GUS MORNINS 10/5/22

 "La gente cree que yo nací con traje de chaqué y un sombrero de copa en la cabeza"

                                                                                                     Fred Astaire

Es el momento de enfundarse en el traje de etiqueta porque, efectivamente, hoy, nuestro querido Fred hubiera cumplido los ciento veintitrés años. Nos ha dado elegancia para aburrir, estilo, sonrisa, la sensación de que nuestros huesos también podían flotar y horas y horas de baile inolvidable. Si alguien lo merece es él.

Como ya sabemos casi todo de él, de sus inicios con su hermana Adele, de sus sucesivos emparejamientos y demás (luego os pondré una antología de lo que opinaba sobre sus parejas) vamos a centrarnos en lo anecdótico que, en el fondo, también conforma un retrato del bailarín que parecía tener alas en los pies.

Uno de los secretos de su danza es que él era muy consciente de que sus manos eran demasiado grandes. Durante toda su vida lo disfrazó escondiendo los dedos anular y corazón y juntando el índice y el meñique. Así sus manos parecían más pequeñas (por cierto, ¿os habéis fijado alguna vez que sus brazos son absolutamente fundamentales en todo lo que hacía?).

Después de rodar Cielo azul al lado de Bing Crosby (en esta película está su mítico número Puttin´ on the Ritz) anunció su retirada. La Paramount abrió sus buzones llamando a sus fans para que le escribieran pidiéndole que no lo hiciera. En un día llegaron 10.000 peticiones.

Hizo una aparición especial en la película Imagine, que realizaron al alimón Yoko Ono y John Lennon. La escena en cuestión es abriendo la puerta y dejando pasar a Yoko Ono por la puerta de entrada a un hotel.

Sus piernas fueron aseguradas en un millón de dólares.

Cuando rodaba con Audrey Hepburn en Una cara con ángel, en el número que bailaban en la hierba, el tiempo en París era inusualmente húmedo. Ambos bailaron sobre la hierba fangosa y bastante resbaladiza, teniendo que repetir unas cuantas tomas porque ambos se cayeron varias veces.

Sus padres eran austríacos y sus abuelos, checos. Sus padres ya eran estadounidenses de nacimiento. De Nebraska.

Tony Martin, el actor-cantante marido de Cyd Charisse, sabía perfectamente con quién había bailado su mujer por el estado con el que llegaba a casa. Si venía con moratones, había bailado con Gene Kelly, si venía cansada pero intacta, era Fred Astaire.

Era propietario de un rancho en el que criaba caballos de carreras. Cinco de ellos fueron campeones y uno de ellos ganó la famosa carrera de la Copa de Oro de Hollywood en 1946.

Se situaba políticamente como republicano, pero nunca hizo campaña por ningún presidente. A lo más que llegó fue a fundar el Comité Republicano de Hollywood junto a Ginger Rogers y Bing Crosby.

En 1948, la Universal le ofreció la posibilidad de dirigir un musical. No le gustaba. Declinó la oferta.

Su primera esposa, Phyllis Potter, madre de sus dos hijos, falleció mientras él rodaba Papá piernas largas.

Su segunda esposa, Robyn Smith, era jockey de caballos. Se conocieron en las carreras.

Detestó profundamente una película como Dinero caído del cielo. Lo único que le gustó de verdad fue el baile que se marca Christopher Walken.

Su película favorita al lado de Ginger Rogers fue En alas de la danza.

Mantuvo una amistad muy notable (se reunían varias veces al mes cuando los compromisos les dejaban) con Clark Gable, Randolph Scott, Gregory Peck y David Niven.

Medía 1,70, no demasiado alto. Eso hacía que sus parejas, con cierta frecuencia, tuvieran que bailar con zapato bajo para que la diferencia de altura no se notara. Eso se puede apreciar con mucha claridad con Cyd Charisse.

Consumado intérprete de piano y de batería. De vez en cuando le gustaba mostrar esas habilidades en las películas. Se puede apreciar un ragtime al piano en Sigamos la flota y algunos juegos muy buenos con la batería en Señorita en desgracia y Papá piernas largas

Con setenta años comenzó a practicar Skate. Lo hizo bastante bien. Fue nombrado miembro honorario de la Sociedad Nacional de Skate.

Recibió una nominación al Oscar como actor secundario por su actuación en El coloso en llamas. Asímismo, también obtuvo otra nominación a los Globos de Oro al secundario por su excepcional papel en La hora final.

Las últimas palabras que pronunció el compositor George Gershwin al morir fueron: "Fred Astaire".

Vamos con las opiniones sobre sus parejas:

Sobre Ginger Rogers: "Ginger era muy efectiva. Trabajaba muy duro. Ella hizo cosas que nos beneficiaban a los dos mientras bailábamos y, desde luego, merece mucho reconocimiento porque tiene gran culpa de nuestro éxito".

Sobre Eleanor Powell: "Eleanor era una bailarina superlativa. Bailaba como un hombre. Golpeaba el suelo con fuerza y lo hacía maravillosamente bien. De repente, se ponía de puntillas y bailaba maravillosamente bien una secuencia de ballet. Era muy divertida".

Sobre Rita Hayworth: "Una gran bailarina, pero con un estilo muy diferente al mío".

Sobre Judy Garland: "Era simplemente maravillosa. Bailaba maravillosamente y con una actitud de querer aprender continuamente. Le gustaba mucho lo que hacía, pero de una forma muy elegante. Siempre quisimos hacer otra película juntos después de Desfile de pascua, pero ella enfermó y fue a peor y fue el fin de todo".

Sobre Leslie Caron: "Realmente era una bailarina de ballet. Técnicamente impresionante. Yo la llamaba "mi sargento"

Sobre Gene Kelly: "Todo lo que hace Gene es tremendo. Y eso es todo. Baila como un loco, dirige como un loco. Le adoro. Yo sí que estoy loco con lo que él hace".

Sobre Cyd Charisse: "Cuando tú bailas con ella, no quieres dejar de bailar nunca".

Un personaje irrepetible y único. Un genio en lo que hacía. Perfeccionista hasta la exasperación (famoso es uno de los bailes que hizo con Rita Hayworth en Bailando nace el amor que se empeñó en repetir y repetir hasta el punto de que a ella comenzaron a sangrarle los pies. La toma final que quedó en la película parece que ella lleva calcetines, pero no es así, llevaba vendas), Bob Fosse, Rudolf Nureyev y Mikhail Baryshnikov dijeron que era el mejor bailarín de la historia. Viniendo de quien venía, no es mal piropo. El hombre que parecía volar, nuevamente, nos dibuja una sonrisa.

Como vídeo os dejo con un número que siempre me ha gustado muchísimo I wanna be a dancin´ man, de la película The belle of New York.


Y como imagen...no volaba ¿no?



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