GUS MORNINS 16/9/20 (con un día de retraso)


“Una sabe que no puede escribir igual que sus autores favoritos. He aprendido que puedo ser yo, que puedo hacer las cosas por mí misma, puedo hacerme a mí misma”
                                                                                             Agatha Christie
¡Qué vergüenza! Uno prepara con todo el cariño el gus del martes y se le lían tanto las cosas en un minuto que, al final, no puede colgarlo. Con permiso, os lo pongo tal y como lo había preparado, que no voy a echar en saco roto tanto cariño.

Pues sí, hoy celebramos el ciento treinta cumpleaños de esta maravillosa escritora (ahora que hay que valorar a las mujeres… ¿por qué no se valora en su justa medida a quien realmente lo merece?). En cualquier caso, esta mujer no sólo se hizo un nombre a través de sus logros literarios, sino también por su extraordinario afán de independencia y su determinación al triunfo a través de las páginas que escribía.
Publicó 66 novelas policiales, 6 novelas rosa (bajo el pseudónimo de Mary Westmacott), 14 historias cortas y dos obras de teatro, las celebradas La ratonera (la obra más representada de la historia del teatro) y Testigo de cargo.
Nació en una familia acomodada de clase media-alta y pudo acudir a un colegio privado de cierto renombre. Trabajó como enfermera en la Primera Guerra Mundial, época en la que presenta al mundo su personaje más famoso, Hercules Poirot, a través de su novela El misterioso caso de Styles.
En 1914, contrajo matrimonio con Archibald Christie, de quien se divorcia catorce años después. En 1926 le afectó una profunda depresión al desaparecer misteriosamente después de que su coche apareciera abandonado al borde de una carretera. Fue hallada once días más tarde atacada de un posible cuadro de amnesia en un hotel bajo el nombre de una amante de su marido (el hecho, bastante misterioso en todos sus extremos es ficcionalizado en Agatha, de Michael Apted, con Vanessa Redgrave y Dustin Hoffman en los principales papeles. Dos años después,totalmente recuperada, se casó con el arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañó a sus viajes a Irak y Siria. Sus estancias allí inspiraron sus relatos Asesinato en Mesopotamia, Muerte en el Nilo (con versión cinematográfica multiestelar con nombres como Peter Ustinov, David Niven, Jack Warden, Bette Davis, Maggie Smith, Olivia Hussey y Mia Farrow, y ya se anuncia la fatídica versión dirigida por Kenneth Branagh, de próximo estreno) y Cita con la muerte (también llevada al cine con Peter Ustinov, Lauren Bacall, Piper Laurie, John Gielgud y Carrie Fisher).
En 1971 fue nombrada Comendadora de la Orden del Imperio Británico, es decir, el título femenino para “Sir” que, en este caso, es “Dame”. Es la tercera autora más leída de la historia, sólo por detrás de La Biblia y de William Shakespeare. En 2013, la Asociación de Escritores del Crimen eligió su novela El asesinato de Rogelio Akroyd como la mejor novela de misterio de la Historia.
Agatha Christie (de nombre verdadero Agatha Miller), siempre declaró que había tenido una infancia extraordinariamente feliz, rodeada de mujeres fuertes e independientes. La creencia, a finales del siglo XIX, es que las mujeres no debían aprender a leer hasta que tuvieran ocho años. Agatha ya sabía leer a los cuatro, y sabía tocar la guitarra y la mandolina. Ella decía que uno de sus momentos gloriosos de la infancia fue cuando apareció como protagonista en un montaje escolar de la ópera de Gilbert y Sullivan La mujer y el guante. En 1901, fallece su padre de un ataque al corazón. Su hermana mayor, se casa con un hombre adinerado, su hermano se alista en el ejército y es enviado a Sudáfrica a luchar en la guerra de los bóers y ella se queda sola con su madre. Como comienza a tener dificultades disciplinarias, se trasladan a París donde comienza a recibir una educación exquisita.
Su madre enferma cuando ella cumple dieciocho años y, ante la recomendación del médico de instalarse en climas secos, deciden planear unas vacaciones de tres meses en El Cairo. A su regreso, Agatha se siente inspirada y empieza a escribir. Sus tres o cuatro primeros relatos tratan, sobre todo, de casos de ocultismo y espíritus que no llegan a ver la luz hasta que ya tiene un nombre. Incluso escribe una novela que tampoco llega a publicar.
Está atribulada y, en ese estado, tiene relaciones con varios hombres hasta que se encuentra con Archibald Christie, piloto de la RAF. Recién casados, se declara la guerra. Él se va al frente francés y ella se apunta al cuerpo voluntario de enfermeras. Trabajó en el Hospital de Heridos de Guerra en Torquay durante dos años sin remuneración alguna. Ella llegó a decir que fue “uno de los trabajos más gratificantes que nadie pueda llegar a tener”. Después de dispensadora hospitalaria de fármacos y ahí ya cobró dieciséis libras anuales hasta que fue licenciada dos años después, en 1918. Precisamente, a través de ese trabajo, ella comenzó a ser toda una experta en la preparación y administración de sustancias tóxicas y venenos, hecho que influyó notablemente en su carrera.
Escribe El misterioso caso de Styles donde presenta a Hércules Poirot como un exoficial de la policía belga que se ha refugiado en Gran Bretaña después de la invasión de Bélgica por Alemania, conocido por sus magníficos bigotes y su cabeza en forma de huevo. El libro fue rechazado por seis editoriales. En la séptima, el editor John Lane accedió a publicarla si modificaba el final. Agatha aceptó y se vendieron 2000 ejemplares. Las críticas son tremendamente elogiosas y Agatha las lee desde la cama de un hospital porque había dado a luz a su primera hija.
Publica una segunda novela sin Poirot, El misterioso señor Brown, que no alcanza mucho éxito, pero vuelve al detective en la tercera, Asesinato en el campo de golf que obtiene un resonante éxito. Tanto es así que la editorial encarga al matrimonio Christie una gira para promocionar el libro. Visitan Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia con parada final en Hawai. Allí, ni corta ni perezosa, Agatha Christie se aficiona a hacer surf, convirtiéndose en la primera británica en practicar este deporte.
Las razones de su misteriosa desaparición giran en torno a una depresión nerviosa que, por lo que se ve, sufre mientras conduce hacia Yorkshire para asistir a un encuentro de escritores. Su madre había fallecido en fechas recientes y su marido,Archibald, confiesa que le está siendo infiel con una mujer llamada Nancy Neele. Curiosamente, Agatha fue encontrada en un balneario, registrada con el nombre de Teresa Neele. La policía interroga a la mujer encontrada y ella ni siquiera sabe por qué está allí. Cuando la llevan a presencia de su marido, no le reconoce. Agatha es internada en un sanatorio psiquiátrico durante dos años. Mientras se recupera, su marido se divorcia de ella y se casa con su amante, pero el juez concede la custodia de la hija a la propia escritora. Cuando sale del hospital, madre e hija deciden pasar unas vacaciones en las Islas Canarias y allí, Agatha termina El misterio del tren azul y realiza su primera incursión en el folletín bajo el pseudónimo de Mary Westmacott con el título de El pan del gigante.
Su siguiente éxito multitudinario es El asesinato de Rogelio Akroyd, en donde subvierte todas las reglas de la novela de misterio y obtiene unas ventas nada despreciables de 5000 ejemplares además del beneplácito de la crítica. Sigue con una de las novelas más extrañas de Poirot, El misterio de Sittaford, en donde el detective belga deduce quién es el asesino apoyándose en las evidencias negativas, no en las positivas, como se había hecho hasta el momento. Es decir, por lo que no hacen los implicados, más que por lo que hacen.
Por mediación de unos amigos, Agatha acepta la invitación de viajar hasta Bagdad y visitas unas excavaciones arqueológicas, en donde conoce a Max Mallowan, un hombre, según ella, delgado, moreno, joven y muy tranquilo. Se van de luna de miel a Yugoslavia, Italia y Grecia. Fue su amor para el resto de su vida en un matrimonio que duró cuarenta y seis años.
Después de una de sus estancias en Turquía y Bagdad para acompañar a Max,Agatha da a luz a su segundo mítico personaje de Miss Marple con Muerte en la vicaría En 1934, escribiéndola en su totalidad desde su habitación del Hotel Pera Palace de Estambul, publica su gran éxito, Asesinato en el Orient Express. Hoy en día, el hotel mantiene esa habitación tal y como la dejó Agatha Christie.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Max se desplaza a El Cairo para seguir con sus excavaciones y acelerarlas en la medida de lo posible. Agatha se emplea en la farmacia del University College de Londres, convirtiéndose en una auténtica eminencia en la composición de venenos y pócimas. Su jefe, Harold Davis, habló un día con ella sobre las propiedad venenosas del tallo. Dicho veneno se emplea como arma y punto central de la trama de su novela El misterio de Pale Horse.
En 1942, la Agencia de Inteligencia Británica pone en el punto de mira a Agatha Christie porque en El misterio de Sans Souci pone en juego a dos espías al servicio de la inteligencia alemana porque el Mayor Blechtley, uno de ellos, se parecía peligrosamente al arqueólogo Dilly Knox, amigo de la familia. Asustado por la investigación que se desplazaba hacia él, fue a ver a Agatha, en estado de pánico. Ella le dijo “no te preocupes, Dilly. El Mayor Blechtley es, simplemente, el nombre de uno de mis personajes menos adorables”. El MI5 se dio por vencido y liberó a Christie y Knox de las sospechas.
Durante la guerra, la actividad de Agatha es febril. Publica Cinco cerditos, Diez negritos, El caso de los anónimos, Un cadáver en la biblioteca y Maldad bajo el sol El éxito con Diez negritos es tal que se convierte en un best-seller mundial.
Después de la finalización de la guerra, con un entorno más tranquilo, es cuando Agatha Christie se decide a dedicarse a escribir sus dos obras teatrales. La ratonera lleva sesenta años en cartel en el West End londinense. Testigo de cargo es una de las más ingeniosas obras de misterio nunca representadas.
A partir de 1950, Agatha Christie comenzó a recibir premios por su larga, distinguida e inigualable producción literaria. Miembro de la Royal Society of Literature (algo así como la RAE española), Gran Maestra de la Asociación de Escritores de Misterio, Comendadora de la Orden del Imperio Británico, doctora honoris causa de la Universidad de Exeter.
A principios de los setenta, la salud de Agatha Christie comienza a debilitarse. Espacia sus apariciones públicas y sólo se la ve en el estreno de Asesinato en el Orient Express, de Sidney Lumet y saluda personalmente a Albert Finney. Su última novela,en donde ya asesina a su famosa creación Hércules Poirot, es Telón, que ya había escrito en los años cuarenta. No sin antes publicar, también, su última aventura con Miss Marple, Un crimen dormido. En 1976 pasa por un estado severo gripal y, viendo cerca la muerte, cede todos los derechos de La ratonera a su nieto. Hoy en día, gestiona los derechos de toda la obra de su abuela.
Además de toda su producción literaria, Agatha Christie publicó también dos libros de poemas y dos libros autobiográficos. Siempre dijo que se había sentido influenciada por los estilos de Sir Walter Scott, Alejandro Dumas y Arthur Conan Doyle.
Además de las adaptaciones de Asesinato en el Orient Express y Testigo de cargo,posiblemente las mejores que se han hecho nunca de todo su material literario, habría que destacar la aceptable Maldad bajo el sol y las más mediocres Cita con la muerte y Muerte en el Nilo. Miss Marple también tuvo sus adaptaciones, sobre todo, bajo el rostro de la entrañable Margaret Rutherford (una Marple un poco desconcentrada, pero muy divertida) en El tren de las 3,45, Después del funeral y La señora McGinty ha muerto e incluso aparece como estrella invitada en una parodia de Hercules Poirot en Detective con rubia en la que Tony Randall incorporaba al inmortal detective que tiene un encuentro casual con una anciana que, naturalmente, es la señorita Marple. También, por supuesto, la incursión que hizo Angela Lansbury en el personaje en El espejo roto, rodeada de Elizabeth Taylor, Kim Novak, Rock Hudson y Tony Curtis.
También, fuera de sus personaje, hay que destacar las adaptaciones al cine de Diez negritos, la versión de René Clair es estupenda, con Walter Huston de protagonista. O Culpable de inocencia en la que se detalla, a través de Donald Sutherland, cómo alguien acusado de asesinato, en realidad, es totalmente inocente.
En cualquier caso, dejo ya el reclinatorio por la profunda admiración que me produce esta señora, la seriedad con la que se ha adaptado su obra al cine (nótese que no digo nada de la versión de Orient Express de Branagh) y el tremendo orgullo que es para toda la Humanidad.
Aquí os dejo una rara entrevista que le hicieron antes de desembarcar en Lisboa en un viaje que hizo con su marido (es el de en medio) Max Mallowan
.
Y como mosaico, ahí está, en la época de su misteriosa desaparición. Quizá no era muy guapa, pero tenía su aquél…


Comentarios

carpet_wally@gmail.com ha dicho que…
Me alegro que lo de ayer fuera un accidente y no me haya quedado solo en esto de los guses tras la espantada/huida del Dj emérito a Dubai.

Yo también adoro y admiro a la Crhistie. Hace poco escuchaba en la radio que en Turquía un juez había condenado a una persona que no llevaba mascarilla a leer 10 libros. No sé si le dijo cuales, pero en realidad no importa, leer ya es suficiente sacrificio para algunos, pero muy importante para todos. A lo que iba, al comentar la noticia los de la radio ampliaron el tema de si la lectura obligatoria (sobre todo cuando niños) no provocaba un poco el alejamiento de muchos de los libros. Y comentaban si era bueno obligar a leer "Platero y yo" o "El si de las niñas" y no dejar que los críos eligieran (aunque no fueran grandes obras) sus propios libros.

Y pensé en mi, quizá mi verdadera pasión por la lectura comenzara realmente en las novelas de la tía Agatha, el primer paso que recuerdo de las viñetas de los tebeos a las letras sin dibujos (junto con las aventuras de Los tres investigadores, claro).

Así que si hoy leo se lo tengo que agradecer a ella.

Y si, fue una mujer impresionante, mucho más para su época. Hay que decir que su segundo marido era 14 años mas joven que ella y eso provocó también un escándalo en su momento, pensaban que era un cazafortunas (lo de los 46 años cazando fortuna no debe estar tan bien pagado, creo). Un poco tipo Woody y Soon Yi, nadie daba nada por aquello hace mas de 20 años, 23 en concreto.

Me uno pues al recuerdo de escritora tan sublime y reconozco que su mejor libro, para mi, fue precisamente el último, "Telón", que realmente me parece impresionante.

Abrazos deducidos

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