votado” (Burt Lancaster al
recoger su premio al mejor actor por “El fuego y la palabra”)
“Gracias.
El otro día, mientras daba un paseo en bicicleta, pensaba en lo siguiente: me
han dado papeles muy jugosos, he podido trabajar con gente de talento, con
mucha gracia y maravillosa, me han pagado un buen montón de pasta por hacer mi
trabajo y lo he pasado muy bien…¿No creéis que darme un Oscar es llevar la cosa
un poco lejos?” (Walter Matthau,
galardonado por su trabajo al mejor actor secundario en “En bandeja de plata”)
“Gracias.
Este es un momento muy emocionante para mí y sobran las palabras” (Charles Chaplin al recoger su Oscar
honorífico en 1971)
“Tenía
este discurso preparado desde 1960…pero lo he olvidado.” (Jack Lemmon al recoger su Oscar al mejor actor por “Salvad al tigre”)
“Casi
gano uno de estos al hacer la primera parte hace un par de años. Y el caso es
que yo no quería hacer la segunda porque estaba seguro de que era la mejor
manera de fracasar. Sin embargo, cuando llegué a casa y lo pensé llegué a la
conclusión de que si todo el mundo creía que era la mejor manera de fracasar,
ésa es la mejor razón para hacer una segunda parte. Había que desafiar lo
imposible. Y fui feliz haciéndolo” (Francis
Ford Coppola al ganar su Oscar al mejor director por “El padrino II”)
“Merci
beacoup. Necesitaría a Gene Kelly en este momento…Me siento muy feliz porque…
¿Por qué? Porque “La noche americana” es una película sobre la gente del
espectáculo y todos ustedes son gente del espectáculo. Por eso pienso que este
premio es para todos ustedes. Pero si me lo permiten…se lo guardaré yo ¿vale?
Gracias.” (François Truffaut al recoger
el premio a la mejor película extranjera para “La noche americana”)
“Bien,
este premio demuestra que hay tantos locos dentro de la Academia como en
cualquier otro sitio” (Jack Nicholson
recogiendo su premio al mejor actor por “Alguien voló sobre el nido del cuco”)
“Gracias.
Gracias. Gracias. Gracias. Este premio es la prueba de que si permaneces en el
negocio del espectáculo el tiempo suficiente y eres suficientemente viejo, te
dan algo. La última película que hice fue hace treinta y siete años y este
premio me ha convencido de que tengo que hacer la próxima dentro de otros
treinta y siete”. (George Burns, ganador
del Oscar al mejor actor secundario por “La pareja chiflada”)
“Quiero
dar las gracias a un puñado de viejos amigos que siempre me han ayudado en mi
trabajo y me han inspirado. Ellos son Johann Strauss, Josef Strauss, Ludwig Van
Beethoven, Wolfgang Amadeus Mozart y Giuseppe Verdi. Gracias” (Dimitri Tiomkin al ser premiado por la major canción de 1952 “Do not
forsake me” de “Solo ante el peligro”)
“Hace
unas pocas semanas, la Academia me mandó un telegrama comunicándome que se me
había concedido este premio. Todavía estoy recuperándome de la impresión. Pero
que nadie crea que esto me asombra y me divierte. Me siento como un enorme
engaño porque ustedes me dan el premio por poner cara seria y ahora mismo estoy
poniendo esa cara. Y no tiene ningún mérito.” (Alec Guinness al recoger su Oscar honorario en 1979).
“Estoy
llorando porque esta ceremonia me ha acompañado a lo largo de toda mi carrera.
Durante veintiséis años me he preguntado qué se sentiría al ganar uno. Gracias
por haber terminado con este suspense. Y tener en la cama a Jack Nicholson ha
sido una de las escasas alegrías de la mediana edad” (Shirley McLaine al ganar su Oscar a la mejor actriz por “La fuerza del
cariño”)
“No
me siento el ganador. Michael Clarke Duncan, alguien de quien nunca había oído
hablar y es impresionante. Jude Law, que será una estrella antes de que nos
demos cuenta. Tom Cruise, que ya se ha ganado su peso en oro y debería haber
ganado más. ¿Tienes idea de lo que cobran los actores secundarios? Y Haley Joel
Osment…qué impresionante. Cuando te vi pensé literalmente que ahí se iba el
Oscar. Así que, chicos, yo he subido aquí básicamente para representaros a
vosotros y esperando que seáis lo que yo soy: un superviviente” (Michael Caine, ganador del Oscar al mejor
actor secundario por “Las normas de la casa de la sidra”)
“Marty,
esto debería ser para ti, créeme. Y debo agradecer a la Academia porque uno de
los nuestros me dé este premio que me hace parecer un titán”. (Stanley Donen, al recoger su Oscar
especial de manos de Martin Scorsese)
“El
Oscar para mí es como una chica de la que te enamoras y vas mucho tiempo detrás
de ella y ella no te hace el menor caso. Llega un día en que te da exactamente
igual” (Paul Newman al conocer su octava
nominación por “Veredicto final”)
Cuando todas estas palabras se rememoran, las mías
tienen poca importancia. No os engañaré si recuerdo cómo, de pequeño, cuando
hacían esos pastiches de la ceremonia para no emitirla en directo en Televisión
Española, me quedaba anonadado con todos estos personajes que lucían sus
mejores galas y también nos mostraban lo grandes o lo pequeños que podían
llegar a ser. Sí, tanto es así que yo me cogía un trofeo que había por ahí por
casa (creo que era uno de mi padre de su época de ciclista) y me encerraba en
la habitación y ensayaba un discurso de aceptación del Oscar. A veces, incluso,
lo hacía en una jerga ininteligible que quería imitar al inglés (por aquel
entonces, yo ni papa) e imitaba también los gestos de las estrellas, haciéndome
el gracioso e imaginando que todo el mundo se reía por una supuesta frase
brillante. Mi edad entonces no pasaría de los seis o siete años. Años después
me reí bastante con aquel vídeo que se pasó a lo largo y ancho del mundo con
Bill Clinton con un Oscar en la mano y ensayando un discurso vestido de
etiqueta delante del espejo y apareciendo por sorpresa Kevin Spacey
reclamándole el premio. Igualito que yo.
El caso es que la ceremonia de los Oscars nos ha
deparado grandes momentos y yo quiero compartir con vosotros el único baile que
Fred Astaire hizo en la ceremonia. Tenía ya setenta años y seguía siendo tan
increíblemente elegante como siempre. Dirigiendo la orquesta, Elmer Bernstein.
¿No os pasa a vosotros que las ceremonias, últimamente, ya no tienen este
sabor?
Y como la cosa va de elegantes y de momentos irrepetibles, el mosaico no puede más que para cuatro fulanitos que sabían algo de elegancia y que, en contra de lo que mucha gente cree, siempre han sido amigos.
Comentarios
Me vais a llamar friki, pero en youtube aparecen muchos de los discursos de los ganadores años ha (me encanta ese color tan típico de la televisión en los 70s).En realidad el video comienza con la lectura de los nominados y la cámara mostrando los rostros de cada uno de ellos y yo me los veo de vez en cuando. Sin ir más lejos, este finde he visto "Gente corriente" y me he ido de cabeza a ver los discursos de Hutton y Redford (el Oscar de Reford lo presentan nada menos que George Cukor y King Vidor y la cara que se le queda al Cejas al oír el nombre del ganador es un poema, anda que no le quedaba).
En cualquier caso es un lujo compartir guses como el de hoy. Qué grande Lemmon, qué grande Caine, qué grande tito François, qué grande el pedantón.
Abrazos agradecidos
Yo nunca me puse delante de los espejos a ensayar, me hubiera descreído en el mismo momento de verme, pero si que he pensado en muchos discursos (no sólo de Oscar, también de Goya, de Nobel, de Principes de Asturias, de homenajes a un jubilado, de padrinos de boda, en un mitín, en un estado de la Nación,....), en qué decir, en cómo soltar la mejor anécdota y la más graciosa, en como convencer a un auditorio, en como lograr que aprueben la ley que me gustaría...
Pocas veces he dado alguno, y sólo en una ocasión no improvisé sino que tenía un par de chistes preparados para la ocasión, en realidad tenía tres pero sólo funcionaron dos (el primero no se lo esperaba nadie, en principio mi discurso debía ser serio)...Y no me salió mal.
Pero el caso es que yo siempre pienso en los premiados y en sus azores, yo entiendo que la mayoría de ellos prefiera pensar que no va a triunfar y por eso cuando lo logran se atoran intentando expresar emociones, pero es muy poco profesional...no se trata de llevar papelito, pero si un par de ideas por si suena la flauta....otra cosa es que te olviden y te quedes en blanco por la emoción, que también puede pasar.
Ahora me toca pensar como enfocar el gus de mañana y francamente no tengo ni idea...la cima de hoy es demasiado alta...me veo dando un rodeo.
Abrazos agradecidos