GUS MORNINS 7/7/20

Hoy no tengo mucho que contar. Se ha muerto Ennio Morricone y Dexter, con su habitual diligencia, ha dicho todo lo que había que decir sobre él y sin escribir ni una palabra, quizá como el maestro hubiera querido. Y cualquier otra cosa que ponga sobre otra figura del cine porque hoy sea su cumpleaños o su fallecimiento, me parecería poco. Y, además, me ha pillado el toro. Así que voy a improvisar así como una miaja. Os voy a ofrecer un pequeño anecdotario sobre "Cinema Paradiso" que, al fin y al cabo, además de haber sido reestrenada en los cines es el homenaje que va a tributar hoy la 2 con introducción de Gerardo Sánchez a las diez.
La idea de Giuseppe Tornatore a la hora de realizar la película era tributar un homenaje a las salas de cine y a la progresiva desaparición de todas ellas. También creía que era una forma de rendir admiración por la industria del cine que, por aquel entonces, ya pensaba que iba a desaparecer.
Tiene sentido, porque a finales de los años cincuenta, época en la que se ambienta una buena parte de la película, en Italia había 17.500 salas de cine. Ningún otro país de Europa ha llegado a tener tantas.
Durante el rodaje, Philippe Noiret dijo todas sus frases en francés porque su italiano dejaba mucho que desear. Fue doblado para la versión italiana, pero se conservó su diálogo para la versión en francés.
De alguna manera, la película es semiautobiográfica. Muchas de las experiencias que le pasaban a Totó en la película le habían ocurrido en realidad a Tornatore y la película está rodada en Bagheria, provincia de Sicilia, ciudad natal del director.
Tornatore tuvo plena conciencia, desde el primer momento, de que el viejo Totó no se parecía absolutamente en nada al niño Totó, pero mantuvo a los actores porque le gustaban mucho.
El grupo Dream Theatre rindió homenaje a la película, incluyendo íntegramente una frase que pronuncia Alfredo: "Ahora que no puedo ver, veo aún más". Está en su canción Take your time.
La primera opción para interpretar a la madre de Totó de anciana era Irene Papas, pero rechazó el papel porque no estaba disponible debido a sus compromisos teatrales.
El operador de cámara que proyecta la película de los besos robados al Totó adulto es el propio Giuseppe Tornatore.
Con los besos robados al final, Alfredo cumple una promesa que le hizo a Totó y es guardarle todos los trozos de película que se han desechado en la sala de proyección. Lo hace a pesar de que Totó no cumple la suya de no entrar más a la sala de proyección.
Cuando Totó y su madre se enteran del fallecimiento o desaparición del padre, ambos pasan por una pared en la que está pegado un cartel de Lo que el viento se llevó. Totó sonríe al pasar, a pesar de todo, porque, antes, el propio Alfredo le había contado que su padre se parecía a Clark Gable.
El niño-actor que hace de Totó en su infancia es Salvatore Cascio. Asumiendo que los rodajes son tremendamente aburridos tanto Philippe Noiret como el propio Tornatore tuvieron muchos problemas con él porque no paraba quieto.
Parece ser que el tema principal de amor de la película, no se debe a Ennio Morricone, sino a su hijo Andrea. El tema que sí es de Morricone es esa combinación de violoncello y violín que aparece en Totó y Alfredo.
Esto ha sido todo. Espero haberos descubierto un par de cosas sobre esta película que tanto amamos.

Os he dejado este vídeo del propio Morricone dirigiendo la orquesta en el marco incomparable de Venecia.
Como mosaico, os dejo a Totó, ya de adulto, mirando una vez más a la única chica a la que llegó a querer.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La mayoría de las anécdotas las desconocía. Gracias por compartirlas. Cinema paradiso la descubrí en el antiguo chat de Terra gracias a unos amigos a los que quise mucho. Ellos me regalaron un cd con la banda sonora que llevo en mi coche y sigo escuchando de vez en cuando. Me enamoré de ella la primera vez que la vi y ese amor ha ido creciendo con los años. Me parece una preciosa declaración de amor al cine y todo en ella, para mí, es perfecto. Actores, guión, el cine, el pueblo, el tonto del pueblo...todo, y la maravillosa música de Morricone la hace aún más especial. Da igual las veces que La Haya, visto, esta noche volveré a verla, hay escenas que siempre me emocionan hasta la lágrima y el causante de esa emoción es Morricone porque sin su música esa peli, y tantas otras, no sería tan mágica.

Gracias maestro.

low

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