GUS MORNINS 4/3/20
“Oddball:
¿Por qué no te vas al
diablo con tus vibraciones negativas?¿Por qué no te fijas en las cosas
maravillosas?¿Por qué no dices algo que dé esperanza para variar?
Moriarty: ¡Mierda!”
Donald Sutherland y
Gavin McLeod en “Los violentos de Kelly”, de Brian G. Hutton.
Nuevamente nos hallamos
ante la tesitura de la ausencia de efemérides destacables, volvemos a fijarnos
en una de las películas que cumplen su cincuenta aniversario. En esta ocasión
se trata de Los violentos de Kelly,
una cinta bélica que, sin embargo, ha hecho las delicias de generaciones
enteras gracias a un maravilloso sentido del humor, a un reparto impresionante
que incluía a Clint Eastwood, Donald Sutherland y Telly Savalas y a una
divertida trama que, en realidad, escondía lo que era un asalto a un banco
repleto de oro detrás de las líneas enemigas. Vamos con el anecdotario.
Una de las cuestiones
fundamentales que hubo de afrontar durante el rodaje fue el hecho de que Donald
Sutherland cayó gravemente enfermo en las localizaciones exteriores en la
antigua Yugoslavia. De hecho, producción avisó a su mujer enviándole un billete
de avión pero avisando de que se preparara para lo peor porque su marido estaba
realmente grave y que era posible que ya estuviera muerto cuando ella llegara.
La razón de que se
rodara en Yugoslavia era por la cantidad de armamento de la Segunda Guerra
Mundial que tenía en su arsenal el ejército yugoslavo. Cooperaron totalmente en
la realización de la película, especialmente en lo que se refiere a los
tanques.
Cuando la mujer de
Donald Sutherland llegó a Yugoslavia, Sutherland se había recuperado
milagrosamente. Pero Shirley Douglas, que así se llamaba, se metió en un lío
enorme. Era una enamorada de las armas y trató de comprar unas granadas a un
tipo que traficaba con ellas y que, en realidad, era un agente del FBI en
Yugoslavia. Shirley tampoco debía ser muy inteligente porque le pagó con un
cheque firmado y nominativo. Quisieron arrestarla por tráfico de armas. Clint
Eastwood medió en el caso para sacar del lío a la señora de Donald Sutherland.
A la vuelta, el actor se divorció de ella.
Mientras que los
tanques americanos usados en la película eran, de verdad, antiguos tanques
Sherman de la Segunda Guerra Mundial, los Panzer Tiger que defienden la plaza
eran T-34 soviéticos modificados para parecer más a los míticos carros
alemanes.
En 1990, un grupo de
entusiastas del cine bélico de Suecia quisieron organizar una excursión en
aeroplano para ver desde el aire la villa en la que tiene lugar el asalto al
banco. Se trata de Vizinada, en la actual Croacia. Dicho y hecho, alquilaron un
aeroplano y volaron desde Suecia e hicieron varias pasadas por encima. Las
autoridades yugoslavas creyeron que se trataba de espías que hacían fotos a
futuras localizaciones de bombardeo. Cuando aterrizaron en un aeropuerto
yugoslavo escoltados por cazas, fueron todos detenidos. Un par de horas
después, con la mediación del consulado sueco, fue aclarado el malentendido y
los pusieron en libertad.
El ayudante de
dirección de esta película no es otro que John Landis.
Clint Eastwood se
sintió muy decepcionado con el montaje que habían hecho de la película. Dijo
que, si se hubiesen conservado los cortes, no habría tanta comedia y los
personajes tendrían mucha mayor profundidad. La verdad es que no sabían muy
bien qué hacer con ella porque el título de la película fue variando según se
iban sucediendo los preestrenos. Su primera proyección fue con el título Los guerreros. Más tarde, se cambió por Los guerreros de Kelly. El lanzamiento
comercial ya se hizo con el título de Los
violentos de Kelly.
Entre las escenas
cortadas, se hallaba una entre Eastwood y Telly Savalas en la que se detallaba
la acción por la cual Kelly había sido degradado. En la película, tal y como
está, se dice que sí, que se le había degradado, pero no se explica el por qué.
En realidad, Eastwood
aceptó hacer esta película porque el director previsto iba a ser Don Siegel, su
gran amigo y mentor, pero Siegel tenía problemas con la post-producción de Dos mulas y una mujer y no llegaba a
tiempo. Se contrató a Brian G. Hutton con el que Eastwood ya había trabajado en
El desafío de las águilas.
Existe una grabación
histórica y muy cotizada en el mercado con Clint Eastwood cantando el tema
principal de la banda sonora de esta película. Burning bridges, de The Mike Curb Congregation.
El comandante del
Panzer Tiger, el actor Karl Otto Alberty, quiso hacer una parodia del personaje
que hacía Marlon Brando en El baile de
los malditos y por eso se tiñó el pelo de rubio ceniza y todo lo concentró
en su mirada.
En una escena, el
personaje de Oddball (Sutherland) dice que se añade una prolongación del cañón
a los Sherman para simular una capacidad de fuego superior a la que realmente
tenía el tanque americano. En la película queda como algo ingenioso y
pintoresco, pero sí que hay informes de varias divisiones de tanques americanas
que lo hacían de verdad para amedrentar a las patrullas blindadas alemanas.
John Landis, en una
conversación con Sutherland, le dijo que un día él sería director titular de
películas. Sutherland, medio en broma, le dijo que si eso fuera algún día así,
actuaría gratis para él. Efectivamente, Sutherland hizo su papel en Desmadre a la americana totalmente
gratis para John Landis.
Yves Montand estuvo
contratado para interpretar a un oficial alemán en la película. Llegó a rodar
algunas secuencias, pero se puso enfermo (las malas lenguas dicen que tuvo una
indigestión de alcohol) y tuvo que ser sustituido. Aún así, se aprovecharon
algunas escenas en las que salía de espaldas. Fue reemplazado por David Gross.
Durante el rodaje de
esta película, John Landis tuvo la idea de escribir Un hombre lobo americano en Londres. Lo hacía por las noches.
La cuantía total de lo
robado en la película es de doce millones de dólares de la época. Se supone que
es 1944. Si se traslada a la época actual, la cuantía sería, aproximadamente,
de cuatrocientos millones de dólares. Todo un palo.
Como toque de
prestigio, el director de fotografía de la película fue Gabriel Figueroa, toda
una leyenda dentro del cine que, además, trabajó con John Ford. Llegó a decir
de él que era el mejor director de fotografía del mundo.
Como vídeo os dejo con
el tema principal de la película, Burning
Bridges que viene estupendamente acompañado por alguna de sus escenas. Como curiosidad diré que es la sintonía que llevo en el móvil para las llamadas de mi querido retoño, al cual le encanta la película.
Y como mosaico, os dejo
con los tres protagonistas. Creo que disfrutamos muchísimo con ellos.
Comentarios
Me alegro de que el montaje "destrozase" la película según Eastwood y dejase más humor y menos seriedad. Eso da un signo de distinción a un film que si no podría haberse quedado como una buena película bélica más.
Era una revisión del género, algún año antes Aldrich había hecho "Doce del patíbulo" que ya era una nueva forma de enfocar el cine bélico. Y era un género en alza, de aquellos años son también "El puente de Remagen", La batalla de Anzio" o "Patton", incluso la mencionada "El desafío de las águilas". Pero es ese toque de humor y su combinación entre cine bélico y western la que hace que esta película se distinga por encima de las demás y se haya quedado en nuestra memoria.
Y es que precisamente deja de lado el aspecto heroico de la guerra para centrarse en unos personajes bastante cansados de todo y un poco haraganes que abandonan su apatía por pura codicia y atraviesan las lineas enemigas por un motivo mucho más prosaico que la defensa de la bandera o la lucha por la libertad. Y es impagable como entre la indiscreción y la corrupción van logrando movilizar a medio ejercito yanki sin recurrir a soflamas motivacionales como suele ser habitual.
Un gustazo de peli. Y un gustazo de gus.
Abrazos gritando "uuoooooomaaaooooo"
Qué buen rollo contagia esa banda sonora.
Besos antibelicistas
low