GUS MORNINS 14/2/17
“¿De
verdad hace falta un día de los enamorados para decir a alguien que se le ama? ¿Acaso
no es algo que intentamos demostrar todos los días?” Viejo proverbio pamplinero.
Pues sí, hoy viene San
Valentín directamente desde el segundo banco de nubes según se mira a la
izquierda para que todos nos derritamos diciendo cosas bonitas y dando regalos
a troche y moche. Generalmente es un día muy peliagudo con eso de los regalos
porque, muchas veces, no se acierta. Así que he decidido, si me lo permitís,
dedicaros un poema a cada uno de vosotros, cuidadosamente escogido del poemario
popular, para deciros que os amo. Así, de paso, si queréis utilizar alguno para
regalarlo a vuestra pareja, sois libres de hacerlo. No es tan extraño. Durante
muchos años, aquellos en los que coleccionaba calabazas a mogollón, mientras
poseía volcanes de acné horadando mi tersa y suave piel, lo hacía. A veces, de
mi propia cosecha (no, no os voy a castigar) y, a veces, cogiendo alguno ya
escrito por algún insigne vate para arrancar, al menos, una sonrisa de
agradecimiento y el sempiterno e insuficiente beso en la mejilla.
Empezaremos por orden
alfabético, así que éste va para la decana del gus, nuestra vieja y querida
Albanta.
Escrito
está en mi alma vuestro gesto
y
cuanto yo escribir de vos deseo;
vos
sola lo escribistes, yo lo leo
tan
solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto
estoy y estaré siempre puesto;
que
aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de
tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando
ya la fe por presupuesto.
Yo no
nací sino para quereros;
mi alma
os ha cortado a su medida;
por
hábito del alma misma os quiero;
cuanto
tengo confieso yo deberos;
por vos
nací, por vos tengo la vida,
por vos
he de morir y por vos muero
Se ruega dejar la
gomita de las bragas a la salida, gracias.
Seguiremos con nuestro
amigo, Carpet, aunque difícilmente podré superar cualquiera de sus
sentimientos.
Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos -qué latido
de la sangre en los párpados- y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con nosotros vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos -qué latido
de la sangre en los párpados- y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con nosotros vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.
Vamos ahora con el príncipe de este santo lugar, el maño
inmortal, el tipo cuyo nombre es sinónimo de ternura y sensibilidad. Dexter,
eterno.
Me estás enseñando a amar.
Yo no sabía.
Amar es no pedir, es dar,
noche tras día.
Yo no sabía.
Amar es no pedir, es dar,
noche tras día.
La Noche ama al Día, el claro
ama a la Oscura.
Qué amor tan perfecto y tan raro.
Tú mi ventura.
ama a la Oscura.
Qué amor tan perfecto y tan raro.
Tú mi ventura.
El Día a la Noche alza, besa
sólo un instante.
la Noche al Día -alba, promesa-
beso de amante.
sólo un instante.
la Noche al Día -alba, promesa-
beso de amante.
Me estás enseñando a amar.
Yo no sabía.
Amar es no pedir, es dar.
Mi alma, vacía.
Yo no sabía.
Amar es no pedir, es dar.
Mi alma, vacía.
Pasamos a Junior, el tipo que
hace que amemos un poco más el Norte, la lluvia, los pintxos y el txakolí. Pecho
de poeta, corazón de amigo.
Mirarte a ti a los ojos más atento.
Perderse en línea recta en la que busco.
Sólo encontrar la puerta tras la puerta,
espejo en el espejo más minúsculo.
El Aire, el Agua, el Fuego, solo estrella.
El Big Bang de moléculas del Mundo.
Responderse "verdad " por si se acierta
y no acertar. Volverse a un mismo punto.
Leerte a ti en los ojos un poema.
Buscarte donde estás, cavar la justo,
descifrar los estratos de La Tierra
y no acertar. Volverse eterno alumno.
Azar. Hallar al fin. Mirarte dentro:
certeza de que no hay Quinto Elemento.
Perderse en línea recta en la que busco.
Sólo encontrar la puerta tras la puerta,
espejo en el espejo más minúsculo.
El Aire, el Agua, el Fuego, solo estrella.
El Big Bang de moléculas del Mundo.
Responderse "verdad " por si se acierta
y no acertar. Volverse a un mismo punto.
Leerte a ti en los ojos un poema.
Buscarte donde estás, cavar la justo,
descifrar los estratos de La Tierra
y no acertar. Volverse eterno alumno.
Azar. Hallar al fin. Mirarte dentro:
certeza de que no hay Quinto Elemento.
Y,
por último, la doctora de nuestros pensamientos, el romanticismo hecho persona
que merece, como mínimo, los versos infinitos del mejor de los poetas.
¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?
Recuerdo y no recuerdo aquella historia
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.
Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.
Y recuerdo aquel beso sin apoyo
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel cuello, aquel beso y aquel día.
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel cuello, aquel beso y aquel día.
Ahí queda eso, enamorados y enamoradas. Espero que el verso cuadre con sus voluntades y pensamientos que yo, de tantos razonamientos, no distingo las verdades. Así que como mosaico pondremos algo que, se supone, está a la altura.
Comentarios
Quien no sabe de penas, en este valle de dolores,
no sabe de cosas buenas ni ha gustado de amores,
pues penas es el traje de amadores.
Besos almibarados.
low
Y ya que estamos poemosos ahí os dejo una de Agustín García Calvo que me gusta especialmente:
Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
Y no soy la decan del grupo Vive Dios!!!
Abrazos libertosos.
Y Gil de Biedma para mi...gran acierto. me parece un poeta brutal.
No conocía a Esther Gimenez, (el poema de Junior) pero muchas gracias por presentárnosla, he leído alguno más y me parece maravillosa.
Y que se dice ahora de estas rimas
cuando uno se encuentra en estas lides
dedicados racimos de otras vides
delicados hallazgos de altas cimas
El tiempo que me empuja y acelera
no me ofrece el respiro suficiente
para encontrar la luz incandescente
que ilumine un momento mi sesera
Decir gracias es mermar merecimiento
Infimar de lo escrito el objetivo
Minorar el total del sentimiento
Pero hoy el querer es sustantivo
Y tal vez se perciba lo que siento
Este amor absoluto y relativo.
No supe hacerlo mejor, pero muchas gracias lobo. Como diría Clint: me has alegrado el día.
Abrazos a cientos.
low, la añeja.
Abrazos sinceros
Abrazos babeando
Albanta