Gus mornins, 21/04/14

Guuuud mornins, cinéfilos

Lunes 21 de abril. Ya me temía yo que teníamos que empezar hoy así la semana. Cuando nos despedimos la pasada empezaba a correr la noticia de que la llama de Gabriel García Márquez se iba apagando poco a poco. Hasta que el jueves nos dijeron que se había extinguido ya del todo. Y todos los que amamos la lectura y que nos cuenten historias quedamos sumidos en una infinita soledad. Aunque su nombre suele asociarse a la magia y a lo fantástico, él mismo decía que no había escrito nunca una línea que no se acoplara a la realidad. Y así era, la pasión por narrar, por contar cosas. Vivir para contarla tituló su biografía como no podía ser de otra forma. Vivir para contar historias con las que desafiar la memoria y el tiempo, ese gran hijo de puta, el mayor de todos que ha acabado venciéndole. Quizá no, porque las historias siguen ahí, y no hay nada mejor para vencer al tiempo que la inmortalidad.
Yo estos días me he preguntado cuándo y en qué circunstancias pudieron surgir de una mente humana personajes y tramas como las que suceden en “Cien años de soledad”. Qué estaría haciendo, dónde se encontraría ese hombre para que de su mente saliese semejante chispa de imaginación y creatividad.
Gabo también fue crítico de cine y probó igualmente suerte escribiendo para la pantalla. Paradójicamente, su obra, visual y sinéstesica como pocas, es también muy poco cinematográfica y por eso todas las adaptaciones de su obra fueron en general un fracaso.  Supongo que será porque todo el mundo llevamos nuestro Macondo particular en la cabeza y lo visualizamos a nuestra manera, y se hace difícil que alguien desde fuera nos lo imponga. Hace tiempo oí que Alejandro Amenábar barajaba la posibilidad de hacer una adaptación de “Cien años de soledad” y rogué a todos los santos para que no fuese verdad, por el bien de Gabo, pero también por el bien de Alejandro y de todos. Macondo está de luto, murió el poeta de la memoria. Nos queda memoria para recordarle y nos sobra corazón para no olvidar. Hasta siempre y gracias por todo, maestro.

HAY AMORES
Shakira (BSO “El amor en los tiempos del cólera”)


Ay ! mi piel, que no haría yo por tí 
por tenerte un segundo, alejados del mundo 
y cerquita de mí 

Ay ! mi piel, como el río Magdalena 
que se funde en la arena del mar, 
quiero fundirme yo en ti. 

Hay amores que se vuelven resistentes a los años, 
como el vino que mejora con los años, 
así crece lo que siento yo por ti. 

Hay amores que se esperan al invierno y florecen 
y en las noches de otoño reverdecen 
tal como el amor que siento yo por ti. 

Ay ! mi piel, no te olvides del mar 
Que en las noches me ha visto llorar 
tantos recuerdos de ti 

Ay ! mi piel, no te olvides del día 
que se paró en tu vida, 
de la pobre vida que me tocó vivir 

Hay amores que se vuelven resistentes a los años 
como el vino que mejora con los años 
así crece lo que siento yo por ti 

Hay amores que parece que se acaban y florecen 
y en las noches del otoño reverdecen 
tal como el amor que siento yo por ti 
yo por ti...por ti...como el amor que siento yo por ti 



EL MOSAICO DE HOY


Comentarios

CARPET_WALLY ha dicho que…
Si señor, Dex. Podía haber sido previsible y sin embargo no lo ha sido, metido de nuevo en la vorágine del post-descanso creí que me iba a encontrar cuialquier otra cosa y no a este Gabo, por quien tanto me he apenado estos días.
En realidad, egosita, me he apenado por mi, por no tener nuevas letras que me hicieran disfrutar, o por no poder nunca ver esa prometida segunda parte de "Vivir para contarla" que la primera parte dejó prometida.

Estos días se lee mucho sobre él, y una de las cosas que más se cuenta es que no tiró de tanta imaginación, casi todos los personajes de "Cien años de soledad" responden a las historias que le contaron su abuelos, su tía, algún relato de algún pueblo, alguna vivencia (el caso del hielo por ejemplo, su abuelo le llevo a conocerlo y tocarlo), algún chisme...Gabo se reconocía periodista y sus libros son las crónicas de aquello que le contaban.
La cuestión es que García Marquez
contaba como nadie, cada párrafo es de una belleza impresionante y así nos pueden contar del tipo que tenía 100 hijos, de lluvias sostenidas durante años, de huesos que no descansan, de bellisimas mujeres que ascienden al cielo...

Yo me acerqué a García Marquez como tantos otros, con esa corta y fácil maravilla que es "Crónica de una muerte anunciada", con apenas 18 años, y quedé atrapado en un thriller con final conocido, el corazón encogido buscando salvar a quien ya había muerto, enredado en una crónica de sucesos mantenida en un ritmo constante de tensión y preguntas sin respuesta...la fatalidad, el sino hecho palabras.
Una vez que lo terminé, pensé que necesitaba más, fue mi época Garciamarquista, buscaba esa emoción de nuevo, en "La mala hora", en "La hojarasca", en los cuentos de "los funerales de mamá grande", en "El coronel no tiene quien le escriba". Disfruté mucho de aquellas lecturas, pero sinceramente no encontré el ritmo vertiginosos que me había dado "Cronica...", así que liberandome de mi pereza juvenil decidí atacar una novela bastante menos corta que las que llevaba leyendo...y allí ya me ganó mi libro preferido, los Aurelianos, los Arcadios, las Ursulas, las Amarantas, un gitano...,un pueblo maravilloso, unas guerras inacabables, una orfebrería casera para construir peces de oro...
Lo habré leído cuatro veces desde entonces, suelo hacerlo cada cierto teimpo y este verano además de algún libro de Gabo que aun no he disfrutado ( "El general en su laberinto" o "Noticia de un secuestro") fijo que mi homenaje, de nuevo egoista, será disfrutar otra vez con la saga de los Buendia.

Bienvenido (s)
Anónimo ha dicho que…
Gran Gus Dexter, queda poco que decir de este genio, a veces cuando se van personas que han sido tan importante para nosotros empezamos a ver el mundo un poco más feo y triste,aunque aun nos quedasn sus letras a las que siempre podemos regresar como aquel gitano Melquiades que nunca dejaba de irse y nunca dejaba de quedarse.
Al menos, tuvimos la suerte de poder conocerlo y amarlo.

Albanta
César Bardés ha dicho que…
Pues yo tuve mi primer contacto con García Márquez (nunca me ha gustado llamarle Gabo, no creo que a él le gustara esa confianza) fue en Bachillerato cuando a mi profesor de Literatura se le ocurrió que en el mismo trimestre leyéramos "Cien años de soledad" junto a "El señor Presidente", de Miguel Ángel Asturias. Supongo que por aquello de introducirnos en la literatura hispanoamericana y darnos a conocer a uno de los más conocidos pero también a uno de los menos leídos. "El señor Presidente" se me hizo ardua y difícil y, sin embargo, disfruté con los "Cien años de soledad". Cuando ya crecí y me deshice de obligaciones académicas enojosas ataqué "El amor en los tiempos del cólera", que me parece impresionante. No me extraña que García Márquez prefiriera esa novela a sus "Cien años". Más tarde, por mediación de una amiga (solo amiga), me hice con "Crónica de una muerte anunciada" y con "El coronel no tiene quien le escriba" y no hace mucho, paseando por la Feria del Libro, compré "Doce cuentos peregrinos"...y ése fue mi último diálogo en la intimidad con el señor García Márquez porque leer los doce cuentos fue eso...un diálogo íntimo con él, descubriéndome cosas a través de una charla de ficción, en la que yo imaginaba a García Márquez detrás de su bigote, reprochándome no estar a la altura de su conversación, entornando un poco los ojos para darme un poco de cariño con sus letras y sonriendo, de esa forma en la que él lo hacía, haciendo que el realismo mágico estuviera dibujado en aquellas letras que no eran más que el reflejo de su rostro.
En lo que nunca estaré de acuerdo con él fue en su intento de borrar la ortografía del mapa. No creo que esa iniciativa, por muy práctica y social que fuera, enriquezca precisamente una lengua.
Abrazos, señor García Márquez. Nos veremos en el cine o quizá en una de sus páginas, porque ha muerto el hombre, el padre, el amigo, el personaje...pero no el escritor.
CARPET_WALLY ha dicho que…
Bueno, yo lo de Gabo si que me permito el lujo, quizá para él yo no sea digno de tanta confianza, pero para mi un hombre que tanto ha llenado mi tiempo y tanto me ha hecho disfrutar puede bien ser tratado como un amigo adnmirable, no hay falta de respeto sino un cariño sincero.

Es muy gracioso el artículo que ayer escribía Almudena Grandes sobre él en El Pais y que me parece de una cercania ( Almudena en este caso) tan reconocible que yo imaginaba una reacción similar ante lo que contaba. Por si no lo habéis leído lo resumiré.

Almudena estaba preparando la cena para celebrar su 45 cumpleaños con varios amigos. Sabina era uno de ellos y dijo que iba a ir con Garcia Marquez que estba en Madrid, pero que por favor no le agobiasen porque detestaba ser el centro de atención. La Grandes alucinaba y nerviosa comenzó a llamar a todos los invitados anunciandoles que Garcia Marquez iba a ir y que no le aturullasen ni se les cayera la baba, como a ella misma pensaba que le pasaría. Efectivamente llegó Sabina con tan insigne invitado y Almuidena tras las presntaciones fue a refugiarse en la cocina un tanto abrumada. Cuando por fin salió al salón, se encontró con todos los invitados mirando desde una parte del salón a Garcia Marquez que estaba sentado sólo en la mesa picoteando algo antes de la cena. Obviamente el respeto era tan grande que antes que molestarle le dejaron más sóloq ue la una. Finalmente poco a poco todos empezaron a comportarse de una forma mucho más natural y de hecho recibió ( ella o su editora) una carta de agardecimiento por lo bien que se lo había pasado y por ser la fiesta en la que menos caso se le había hecho nunca, lo que hizo que el placer fuiera doble.

Pues eso, los momentos con alguien a quien consideras mucho más que un hombre (lo llegan a ser para uno aquellos cuyo arte admiras) infunden tanto respeto que lo narural es no ser natural. Hace un año, más o menos, me presentaron a Serrat y mi idiocia fue abrumadora, se me puso una sonrisa de memo y apenas pude decir cuatro balbuceantes palabras.

Por cierto, lo de Miguel Angel asturias también fue para mi complicadisimo, nunca terminé de leer ese "Señor presidente" tan alabado.

CARPET_WALLY ha dicho que…
Y una cosa que también leí estos días y que me hizo mucha gracia. En uno de los escasos cursos de periodismo que impartió, comentaba que el narrador (no dijo el escritor sino el que cuenta cosas) nace, no se hace. Y ponía un ejemplo. Si le preguntas a alguien que ha visto una película que te la cuente hay dos tipos de respuesta: Está el que te dice (es un ejemplo) la película explica a traves de la peripecia de una chica problematica las sensaciones ante la vida y el amor en una familia desestructurada. O está el que te dice : Es una chica que vive en una casa alejada del pueblo, tiene problemas con sus padres y una amiga a la que cuenta confidencias, un día conoce a un motorista del que se enamora y enrabietada en una pelea familiar eide seguirle y viajar con él hasta...

Garcia Marquez decia que el primero nunca sería un narrador, podría hacer muchas cosas pero le interesaba más la interpretación de la realidad que contarla. El segundo si, le faltaría técnica, tendría que perfeccionar mucho y convertir lo narrado en interesante, pero con estudio se podría convertir en un narrador.

Cosas de sabio.

En cuanto al tema de la ortografia, yo tengo mis coincidencias y mis divergencias copn lo que propuso. Su problema venía de sus graves y conocidos problemas gramaticales, ya con el premio Nobel a cuestas su madre le devolvía las cartas corrigiendole las faltas, lo que le provocaba verdadera vergüenza.

pero no era sólo autodefensa, alguna cosa tenía sentido. las palabras han evolucionado a lo largo del tiempo y siguen haciendolo, pero no evoluciona de igual forma el lenguaje escrito que el hablado y eso provoca problemas que se podrían resolver con algunas normas más relajadas. La b y la v por ejemplo en su momento se debían a sonidos diostintos, pero hace mucho que dejaron de serlo y se mantienen como letras difrenetes aun cuando se pronuncian igual. Es cierto que sonaría muy raro leer: "Votella" o "Bino", pero es exactamente lo que diríamos, iguial que lo es tal y como lo escribimos ahora. Un caso similar es el de la "g" de general y la "J" de jirafa, con el agravante de que la "g" suena distinto en gato, por ejemplo. Esto ya lo reclamaba Juan Ramón Jimenéz con lo de "Intelijencia dame el nombre exacto de las cosas...". Son casos (sobre todo con la "g" y la "j") que a mi me parecen bastante aceptables y si acaso que cada una de ellas refleje su sonido particular.

Hay otras solicitudes como la de flexibilizar el tema de los acentos o la supresión general de la "h" que me parecen más discutibles.

Entradas populares de este blog

Guuud mornins, 14/05/13

EL CINE EN CIEN PELÍCULAS (XLVIII)

EL CINE EN CIEN PELÍCULAS (LXV)