Gus mornins, 2-7-2020


Anoche soñé que volvía a Manderlay

(Rebeca, Alfred Hitchcock, 1940)


Guuuus mornins, cinéfilos.

No sé si desde donde quiera que nos lea, a Joan Fontaine le sentaría demasiado bien el gus de ayer dedicado a su hermanísima Oliva de Havilland. Un poco a modo de desagravio, hoy hablaremos mucho de Joan, y la excusa no puede ser mejor, y es que, hete aquí, hemos descubierto que en este 2020 cumple años también una película muy especial. Los años que cumple son exactamente ochenta y la película es Rebeca.

Aunque hay que empezar diciendo que la menor de los Havilland estuvo a un tris de quedarse sin el papel que le otorgaría la fama. Para interpretar a la segunda señora De Winter se llamó entre otras a Anne Baxter, Margaret Sullivan, Loretta Young, la favorita del productor O´Selznick, o Vivian Leigh, naturalmente la favorita del protagonista masculino Laurence Olivier. El actor británico también tuvo competencia para hacerse con el papel: Leslie Howard, Melvin Douglas o David Niven pudieron ser Max de Winter. Joan Fontaine fue, junto con Florence Bates, la única norteamericana del elenco principal de intérpretes, eminentemente británico.

El insigne Carlos Pumares solía decir en su mítico programa radiofónico Polvo de estrellas que todo el reparto entero de Rebeca estaba “para fusilarlo al amanecer”. En ese todo estaba Laurence Olivier y ¡¡ hasta George Sanders¡¡ aunque la película reconocía C.P. estaba bastante bien. Pero, acaso ¿una película mal interpretada puede ser buena? y sobre todo ¿existe alguna película donde esté mal George Sanders?

El caso es que el rodaje de Rebeca estuvo rodeado de alta tensión. Tito Alfred estaba muy preocupado por la guerra que se estaba librando a este lado del charco e inquieto por los familiares que había dejado en Londres ante el temor de que la ciudad fuese bombardeada. O´Selznick preocupado por su ego y por sus desavenencias con el director. Y por si fuera poco, Olivier cabreado permanentemente porque el productor no había escogido a su Vivian para el papel.

Rebeca fue la primera película rodada por Hitch en EEUU. O ´ Selznick llevaba tiempo reclamándole, pero el éxito de Lo que el viento se llevó demoró el aterrizaje en Hollywood del genio inglés, lo cual fue aprovechado por este para rodar en su país dos obras maestras como 39 escalones o La posada Jamaica.
Rebeca es también el único film del tito que ha ganado el Oscar a mejor película, aunque John Ford le quitó el Oscar a la mejor dirección por Las uvas de la ira. Ya se sabe que Hitch nunca ganaría el premio. Su primera película americana cosechó once nominaciones a los premios de la Academia, pero solo pudo llevarse dos premios (mejor película y mejor fotografía en blanco y negro). Olivier y Fontaine fueron candidatos, pero perdieron ante James Stewart  (Historias de Filadelfia) y Ginger Rogers (Espejismo de amor) respectivamente. Esta última no solo se impuso a Fontaine sino también a Martha Scott (Our town), a Bette Davis (La carta) y a Kate Hepburn (Historias de Filadelfia)


Para su debut en los USA, Hitchcock elige llevar a la pantalla una obra de su compatriota Daphne du Maurier de quien ya había adaptado La posada Jamaica y de quien posteriormente adaptará Los pájaros. Rebeca, de clara tendencia folletinesca, introduce elementos fantásticos y de suspense para convertirse en una historia de fantasmas.  Y contiene uno de los argumentos favoritos del director, el peso que los muertos continúan teniendo entre los vivos, un tema que desarrollará después de forma magistral en Vértigo o en Psicosis.


La narradora de la película comienza recordando sus días en Manderlay en uno de los arranques más míticos del cine. Allí llegó tras conocer en Montecarlo (donde trabajaba como señorita de compañía) a Max de Winter, un distinguido lord inglés traumatizado por la reciente muerte de su primera esposa en un fatal accidente.  La nueva señora De Winter llega a Manderlay, una elegante mansión victoriana rodeada de fantasmas y de secretos, y gobernado con mano de hierro por la implacable ama de llaves, Danvers (maravillosa Judtih Anderson). La historia recuerda ligeramente la del clásico Jane Eyre, pero también los cuentos infantiles como Cenicienta o Alicia en el país de las maravillas (de hecho los dos se nombran en el film de forma explícita). A raíz del éxito de Rebeca, en Hollywood se ponen de moda las películas de atmósfera gótica, la más notable, creo yo, El castillo de Dragonwick, el debut en la dirección de Joseph L. Mankiewicz.


Se podría estar hablando horas y horas de este gran clásico del cine, pero yo creo que con estas líneas espero que Joan se haya dado ya por desagraviada. Saludos, Joan, y póngase la rebequita, que creo que por allí refresca a la noche.






Comentarios

César Bardés ha dicho que…
A ver, John Touchball al ataque.
Creo que hay imprecisiones históricas en este fantástico gus que nos has dedicado a la hermana más lista de Olivia. En concreto, cuando dices que Hitchcock demoró el rodaje de "Rebeca" por el éxito de "Lo que el viento se llevó" y que esa demora la aprovechó el maestro inglés para rodar "39 escalones" y "La posada de Jamaica".
Bien, creo que o te lo han dicho mal o te has confundido. Olivier se presenta en Hollywood para rodar "Rebeca" justo en el momento en el que se está rodando el incendio de Atlanta, que fue la primera secuencia que se rodó en "Lo que el viento se llevó" y ahí es donde Selznick conoce a Vivien Leigh y el resto es historia. Acepto que se demorara un poco el estreno de "Rebeca" para esperar al impacto de "Lo que el viento se llevó" pero me atrevería a decir que se rodaron, prácticamente, a la vez (con mucho más tiempo para la película de Fleming, cuyo rodaje era bastante más complicado en términos de producción). Acepto que "La posada de Jamaica" la rodara Hitchcock mientras le arreglaban la estancia en Estados Unidos y se ponía en marcha la preproducción de "Rebeca",pero "39 escalones", no porque es de cuatro años antes.
Dicho esto (nimiedades sumas), hay que decir que Joan Fontaine, sin ser una actriz que me disgustara, creo que distaba mucho de la calidad dramática de Olivia de Havilland. Y, creo también, que fue perdiendo un poco de atractivo según iba cumpliendo años (menuda perogrullada). Quiero decir que ese rostro casi perfecto, innegablemente angelical, fue perdiendo también intensidad dramática según iba cumpliendo años. Ni siquiera me parece que hiciera enormes papeles en los cincuenta y, mucho menos, en esa aparición que hace en su última película, "Las brujas", de William Castle tratando de asumir el papel de vieja estrella en el género de terror. En cualquier caso, oportuno repaso a estas hermanas que son parte importante de la historia del cine.
Abrazos sospechosos.

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