GUS MORNINS 20/6/17
“Por
instinto, soy aventurero; por elección, me hubiera gustado ser escritor; por
naturaleza, soy un afortunado impenitente…y resulta que me he convertido en
actor”
Errol Flynn
Hoy Errol Flynn hubiera
cumplido la nada despreciable cifra de 108 años. Nadie cómo él supo encarnar al
héroe aventurero de nuestros más delirantes sueños. ¿Quién no ha querido ser
alguna vez como Robin Hood, rescatando a su Lady Marian particular y luchando
con un punto de socarronería contra el Sheriff de Nottingham y el taimado Juan
Sin Tierra? ¿Quién no ha soñado con saltar de jarcia a botavara espada en mano
siendo el más apuesto de los piratas con el aguerrido nombre de Capitán Blood?
¿Quién, al fin y al cabo, no ha jugado a los soldados en casa y se ha puesto,
como quien no quiere la cosa, el nombre de Teniente Nelson, un hombre perdido
en la selva birmana con un puñado de hombres que, prácticamente, tienen que
regresar a retaguardia andando? Quizá Flynn no fuera un gran actor (no lo era),
pero poseía un físico espectacular (su 1,88 de estatura y su natural
envergadura ayudaban mucho) y no cabe duda de que poseía una singular destreza
en el manejo de la espada y una considerable agilidad corporal que le convirtió
en el sucesor natural de Douglas Fairbanks.
Por supuesto, sus
excesos fueron casi tan famosos como su trabajo. Ahí queda ese intento de
impresionar a Marilyn Monroe tocando el piano de manera, digamos, poco
convencional al son de You are my
sunshine, o ese rumor que corría por todo Hollywood que aseguraba que se
inyectaba droga directamente en la bolsa escrótica para aumentar su capacidad
sexual, o esa pelea a puñetazos que sostuvo con John Huston ajustándose
escrupulosamente a las reglas del Marqués de Queensberry y que acabó con el
director sangrando a borbotones y a cuenta de un comentario grosero que Flynn
había hecho sobre Olivia de Havilland (lo mejor de todo es que Huston y él
iniciaron una amistad que duró hasta su muerte). Incluso se decía y se
aseguraba que una de las razones por las que la industria tuvo muy poco respeto
por Flynn fue porque llegó a espiar para los nazis, cosa que nunca se comprobó
y que él desmintió repetidamente.
Se deterioró
rápidamente y su físico apolíneo pasó a ser el de un hombre gastado, que tal
vez había vivido demasiado. Se puede apreciar que ya no era el mismo cuando,
con apenas 52 años, protagonizó su última película, precisamente dirigida por
John Huston, Las raíces del cielo
donde empezó a dar a entender que podía convertirse en un actor más que
apreciable. Su crucero, el Zaca, fue
su refugio y escenario de múltiples fiestas e, incluso, de alguna película. De
hecho, es el barco que gobierna Orson Welles bajo la lujuriosa mirada de Rita
Hayworth en La dama de Shanghai. Años
después de su muerte, su hijo Sean protagonizó la producción italiana El hijo del Capitán Blood y, apasionado
de la fotografía, se presentó voluntario a Vietnam. Allí fue dado por
desaparecido. Y, de hecho, dicen las malas lenguas que Francis Ford Coppola se
inspiró en Sean Flynn para crear el personaje (tronado, absolutamente ido por
las drogas y bastante indiferente ante las barbaridades) de Dennis Hopper en Apocalypse now.
En cualquier caso, ahí
estuvo siempre. Dispuesto a ayudar a sus damas, demostrando que la
caballerosidad y el valor podían ir de la mano. Él podía ser lo que quisiera
pero no cabe duda de que transmitió una buena cantidad de valores positivos en
esos héroes de una pieza que encarnó como quizá nadie ha sabido hacerlo en el
cine.
En una de éstas, llegó
a cantar para el cine. Aquí tenéis el clip, donde hace de un supuesto caballero
de taberna sin un céntimo en el bolsillo. Se trata de la película Thank your lucky stars, de 1943, una de
esas películas en las que desfilaban estrellas haciendo cosas atípicas porque
eran títulos destinados a que la recaudación financiase una parte de los bonos
de guerra.
Y ahí está como mosaico, quizá en su mejor época y en pleno paseo por el borde de su precipicio particular. Si hay un lugar para las leyendas, seguro que Errol Flynn estará allí.
Comentarios
Gracias por el recuerdo y gracias por la canción, me ha sorprendido.
Besos de florete.
Albanta
Y eso era lo que para mi era Flynn, la imagen perfecta del perfecto aventurero, fuerte, astuto, bondadoso, galante y un luchador invencible. Muchas virtudes como para no querer tenerlas todas.
Luego uno crece y comprueba, que la naturaleza no sigue siempre tus deseos...en mi caso sólo comparto con Errol las habilidades al piano...o ni eso.
Abrazos de esgrima
Besos
low
Pero ante todo recuerdo un verano que mis padres me enviaron con 12 años a pasar unos días a casa de unos parientes lejanos, con una chica unos 4 años mayor que yo y un chico aun mayor, primos de mi padre, y sus respectivos padres; apenas les conocía y ellos evidentemente pasaban de mí. Una noche nos quedamos solos ella y yo viendo en la tele de la cocina a Robin Hood. Los dos disfrutamos enormemente de la película y nos echamos unas risas geniales. Evidentemente me enamoré de ella perdidamente (si, soy muy enamoradizo) pero todo quedó en aquella velada ante la tele. Las pocas veces que he coincidido con ella me ha sorprendido que todavía recuerde aquella noche y la peli que vimos; si yo me colé por ella, creo que ella se enamoró de Errol.
Abrazos de flechazos