Gus mornins, 03/07/20
Querido mundo: He vivido demasiado tiempo,
prolongarlo sería un aburrimiento. Os dejo con vuestros conflictos, vuestra
basura, y vuestra mierda fertilizante
(George Sanders, 25-04-1972)
Guuuus mornins, cinéfilos.
Hablábamos ayer por aquí de George Sanders, y mira tú por
dónde hoy es nuestro protagonista absoluto en el gus porque un tres de julio de
1906 este grandísimo actor vino al mundo. Un mundo que, como habéis podido
comprobar, no le gustaba nada, y por eso se quitó de en medio el 25 de abril de
1972 dejando como nota de suicidio las líneas que he reproducido antes de
saludar.
Creo que os he contado alguna vez aquí que hace años en el
fenecido chat de cinéfilos de terra a un usuario le dio por emparentar al resto
de chateros con un famoso intérprete de la historia del cine. Pues bien, a mí
me relacionó con Sanders, vaya usted a saber por qué. El caso es que mi
simpatía hacia este actor, que ya era entonces mucha, creció de manera
considerable a partir de este hecho.
Espero que el usuario de terra no viese en mí la imagen de un
potencial suicida. No sé si adivinó mis rasgos rusos (George nació en San
Petersburgo cuando la ciudad pertenecía al Imperio de los zares), y me inclino
a pensar que vio en mí ese aire elegante y seductor que imprimía Sanders a
muchos de sus papeles. Geroge también bordaba personajes de villano y de
canalla, ese villano y canalla que, reconozco, habita a veces en mí.
Sanders tenía 11 años cuando estalló la revolución y salió
por patas hacia Reino Unido de donde procedía su familia. Su hermano triunfaría
también como actor con el nombre artístico de Tom Cornway. Durante su juventud,
George trabajó en una agencia de publicidad; de esa época también data el
comienzo de su amistad con la actriz, Greer Garson, que ganaría un Oscar
interpretando a La señora Miniver, y que fue quien le aconsejó dedicarse
al mundo de la interpretación.
El actor debuta en su país en 1934 y dos años más tarde se
traslada a Hollywood para intervenir en la estupenda Lloyds de Londres, mezcla
de cine de aventuras y melodrama donde da vida a un cínico especulador. La
película es también el debut en la gran pantalla de otra cara muy conocida del
futuro Hollywood, Tyrone Power (en castellano “tirone pober”)
En esta época, Sanders protagoniza una serie de películas
basada en el personaje llamado The falcon, aunque pronto abandona el papel para
cederlo curiosamente a su hermano Tom. Llega entonces Alfred Hitchcock que le
contrata para sus dos primeras películas en América, Rebeca y Enviado
especial
A lo largo de la década de los cuarenta, el actor aparece en
títulos como Seis destinos, Ambiciosa, El retrato de Dorian Gray o El
fantasma y la señora Muir, esta última a las órdenes de Mankiewicz. El
director le ofrece su papel más laureado, el del frío crítico teatral Addison
DeWitt de Eva al desnudo que le vale el Oscar al mejor secundario en
1950. Ya en esa década interviene en Ivanhoe donde interpreta al templario
Brian de Bois Gilbert o en Mientras Nueva York duerme y Los contrabandistas
de Moonflet, las dos con Frtiz Lang en la dirección.
Pero, sin duda, su papel más apreciado por los cinéfilos en
esta época es el del marido de Ingrid Bergman en la obra maestra de Rossellini Viaggio
in Italia, considerada por Truffaut y sus compañeros de Cahiers du cinema
como la primera película del cine moderno.
En 1960 George se traslada a vivir a Europa espaciando cada
vez más sus apariciones en el cine; aparece como secundario de lujo en
producciones de los sesenta como El nuevo caso del inspector Clouseau o Conspiración
en Berlín. Y pone voz al malvado Shere Kan en la versión Disney de El
libro de la selva. Uno de sus últimos papeles destacables es el de La
carta del Kremlin de John Huston, pero en general el nivel de los films en
los que interviene es cada vez más dudoso. Para que os hagáis una idea, la
última película en la que trabajó llevaba el título de Holocausto
radioactivo.
Con todo ello, Sanders decidió poner fin a su vida el ya dos
veces aquí mentado 25 de abril de 1972. Lo hizo en una suite del hotel Rey Don
Jaime de Castelldefels ayudado por un arsenal de barbitúricos. Al parecer la
idea del suicidio llevaba ya tiempos rondando en su cabeza, como confesarían
después algunos de sus amigos como David Niven.
Además de actor, Sanders fue también cantante. Grabó un disco
titulado a The George Sanders touch: songs for a lovely dady en el que
sacaba a relucir su lado más seductor. Aparte de oírle en la banda sonora de El
libro de la selva le dio al gorgorito en la película Call me madam. Fue uno
de los maridos de Zsa Zsa Gabor, y después de divorciarse de ella se casó con
su cuñada Magda Gabor. Su autobiografía lleva el título de Memorias de un
sinvergüenza profesional.
A ver si lo de compararme con Sanders fue porque yo también
soy un sinvergüenza profesional. En cualquier caso, un actor soberbio y un tipo
que no se anduvo nunca con medias tintas. En fin, queridos, os dejo con
vuestros conflictos, vuestra basura y vuestra mierda fertilizante. Eso sí, solo
hasta el lunes.
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