GUS MORNINS 8/3/22

 "Cuando voy a trabajar, cojo mi orgullo, hago una bolita con él y lo arrojo por la ventana"

                                                                                                               Dorothy Arzner

¿Y quién es esta señora? Os preguntaréis. Pues es la directora que más trabajo en la época dorada de los grandes estudios de Hollywood. Ya que estamos en el afamado, ínclito y demás 8-M, creo que es buena idea repasar algunos nombres de directoras que merecen la pena. La primera de todas ellas es esta.

Dorothy Arzner no fue una directora de muchísimo éxito, pero no le faltó trabajo a lo largo de veintiun años de carrera. Entre sus películas, por si queréis buscarlas, se pueden destacar algunas como La novia vestía de rojo, una estupenda comedia basada en una obra de teatro de Ferenc Molnar (el mismo de Uno, dos, tres) con Joan Crawford, Franchot Tone y Robert Young. O también La mujer sin alma, retrato despiadado de la ambición femenina, con Rosalind Russell. O incluso Hacia las alturas, sobre una mujer que triunfa en el mundo aventurero con hazañas como piloto de la entonces incipiente industria del avión y, además, también en el mundo político. Sin embargo, fracasa estrepitosamente en el plano sentimental. 

En el plano anecdótico podríamos señalar que Dorothy quiso presentarse para combatir en el frente cuando Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial. Como no estaba permitido que las mujeres empuñasen un arma y ella sabía conducir, fue destinada al servicio de ambulancias. 

Además, Dorothy era lesbiana. Le gustaba vestir como un hombre e, incluso, en algunas de sus películas se desliza un cierto rechazo hacia la heterosexualidad. En su favor, hay que decir que ella siempre rechazó que la catalogaran de "mujer directora". Ella era simplemente una directora.

Su carrera empezó en 1922 y había más directoras en esa época en Hollywood, como Frances Marion (que dirigió Canciones de amor, por ejemplo, con Norma Talmadge, la historia de una bailarina que se sacrifica para proteger a su novio, un espía francés en la Primera Guerra Mundial) o Lois Weber (que dirigió una película que ahondaba en el racismo colonial en White Heat, con Virginia Cherrill, la ciega de Luces en la ciudad, de Chaplin).

El retiro le vino debido a su amistad con Joan Crawford que, al casarse con el magnate presidente de Pepsi-Cola, le encargó a Dorothy que se encargará de todo el tema publicitario. Durante años, fue la máxima responsable, dirigiendo cientos de anuncios para televisión.

Una directora muy interesante fue Ida Lupino, que también fue actriz (por cierto, guapísima y realizando un papel excepcional para Fritz Lang en Mientras Nueva York duerme). Una de sus películas más celebradas es El bígamo, con Edmond O´Brien, Joan Fontaine, ella misma y Edmund Gwenn, sobre un hombre que siente la inmensa presión de estar casado con dos mujeres a la vez. También fue ella la escogida para relevar a Nicholas Ray en pleno rodaje de La casa en sombras, un cine negro serrano que ella misma estaba protagonizando (en un inteligente papel de ciega) junto a Robert Ryan. Ida, eso sí, desarrolló gran parte de su carrera en televisión después de dirigir seis películas, pero su nivel fue muy alto.

En Europa, fue Lina Wertmuller quien rompió el hielo y además consiguió algo histórico. Fue la primera mujer directora en alcanzar una nominación al Oscar con su película Siete bellezas, con Giancarlo Giannini y Fernando Rey al frente del reparto. Por supuesto no esta la película por la que Wertmuller ha pasado a la historia, a pesar de que lo merecía, sino por el escándalo que supuso Portero de noche con Charlotte Rampling y Dirk Bogarde. En Europa también tenemos nombres muy relevantes como Chantal Akerman o, sobre todo, por la tremenda humanidad que siempre ha desprendido en todo lo que ha hecho, Agnes Varda, representante femenina de la nouvelle vague y mujer muy enamorada de su marido, el director Jacques Demy, director de Los paraguas de Cherburgo.

Por otra parte, en España, también tuvimos a una mujer directora en una época en la que no era fácil. Ana Mariscal llegó a dirigir once películas y hay que reconocer que lo hizo muy bien, al menos, en la difícil adaptación de la novela de Miguel Delibes El camino. También tengo que reconoceros una cosa. La mayor parte de su carrera la hizo como actriz y a mí no me gustaba nada, nada, nada...

Susan Seidelman fue la máxima representante del cine hecho por mujeres en los años ochenta con dos películas que tuvieron mucho éxito. Una fue Buscando a Susan desesperadamente, debut de Madonna en el cine. La otra fue Fabricando al hombre perfecto, con John Malkovich en una fábula robótica de cierta gracia.

Por descontado, hay que nombrar, sí o sí, a la primera mujer directora ganadora de un Oscar como es Kathryn Bigelow, que ya hemos hablado alguna vez de ella. Ganó el premio con En tierra hostil y fue nominada de nuevo por la más que aceptable La noche más oscura que originó una discusión entre Carpet y yo acerca de un helicóptero derribado. Aún así, sigo pensando que su mejor película es Acero azul, con Jamie Lee Curtis de inspectora de policía acosada por un psicópata interpretado por Ron Silver y, más recientemente, es muy loable su intento de describir los hechos que ocurrieron en los años sesenta sobre la revuelta de la gente de color en las calles de Detroit.

Jane Campion es una de las nominadas de este año y tiene más de una papeleta o dos para llevarse el premio. Deslumbró a todos con aquella El piano, pero, cuando tuvo la oportunidad de reafirmar el talento que había demostrado con una adaptación de la novela de Henry James Retrato de una dama con Nicole Kidman, le salió una película aburrida. Tuvo un leve resurgimiento con Holy Smoke, aunque no fue multitudinario y, en esta ocasión, parece que va a probar las mieles del triunfo absoluto con El poder del perro. Sinceramente, yo creo que lo merece.

Lynne Ramsay es una de las directoras que destaca por su tremenda originalidad a través de dos películas que te dan un buen bofetón en la cara. Una es Tenemos que hablar de Kevin. La otra es la impactante En realidad, nunca estuviste aquí, con Joaquin Phoenix como una especie de detective privado especializado en encontrar personas secuestradas,  de vida tremendamente truncada por el cuidado de su madre que se implica en uno de los encargos que le llegan. Muy curiosa y muy seca en su estilo.

Marielle Heller dio un aviso con ¿Podrás perdonarme algún día? y se plegó un poco a los deseos de la industria con Un amigo extraordinario, con Tom Hanks. Sin embargo, es una realizadora que merece un seguimiento a ver qué es lo próximo que hace.

Una que está pegando fuerte es Nicole Holofcener, tanto como directora con una película pequeña pero encantadora como es Sobran las palabras como guionista, que está escribiendo para directores y directoras ajenos con mucho éxito.

También habría que nombrar al menos a Greta Gerwig que, con Mujercitas y Lady Bird ha estado en boca de todos. Ojo, que está haciendo Barbie, basada en las muñecas, con Margot Robbie y Ryan Gosling como Ken.

Ni que decir tiene que hay que destinar un recuerdo a nuestra Pilar Miró, la mejor del cine contemporáneo que, yo creo, que lo mejor que dirigió fue Beltenebros aunque, sin duda, marcó gran parte de nuestro despertar democrático con títulos como Gary Cooper que estás en los cielos, El crimen de Cuenca o la también muy difícil adaptación de Lope de Vega en El perro del hortelano.

Otra nominada para este año es Maggie Gyllenhaal con La hija oscura que, tengo que decir, me resultó un poco lenta y pesada a pesar de tener la grandísima interpretación de Olivia Colman. 

Vamos a terminar nombrando a Mimi Leder, que se destapó como una excelente directora de acción (algo bastante inusual dentro de los mujeres que, de alguna manera, parece que tienden a querer trascender) después de dirigir algunos episodios de Urgencias y que dio el salto al cine más taquillero con la excelente El pacificador, con George Clooney y Nicole Kidman. Luego metió la pata con la flojísima Deep impact y se recuperó algo con películas más alejadas de la aventura como Cadena de favores o Una cuestión de género, que me gustó muchísimo en su primera mitad y no tanto en la segunda. Volvió al cine de acción con la aceptable The Code, con Banderas y Morgan Freeman y ahora misma está rodando La luz que perdimos, una historia de amor en la que una mujer tendrá que elegir a riesgo de romperse el corazón.

Seguro que hay muchísimas más, pero creo que el espectro es bastante amplio. Suficiente como para rendir homenaje a esos seres maravillosos que, a pesar de que muchas veces nos hacen la vida imposible, también iluminan nuestras vidas (y nosotros a ellas). 

Como vídeo os dejo un video de quince minutos sobre las mujeres directoras en el cine y la importancia que han tenido en la evolución del cine. Muy interesante.


Y como mosaico os dejo con Ida Lupino tratando de dirigir. Podría haber puesto a cualquiera, pero he querido que fuera ella porque, al fin y al cabo, es la primera mujer directora que descubrí en mi vida.



Comentarios

CARPET_WALLY ha dicho que…
Jope, no recuerdo yo bien esa discusión sobre helicopteros. Probablemente yo no tenía razón, pero seguro que fue interesante.

Sobre mujeres directoras hay una interesante serie de documentales que se puede encontrar en Filmin, se llama "Women make films" y es un interesante repaso por técnicas y recursos cinematográficos tomando como ejemplo escenas de películas de mujeres directoras. Obviamente aparecen muchas de las que señalas en tu post, pero también muchas de Europa del Este que desconocía. Está muy bien, si acaso el único problema que le veo es que la narración corre a cargo de Tilda Swinton que utiliza un tono de voz voluntariamente neutro hasta convertirlo en un sonido de arrullo con cierto efecto adormidera.

Gracias por seguir aquí, Lobo.

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