GOOD MORNING 19-2-2021

 

"La enfermedad está en la audiencia; el cineasta sólo refleja el clima de la sociedad. No haces películas para cambiar a una nación; haces películas que sean históricamente fieles a su tiempo. Eso es lo que las hace relevantes y comerciales. Si la audiencia responde, bueno, ya sabes dónde está la enfermedad. La violencia criminal siempre atrae a multitudes, aunque la gente tenga miedo de admitirlo. Cuanto mayor es la audiencia, mayor es la provocación; y cuanto mayor es la provocación mayor es la ira del espectador, hasta que llega el punto en que se vuelve parte del descontrol. El ciclo de películas sobre crimen que vemos hoy te ofrece una forma indirecta de participar de la ola criminal sin cometer un crimen tú mismo. Esa sensación está latente en cada uno de nosotros. Todos quieren ajustarle las cuentas a alguien. Y esto debido a la ola de disturbios, la desconfianza general, los asesinatos y la falta de una respuesta socialmente aceptable. Así que vas a ver todo esto al cine" Lee Marvin

 

 

Gus morninsssss cinéfilos nos dé God

 

Pues ya estamos aquí otra semana más y sinceramente no sé de qué hablar. Tendría que estar comentando los estrenos del día, pero por segunda semana consecutiva no hay ninguno que llegue a más de 10 salas según Filmaffinity. He pensado que podría reducir el número de salas a considerar y por lo menos darle algo de contenido a este gus y hacerlo más ameno que mis propias reflexiones chorras. Tampoco es que señalando esas películas de estreno minoritario vayamos a alcanzar la excelencia (imposible con este autor), pero al menos tendrán sentido, como la ceniza que decía Quevedo.

 

Tampoco es que incluyendo los estrenos menos numerosos (en salas) vayamos a morirnos, porque solo son 3 y probablemente tengáis problemas para encontrarlos, pero así están las cosas a estas alturas. Una canadiense, una mejicana y una francesa. Que no es, de ninguna manera, el inicio de un chiste. Las tres vienen avaladas por algún referente de postín. La canadiense es la candidata al Oscar a mejor película de habla no inglesa por Canada. La francesa también está nominada a los Globo de oro, a los Critics Choice Awards y a varios Premios Cesar y la mejicana fue gran premio del jurado del Festival de Venecia y mejor película latinoamericana en los premios Forqué. No son malos avales, pero aun así no optan por acaparar una cartelera ni en estos tiempos raquíticos.

 

Y es que la cosa es que los españoles no estamos acostumbrados a ver cine, sino a ver películas. Por mucho que el amigo Bardés luche por la supervivencia de la pantalla grande hay cuestiones contra las que es difícil combatir. El público español, el numeroso, el mayoritario, el que verdaderamente llena las salas no se pirra por una película mejicana premiada en Venecia, quizá ni siquiera muchos sepan que allí se celebra una festival de renombre. Lo que le hace acudir en masa es el último estreno de una de superhéroes o como mucho de un tal Tarantino (que es muy bestia, tío). Así que no creo que una vez pasada la pandemia la gente vayamos en tropel a nuestro cine habitual porque así disfrutaremos del 7º arte, sino que quizá, si las grandes productoras lo tienen a bien, buscarán el record de taquilla con la última entrega de una de Batman o, como mucho, conseguirán que la peli en la que Dwayne Johnson rescata a un grupo de boy-scout amenazados por la lava de un volcán les dé un margen de beneficios suficiente cubriendo el coste salarial del “actor” mejor pagado del mundo.

 

Hoy maldecimos a las plataformas y a las nuevas tecnologías porque están anulando el cine en sala grande, pero quizá el problema viene de mucho antes, de una falta de educación cultural. Esa falta no es sólo española, que no es una cosa de hacer una nueva ley Logse, Lode o cualquiera que sea el nombre. Es una falla generalizada en el mundo que quizá provenga de la propia industria, sobre todo la USA. ¿Cuántas veces hemos podido escuchar eso de que el cine español es muy malo?  O lo de “Vaya mierda de peli, española tenía que ser”. Es obvio que los presupuestos españoles para un film no se pueden comparar con el salario de una script de una comedia de Adam Sandler, pero el problema es que hay mucha gente que prefiere ver una película de Jim Carrey antes que “La trinchera infinita”, por ejemplo. Y no es que las vicisitudes de Antonio de la Torre escondido sean el no va más del arte visual, pero al menos cuentan algo de interés, bien interpretado, con mucho sentido y que debería llegarnos como mínimo por cercanía geográfica. Pues no. Nos deshacemos (los críticos, los listos, los intelectuales) en contar la maravillosa interpretación de Brie Larson secuestrada en una habitación durante años (algo que nos queda, afortunadamente, muy muy lejano). Y no niego que Brie lo haga bien, lo que digo es que al final todo es una venta de producto. Mucha publicidad, mucha prospección de mercado que ha calado en este y en varios países logrando espectadores que se mueven al amparo del marketing y la moda, pero no valoran acertadamente los valores esenciales de lo que consumen. ¿Alguien me puede convencer de que el Ramen es una exquisitez culinaria por encima de la sopa de ajo o la fideuá? Pues con el cine pasa lo mismo

 

En fin, otra vez lo he vuelto a hacer y me he dedicado a contar mis rollos y no a comentaros los films de la semana. Lo hago en un pispas.

 

ENTRE NOSOTRAS. Nina (Barbara Sukowa) y Madeleine (Martine Chevallier) son dos mujeres jubiladas que llevan décadas secretamente enamoradas. Desde el punto de vista de los demás, incluida la familia de Madeleine, son simplemente dos vecinas que viven en el último piso de su edificio. Van y vienen entre sus dos apartamentos, compartiendo las tiernas delicias de la vida cotidiana juntas. Hasta el día en que su relación da un giro por un evento inesperado que lleva a la hija de Madeleine a revelar lentamente la verdad sobre ellas. Esta comedia dramática la dirige el debutante Filippo Meneghetti.

 

Esta es la francesa que opta, entre otras cosas, a los premios Cesar. Podría ser la apuesta de la semana, pero estoy un poco agotado de que pase lo que pase, siempre se estrene una peli francesa en nuestro país. Y generalmente son agradables, pero casi ninguna memorable.

 

14 DÍAS, 12 NOCHES. Isabelle Brodeur, una mujer de 54 años, pierde a su hija Clara, de origen vietnamita, en un trágico accidente de quad. Un año después de su muerte, la vida de Isabelle todavía está en estado de caos. Y cada día ve más imposible que todo vuelva a la normalidad. Rota por el dolor, Isabelle solo tiene un deseo: escapar, volar a Vietnam y sumergirse en el país de origen de Clara. Isabelle, que no acepta la muerte de la joven espera encontrar a Clara, una forma de prolongar su vida y rechazar su muerte.

 

Esta es la canadiense y tiene un tufillo muy raro. Lo de la pérdida del hijo/a es un drama varias veces contado y tan terrible que da para contar muchas cosas más, pero aquí lo de irse a Vietnam para reencontrase con la hija (se supone) adoptiva creo que es un rizo innecesario. Lo mismo me equivoco.

 

NUEVO ORDEN. México. La ciudad vive la mayor crisis social y política de la historia. Mientras tanto, una feliz pareja de la alta sociedad acaba de celebrar su boda. Lo que se supone que iba a ser el mejor día de sus vidas, está a punto de convertirse en una auténtica pesadilla cuando en medio del banquete se cuelan unos intrusos rebeldes dispuesto a acabar con todo el que se cruce en su camino. El caos se desata en la mansión y entre los invitados; nadie está a salvo. Los asistentes tratan de esconderse y huir pero cada vez los disturbios se van apoderando de la casa. En medio de toda esta marabunta, el gobierno mexicano lo utiliza  para instaurar una nueva dictadura.

 

Y esta es, obviamente, la mejicana. Voy a hacer un juicio apriorístico (cosa muy rara en mí). Me da que ningún invitado de la casa estuvo en las fuerzas especiales y va a ir cazando poco a poco a los rebeldes hasta conseguir salvar a todos y acabar con el jefe en una escena climax. Lo más probable es que se reflejen problemas sociales, económicos, dramas personales y angustias en un tremendo clima de tensión no sólo en la casa sino en todo el país. Resultado, la primera historia hubiera sido estrenada en 100 salas y triunfado en taquilla, pero la segunda...que leches, será nuestra APUESTA DE LA SEMANA, que eso sí que es un gran triunfo.

 

Pero que tampoco se vengan muy arriba los charros que esa historia ya nos la conocíamos los españolitos que escuchábamos música en los 80. Por cierto, que la música os puede resultar archiconocida, pero os reto a que aun así veáis el video para que comprobéis lo que era una superproducción con un gran despliegue estético e imaginativo.

 



 

El gran Lee Marvin que hoy cumpliría 97 años y por eso le dedicamos el MOSAICO DE HOY dijo la frase que encabeza el gus al ser preguntado por la moda de películas violentas que estrenaron en esos tiempos. Esa era la enfermedad de entonces, la audiencia. ¿Y la de hoy?

En fin, Marvin siempre será el que iba a ninguna parte.







Comentarios

dexterzgz ha dicho que…
Pues la que más me atrae es la mexicana, en efecto, aunque Franco, Michael, no es que sea la alegría de la huerta precisamente, y estamos para eso además. La francesa no me llama nada, que además los franceses contando historias homo o lésbicas se ponen muy intensitos y no hay quien los aguante. Y la canadiense con ese título tan sabinero pues en efecto tiene un tufillo raro.

Uy, Brie Larson, qué habrá sido de ella


El otro día leí una noticia que hablaba de que en Estados Unidos y Corea se estaban empezando a alquilarse las salas de cine para jugar a videojuegos. Pasado el estupor inicial que me produjo, pensé que igual no era mala solución para ir sorteando la crisis esta pandémica. Bien pensado, hasta ahora el negocio de las salas estaba en las palomitas. Quién sabe, seguiremos la estela de una estrella errante.

Abrazos pasando de pantalla
César Bardés ha dicho que…
Pues básicamente de acuerdo en todo lo que dices, Carpet. Falta de cultura, y demás...pero lo que están haciendo las distribuidoras no es más que alimentar el monstruo, por eso, el 93 % de los estrenos desde el fin del confinamiento está siendo del llamado "cine independiente" por no decir "cine europeo" y además bastante minoritario.
Sigo cargando contra las plataformas. En las dos últimas semanas parece que la gente se anima algo más a ir al cine (tampoco muchísimo entre doce y catorce personas por sesión). Ya os lo digo yo. Ni videojuegos, ni hostias...echaremos de menos ir al cine.
Y en cuanto a la película que voy a cubrir, tendrá que ser "Entre nosotras".
Abrazos intensitos.

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