GOOD MORNIG 6-11-2020

 

“¿Es dura la experiencia de vivir con miedo, verdad? En eso consiste ser esclavo” (Blade Runner).

 

Gus morninnnssss cinéfilos nos dé God

 

Pues ya estamos otra vez de viernes, de puente en Madrid y confinados….Decían por ahí el otro día: “ponte la mantequilla que estamos confitados”.

Y si, esta es nuestra situación actual, levantándonos cada día para escuchar nuevos datos, cifras, curvas, restricciones, incidencias, contagios,…Algo impensable el año pasado a estas alturas. He mirado y en 2019, tal día como hoy, Albanta (¿Dónde estás abuela?) colgaba un gus recordando la efemérides del triunfo del partido nazi en las elecciones alemanas de 1932 y un homenaje al reciente (entonces) fallecimiento de Omero Antonutti. Por aquellas fechas, Dexter nos regalaba sus monográficos de “El cine en 100 películas”, creo que se quedó en “el cine en 83 películas”. Quizá algún día logremos leer las otras 17.  Y en aquellos tiempos no había gus de los viernes de estrenos porque el amigo Car (yo mismo) estaba sumido en una vorágine laboral (hay cosas que no han cambiado tanto) que le impedía cumplir adecuadamente. Tampoco ha cambiado el gus del Lobo que martes a martes sigue, como antes, regalándonos sapiencia, anécdotas y datos interesantísimos sobre películas, actores, directores, músicos y demás personajes importantes en el mundo del cine.

 

Pero hoy, a 366 días vista (este año era bisiesto por si lo olvidasteis), las cosas han cambiado bastante. Las mascarillas eran una cosa que llevaban los orientales para protegerse de la contaminación atmosférica, problema grave que persiste en el mundo pero que ha pasado a un segundísimo plano. Si nos hubiesen hablado entonces de un PCR creeríamos que se trataba de un nuevo ordenador personal mucho más avanzado (Personal Computer Redux). Confinados estaban los refugiados que llegaban de la guerra en Siria. Cerrar un bar significaba que estabas hasta las mil en un garito y casi te tenían que echar mientras cantabas “Asturias, patria querida”. El gel hidroalcoholico era algo que no existía en nuestro mundo, lo más cercano era que se te deshiciera el hielo del cubata y el alcohol estuviera aguado. Y la distancia de seguridad era algo que sólo aplicaba a la conducción en carretera y que por supuesto rara vez se cumplía.  A nivel personal, estaría preparando el fiestón familiar de Nochevieja buscando un sitio para juntarnos 45 personas o más, donde nos dieran una buena cena, nos dejarán una sala para el jolgorio y las habitaciones de hotel no fueran muy caras…Hoy tenemos dudas de si podremos juntarnos los 8 que somos en la familia más cercana.

 

Y a nivel estrenos lo que entonces era decidirse entre 15 películas cada semana se ha convertido en una terrible situación de tener que optar por uno de los poquísimos films (3 esta semana) que se estrenan cada viernes. Y eso que según he leído empezarán a estrenarse antes del 31 de diciembre bastantes películas españolas que han ido retrasando su estreno por motivos de la cuarentena, pero que deben de hacerlo este año obligatoriamente porque si no tendrían que devolver la subvención que les otorgó el Ministerio para este año.  

 

Asi que vamos con la selección, tres películas que hubieran sido en otros tiempos relleno de cartelera y que por esta nueva situación se convierten en cabeza de cartel cada semana.

 

ADAM. Casablanca, Marruecos. Abla (Lubna Azabal) regenta una humilde pastelería en su propia vivienda. Allí vive sola con Warda, su hija de 8 años. Un día su rutina dictada por el trabajo y las labores domésticas se ve interrumpida. Alguien llama a su puerta, se trata de Samia (Nisrin Erradi), una joven embarazada que busca empleo y techo. A la pequeña le atrae la recién llegada desde el primer momento, pero la madre se opone inicialmente a acoger a la extraña en su casa. Poco a poco, la determinación de Abla va cediendo y la llegada de Samia les abre a las tres la posibilidad de una nueva vida.

 

Vamos, como la vida misma. Que alguien llama a tu puerta y resulta que es una chica embarazada y te pide que la dejes vivir en tu casa y te fastidia pero le haces un hueco. Eso es la legendaria hospitalidad de los marroquíes (y otros pueblos árabes), por eso no entienden que cuando llegan a occidente no se les acoja con los brazos abiertos. Y en estos tiempos, no te digo ná. No entran ni los amigos en tu casa como para dar cancha a una embarazada…con lo que comen. Mi pregunta es, ¿por qué la película se titula “Adam”?

 

EL PALACIO IDEAL. En los últimos años del siglo XIX, Joseph Ferdinand Cheval (Jacques Gamblin), es un corriente cartero que se encarga de repartir por los pueblos de Drôme. Un día conoce a Philomena (Laetitia Casta), quien se convierte en el amor de su vida, y con quien tiene a Alice, su hija. Su hija es su mayor tesoro y la quiere más que a nada, y para mostrárselo, Cheval, se emprende a una alocada visión: construir con sus propias manos un increíble palacio. Sin escatimar por los problemas que le presenta la vida, un hombre ordinario no se rendirá y pasará 33 años de su vida creando una obra maestra: El Palacio Ideal.

 

Si la anterior era una coproducción entre Marruecos, Francia y Bélgica, esta del palacio es sólo francesa (lo mismo allí les subvencionan por estrenar en España). Y también aquí la cosa tiene guasa, porque el cartero tendrá muy buenas intenciones, pero también tendrá un terrenito para construir el palacio, digo yo. Que en mi casa no cabe ni un palacio de Lego por muy ideal que sea. Y es que en el siglo XIX parece que todo el mundo tenía tierras para hacerse un palacio, casi como en los años 70 que si tenían un garaje ya tenías asegurado ser un genio informático inmensamente rico del siglo XXI. Y eso de las grandes fortunas me lleva a otra pregunta que no tiene que ver mucho con el cine, pero que me ronda mucho en la cabeza desde hace tiempo. ¿Cómo puede Redbull patrocinar un equipo de fórmula 1, mandar a un tio a saltar con paracaídas desde el espacio y algunas cuestiones más que cuestan un pastón si no hay quien compre el brebaje enlatado ese que venden porque no te da alas ni para las compresas?

 

ENJAMBRE. Un grupo de amigas de la infancia celebra la despedida de soltera de una de ellas en una casa rural. Pese a que sienten un vínculo muy fuerte entre ellas, el paso de los años ha afectado a su amistad. Lo que en un primer momento parecía un fin de semana desenfrenado, tendrá más locura de la cuenta, cosas que nunca se dijeron, confesiones, alcohol, drogas e, incluso, un enjambre.

 

Esta es española, que estaría subvencionada y lo mismo sin razón. Los españoles somos así, muy locos. Cogemos “Resacón en Las Vegas” por el tema de la despedida de soltera, “Reencuentro” por la amistad mellada por el paso del tiempo y “El enjambre” por el tema de las abejas o avispas que hacen cosas que molestan…y sacamos una peli…que irán a ver 4 en guerrilla. Cuidado, que lo mismo la ves y te mola, que es puro prejuicio, pero así a priori….

 

Y en estas estamos cuando toca decidirse por la APUESTA DE LA SEMANA, pero lo voy a hacer : “Valencia-Real Madrid”  un 2 en la quiniela.

 

Y hoy cumple 32 añitos Emma Stone y es una buena ocasión para recordar uno de los mejores momentos de su carrera y de una película que a mí me sigue pareciendo maravillosa, “Lalaland”.

 

 

Y para MOSAICO DEL DIA la película que encabeza este gus, en ella se nos hablaba de un futuro (entonces noviembre de 2019) que no creíamos posible, el mundo habría sufrido una transformación tal que no nos parecería reconocible y sin embargo…No, los coches no vuelan, no llueve eternamente, la ciudad no es tan oscura, ni decrépita, ni hay naves en llamas más allá de Orión. Tampoco hay “no-humanos” con sentimientos tan humanos ni con las características físicas que los hagan indistinguibles, aunque eso no lo sabemos…Quizá Trump…Nada de eso existe hoy, un año más tarde de lo que proponía la película, pero el mundo ya no es el que era hace un año, como ya hemos comentado. Y el miedo, un nuevo miedo, pero en el fondo el mismo de siempre, la muerte, nos sobrevuela cada día. Y el miedo nos hace esclavos…Seamos prudentes, seamos responsables, pero no tengamos miedo.