GUS MORNINS 3/11/20

 "Algunos cumplen años. Otros maduran"

                                                                                                  Sean Connery

Es obligatorio dedicar el gus de hoy a esta leyenda del cine. Se nos ha ido y debo confesar que se me saltaron las lágrimas cuando me enteré, igual que me pasó con Paul Newman. Yo, de mayor, siempre quise ser Sean Connery. Nunca lo conseguí, obviamente, pero se nos ha ido más que un actor, se nos ha ido una idea.

No voy a repasar su carrera. Todos hemos visto sus películas y disfrutado con su presencia, su gesto, sus aires burlones, sus miradas tan certeras que podían pasar de la dureza al sarcasmo con sólo mover sus cejas invertidas. Así que voy a contaros unas cuantas anécdotas de él para acercarnos más al hombre.

Fue la primera opción para encarnar al doctor Robert Elliott de Vestida para matar, de Brian de Palma. Tuvo que rechazarlo por cuestión de otros compromisos porque estaba encantado de travestirse y encarnar a un asesino en serie. De hecho, él mismo sugirió el nombre de su gran amigo Michael Caine.

En 1953 se presentó al concurso de Míster Universo. Terminó tercero.

Llevó peluquín desde que hizo Goldfinger. De hecho, él perdía pelo desde que cumplió los diecisiete. No le importó llevar peluquín nunca porque decía que, en la vida real, jamás lo llevaba.

Se alistó en la Marina Real con dieciséis años. Allí se hizo dos tatuajes que llevó siempre. Los dos en su brazo derecho. Uno decía "Scotland forever" y el otro "Mum and Dad".

Era un consumado bailarín. Recibió clases de baile durante once años.

Padeció de cáncer de garganta y se trató con radioterapia. Pareció remitir hasta que en pleno rodaje de Sol naciente se quedó sin voz. Tuvo que pasar por el quirófano y la operación fue un éxito.

Donó el salario cobrado por su espectacular aparición especial en Robin Hood para obras de caridad en Escocia.

Entrenó artes marciales para prepararse para el rodaje de Nunca digas nunca jamás. Su instructor fue un tal Steven Seagal.

Le encantaba vivir en Marbella porque se instaló al lado de un campo de golf. Ese deporte era su gran pasión. Llegó a declarar que "ganar un Oscar estaba muy bien, pero lo cambiaría sin dudar por un Open USA de golf".

Hubiera continuado con la carrera militar si su salud se lo hubiese permitido. Unas úlceras de estómago fueron las culpables de que recibiera la licencia definitiva y una pensión.

También donó su salario casi íntegro de Diamantes para la eternidad para obras de caridad en Escocia.

Dijo en una polémica entrevista que veía "normal" pegar a una mujer cuando todos los demás recursos se habían agotado. Aún así, reconoció que él nunca lo hizo.

Rechazó la opción de interpretar a Gandalf en la trilogía de El señor de los anillos porque rehusaba pasar dieciocho meses rodando en Nueva Zelanda. Esa renuncia le costó una fortuna que dejó de ganar.

Su película favorita de Bond es Desde Rusia con amor.

Le encantaba jugar con el hijo de Gillian Anderson, Meredith, de tres años y media, en los descansos del rodaje de Jugando con el corazón.

En un principio, Ian Fleming no le gustó nada como opción para incorporar a James Bond. Decía que era demasiado "basto" teniendo en cuenta que el actor que él tenía en mente cuando escribía sus historias era Cary Grant. Cuando vio los resultados, se desdijo de sus palabras. Bond era Connery.

Uno de los papeles clásicos que siempre soñó con interpretar fue Macbeth. De hecho, lo hizo en el West End en 1961 recibiendo buenas críticas. Se postuló como candidato para la versión de 1970 de Roman Polanski. Éste lo rechazó incomprensiblemente prefiriendo al mediocre Jon Finch.

Tuvo dificultades para encontrar trabajo después de que renunciara definitivamente al papel de James Bond tras rodar Diamantes para la eternidad. Esa es la razón por la que aceptó aparecer de una guisa impensable en una película bastante incomprensible como Zardoz, de John Boorman. El propio director dijo que se quedó sorprendido de lo poco que cobraba Connery.

Rechazó encarnar el papel protagonista de El caso Thomas Crown. Siempre lamentó públicamente esa decisión.

Sus mejores amigos fueron Michael Caine, Richard Harris y Roger Moore.

En 2004 contraró a un negro para que escribiera su autobiografía. En concreto, una mujer, de nombre Meg Henderson. Ella comenzó el trabajo, pero al poco tiempo rechazó el encargo. Decía que "No es el hombre que él se piensa que es".

El actor que era su ídolo y al que trató de imitar fue Stanley Baker.

Era un furibundo defensor de la anulación total de las armas en los hogares.

Comenzó a fumar a los nueve años. Eso hizo que persistiera en el vicio hasta que se le declaró el cáncer de garganta.

De sus últimas películas, le gustaba mucho cómo quedó La trampa, pero aborreció el fiasco de Los vengadores.

Su padre, Joseph Connery, también falleció de cáncer de garganta.

Le encantó trabajar en Un puente lejano porque le dio la oportunidad de conocer y aprender de la actuación de Dirk Bogarde, al que admiraba mucho.

Estuvo a punto de morir decapitado en el rodaje de una secuencia de Desde Rusia con amor.

En su momento, mucho se habló de que pudo haber tenido un romance con Tippi Hedren durante el rodaje de Marnie. Es totalmente falso. La propia Tippi Hedren lo desmintió ya en los noventa, pero sí que reconoció que ella hizo todo lo posible para ligárselo. Él pareció responder con una cierta indiferencia porque estaba muy concentrado en la actuación y en su papel. En los noventa, se volvieron a encontrar y él la saludó con un cariñoso beso en la mejilla. Ella le dijo: "Cuánto me hubiera gustado un beso así mientras rodábamos Marnie. Sean, las cosas hubieran sido muy diferentes".

La película que prefería de toda su carrera era El hombre que pudo reinar.

La famosa escena de su introducción en el estrellato, encendiendo un cigarrillo y diciendo "Bond...James Bond" fue improvisación suya. En el guión original decía realmente "Soy James Bond".

Como vídeo os dejo un recordatorio de algunas de sus películas, unas buenas, otras malas, pero siempre él.


Y como mosaico... ¿cómo puedo dejar pasar tanta elegancia?



Comentarios

carpet_wally@gmail.com ha dicho que…
Enorme Sean.

Es cierto que hemos disfrutado de los actores clásicos: Bogart, Grant, Cooper, Steward, Tracy, Wayne...
También de otros clásicos que hemos tenido más cercanos : Douglas, Lancaster, Peck,...
Y de otros aun un poco más jóvenes: Lemmon, Newman, Mcqueen, Brando. (Aun queda Redford)

Pero hay unos cuantos que sentimos aun más cercanos en el tiempo aunque su edad los debiera unir a algunos de los anteriores como el propio Caine, Eastwood y por supuesto, Connery.

Lo sentimos más cerca porque además ha brillado con su imponente presencia en el cine de los últimos 30-40 años sobre todo. Si, porque sabíamos y le habíamos visto de James Bond, estaba magnífico en "Robin y Marian" o en "El viento y el león". Desplegaba todo su magnetismo en "El hombre que pudo reinar" (yo también creo que es la mejor película en la que él intervino) y algún clásico más como "Asesinato en el Orient Express", por ejemplo.

Pero de pronto llegaron los 80 y se convirtió en otra cosa. En ese tipo que cuando aparece en escena sube la emoción y la calidad de la película. Desde "Los inmortales" donde compone un personaje que es con mucho lo mejor de una película bastante regular. pero luego encadena esas maravillas que son : "El nombre de la rosa", "Los intocables de Elliot Ness", "Indiana Jones y la última cruzada" y "La caza del Octubre Rojo"...Y el tipo sesentón se transforma en el actor al que te crees todo, puede enamorar a una hermosa y joven Catherine Z Jones, subirse a los árboles amazónicos para curar el cancer, entrar y salir de Alcatraz y enfrentarse a cualquier comando de élite que se le ponga por delante, ser un huraño escritor que enseña a escribir y mejorar a un joven negro inadaptado, o encarnar a un legendario aventurero que lleva a África hasta en las venas.

Y así ocurre, que en "Robin Hood, príncipe de los ladrones", que es una peli que se disfruta y entretiene y en la que Costner, Freeman Y Rickman lucen de lo lindo, llega a su minutos finales y aparece Sean y los opaca a todos.

Connery era un grandisimo actor, pero su porte y su presencia era aun más destacable. Yo también quería ser como él...pero a diferencia del Lobo, aun no lo descarto...será cosa de ponerse, aun estamos a tiempo.

Abrazos de otro descendiente de Sikander

Entradas populares de este blog

Guuud mornins, 14/05/13

EL CINE EN CIEN PELÍCULAS (XLVIII)

EL CINE EN CIEN PELÍCULAS (LXV)