GUS MORNINS 22/12/20
“Con
vosotros, todos los días son Navidad”
El abajo firmante
Pues sí. Hoy no vamos a
rendir homenaje a ninguna luminaria de Hollywood, o de las Letras o de la
Música, así con mayúsculas. Hoy, lo primero de todo, es felicitaros las
fiestas. Por supuesto, no son las Navidades de siempre (os contaré algo que me
hace inmensamente feliz, esta situación ha propiciado que NO tenga que ver
obligatoriamente a mi cuñado, lo cual no sabéis cuánto ayuda), porque la
situación blablablá. Sin embargo, el sentimiento se queda ahí. Yo no soy amante
de las Navidades desde que mi padre se fue a pasarlas al cielo, pero sí he
tenido siempre un sentimiento hacia ellas, hacia la seguridad de que he llegado
a fin de año aún vivo y de que, visto lo visto, el año que viene tiene que ser
mejor a la fuerza. He sido creyente desde siempre y también las vivo desde ese
punto de vista, más que como símbolo, como mensaje, como un deseo de que todos
seamos mejores y que pongamos amor en todo lo que hacemos para que las cosas
sean un poco mejor. Será un granito de arena, insignificante, que nadie notará,
pero será MI granito de arena y no permitiré que nadie me lo quite. La vida,
amigos, es otra cosa.
Por supuesto, ya os
dejaré un ratito en paz hasta el martes día 12 de enero, que volveremos con la
fuerza que nos caracteriza para volver a homenajear a todos esos actores,
actrices, directores o chicos de los recados que tanto nos gustan y que tanto
nos han acompañado durante nuestras vidas. Para mí, el cine, también ha sido
siempre mi regalo de Navidad y, como he dicho varias veces, mientras estén
abiertos, seguiré yendo al cine porque quiero poner también mi granito de arena
a su supervivencia. Nadie podrá decir que no lo he hecho.
En lo que va de
temporada desde que salimos de la cuarentena, sólo en dos ocasiones he visto el
cine lleno (guardando las debidas distancias, es decir, a un 70 por ciento del
aforo). Una ha sido con Tenet, de
Christopher Nolan. La otra, ha sido con Mank,
de David Fincher. En el resto de películas ha sido todo desolación salvo,
quizá, Rifkin´s Festival que
podríamos decir que había media entrada. Un máximo de ocho o diez personas en
cada sesión. Y en una, yo solo. No importa. Ahí seguiré, al pie del cañón. Los
regalos de Navidad no se quitan y yo no pienso dejarme arrebatar el mío.
Seguiré adelante, con una pata coja, con el ánimo torcido, con el alma rota y
el espíritu quebrado. Da igual. Es mi casa.
Haremos, como quien no
quiere la cosa, un repaso a algunas de las películas navideñas que más me han
gustado (no, no va a estar ¡Qué bello es
vivir!, porque han llegado a saturarme con esa película y fijaos que me va
el cine clásico, pero es que ya no soporto ni una sola visión más. Tampoco me
parece la película más indicada para esta situación que estamos viviendo.
Sospecho que la cosa no cambiaría nada si yo no estuviera, así que prefiero
pasar de largo). Allá van.
La
jungla de cristal, de John McTiernan. Un clásico. Una
película a la que vuelvo inevitablemente porque no sólo me va la valentía del
héroe, John McClane, sino que también me va mucho su humor. Por cierto, una
curiosidad. ¿Sabéis que es el mismo personaje que interpretó Frank Sinatra en El detective? Pues sí. El novelista es
el mismo y la novela en la que se basa La
jungla de cristal es con el mismo protagonista, el detective Joe Leland.
Por contrato, se ofreció el papel a Sinatra que, ya con 73 años, tuvo que
rechazarlo, así que ya entró en liza Bruce Willis y se le cambió el nombre.
El
padrino, de Francis Ford Coppola. No va de la Navidad, por
supuesto, pero muchas de las cosas que pasan es en esa época. Recordad que Al
Pacino y Diane Keaton salen del cine donde acaban de ver Las campanas de Santa María cuando se enteran que Marlon Brando ha
sido tiroteado. Es otra de esas películas a la que vuelvo una y otra vez,
porque comprendo muchísimo a Michael Corleone, comprendo sus decisiones,
comprendo que sea como es (aunque, ni mucho menos, lo comparta) y no deja de
estremecerme el destino que le espera al que, en teoría, más vale de toda la
familia.
Pesadilla
antes de Navidad, de Henry Selick, aunque todo el mundo
la asocia con Tim Burton. Me maravilló cuando la vi por primera vez en el
desaparecido Cine Rosales de Madrid. Una auténtica obra maestra de la
plastilina, con canciones estupendas y la seguridad de que no se puede cambiar
lo que es así. Fui de adulto y me gustó como si fuera un niño grande.
De
ilusión también se vive, de George Seaton. Ese Santa Claus
interpretado por Edmund Gwenn siempre me ha conquistado. No puedo evitar caer
en su hechizo y creer que, de verdad, Santa Claus está suelto por las calles de
la ciudad aunque no seamos capaces de identificarle. Y creo que la ilusión es
un motor importantísimo en nuestras vidas, tanto de pequeños como de mayores.
Tal vez esa es una de las cosas que está asesinando el virus y deberíamos
evitarlo a toda costa.
Entre
pillos anda el juego, de John Landis. Recuerdo, en otra vida,
que esta película se la ponía yo a mis alumnos para que comprendieran lo que
era el apalancamiento en Bolsa. De
paso, se echaban unas risas y yo no he dejado nunca de hacerlo. No hace mucho
volví a revisarla y, desde luego, ha pasado el tiempo sobre ella. El retrato de
yuppie que hace Dan Aykroyd no deja
de ser algo grotesco, pero sigo riéndome a mandíbula batiente con Eddie Murphy
y me sigue gustando mucho Jamie Lee Curtis, aparte de que sigue siendo un gozo
volver a ver a Ralph Bellamy y Don Ameche como esos dos ancianos crueles y
ociosos.
Eyes wide shut, de Stanley Kubrick. ¡Cómo iba a
faltar una de mi venerado Kubrick! De acuerdo, tampoco es que la Navidad sea el
centro de todo el asunto, pero no cabe duda de que tiene un papel bastante
importante. Sigo pensando que es una película que se adelantó a su tiempo, que
la inquietud no deja de removerse mientras la veo porque lo que me está
contando, además de la búsqueda de algo que no deja de ser una entelequia,
también es bastante terrible por muy cómodo que creas que puedes estar. Sí, la
vuelvo a ver de vez en cuando. Y vuelvo a terminar con una sensación de que el
pavo del estómago se ha descolocado y se me ha disfrazado con una máscara.
Muchas
gracias, Mr. Scrooge, de Ronald Neame. La vi muy de pequeño
en el cine de barrio de al lado de mi casa, el cine Mundial. Hoy en día es un Gilgo.
El caso es que tuve pesadillas esa misma noche con la imagen del fantasma del
socio del señor Scrooge, que no era otro que Alec Guinness. Durante años, no
quise verla. Sin embargo, ya de adolescente, volví a darle un oportunidad y es
una película extraordinariamente bien hecha, un musical estupendo y Albert
Finney, como siempre, hace toda una creación. Desde entonces, la he vuelto a
ver un par de veces más y así no se me olvida el Cuento de Navidad, de Charles Dickens.
El
apartamento, de Billy Wilder. ¡Cómo olvidar que una
buena parte de la trama ocurre en Navidad! Navidad es tiempo de pedir deseos y
a C.C. Baxter se le concede el suyo. Se trata de echar una partida de cartas el
resto de su vida con la señorita Kubelik. No entraremos en si el final es feliz
o no. Sólo entraremos que es una película fuera de lo común, una auténtica obra
maestra del cine. Sólo por ella, merece seguir yendo y dejar que la pantalla
intente sorprendernos. Otra de las que vuelvo inevitablemente a verla.
Curiosamente, a mi hijo le encanta.
Escondidos
en Brujas, de Martin McDonagh. Dos asesinos deambulando por
Brujas en Navidad para esconderse por un error garrafal que uno de ellos ha
cometido en Londres. La mezcla de tragedia y de comedia es perfecta y no puedo
dejar de reírme con el papel que tan magistralmente hace Brendan Gleeson. Ya,
ya sé, no es para todos los gustos, pero es una ocasión perfecta para hacer una
visita a Brujas y empaparse de lo que debería ser un ambiente navideño…con sus
recovecos.
El
bazar de las sorpresas, de Ernst Lubitsch. Ya que el
mejor regalo que uno puede tener es el amor, no puedo dejar de comprar esas
cajitas para tabaco que, cada vez, están más baratas y se venden peor. De esta
película aprendí una frase que se me quedó grabada: “Hay muy poca gente que se preocupe de conocer la verdad interior de
las personas” y trato de ahondar en ello, aunque no sea nada fácil. Es una
película que no sólo me hace amar, sino también reír.
Plácido, de Luis García Berlanga. Esa hipocresía que todos hemos sentido alguna vez en Navidad está muy presente en la película. Es uno de esos ejemplos negativos que hacen que te comportes en positivo. Además de todo ello, la película es una festival de actores irrepetibles que, por si fuera poco, dicen algunos de los diálogos más brillantes que se hayan oído en el cine español. Siente a un pobre a su mesa, ya sabéis. Sólo para aparentar.
Podrían ser más. Y no
sólo eso, podría incluir…pues eso Love
actually, Solo en casa, la de
Capra y alguna más por ahí, pero ya sabéis que yo huyo bastante de ser típico,
así que he preferido resaltar alguna otra de la que no se acuerdan demasiado a
menudo en las fechas en las que estamos. ¿Quién se acuerda de El apartamento como película navideña?
Os dejo con el mejor
anuncio de Navidad que se haya hecho nunca. Porque el cine es capaz de hacerlo
todo, incluso un anuncio de Navidad.
Con mis mejores deseos,
que os toque la Lotería, que no os toque la otra Lotería y que la felicidad sea
algo que se presente todos los días en vuestras casas. Feliz todo.
Comentarios
No sólo voy a aprovechar tu gus para felicitarte a ti también las fiestas y desearte que el 2021 te traiga una felicidad sin restricciones, sino que haré extensivos los mismos deseaos para el resto de trillones, sigan entrando aquí o no (no se les ve y apenas se les escucha).
Pero la felicitación y un buen brindis va por ti, que sigues como siempre desbordado de sabiduría y buen contar, que nos inundas de anécdotas desconocidas y nos haces pensar, pero sobre todo recordar algunas películas, personas o incluso escenas que forman parte de nuestra vida (de la de todos) y nos mantienen apegados a ese cariño común que nos unió hace tiempo y que todavía pervive.
Y brindemos también con Dexter que desde las orillas del Ebro se ha encargado de mantener vivo este lugar de encuentro tanto tiempo aunque ahora haya decidido tomarse un cierto distanciamiento. Es y será siempre un buen amigo a quien todas las cosas buenas que puedan pasar me parecerán pocas.
Y con Low, con su dulzura, sencillez y sensibilidad siempre dispuesta a hacernos sentir algo más de lo que podamos pensar cuando escribimos unas líneas. Otra maravillosa persona que nos regaló otro tiempo pero que siempre encontraremos cuando la busquemos.
Y con Albanta, de la que decir que es una vieja amiga esconde dos falsedades. Es mucho menos vieja de lo que dicen las malas lenguas (incluida la mía) y es mucho más que una simple amiga. Puede parecer que no la vemos pero está siempre.
Y con Indiana, el gran Junior que ya es bastante más Senior. Otra persona increíblemente generosa con su cariño y con la magia que desprende cada vez que aparece. Gracias por hacernos sentir siempre como si estuviéramos a tu lado aunque no nos hayamos vito nunca.
Y con todos los que no llegaron hasta este rincón pero con los que hemos ido perdiendo el contacto pero no el recuerdo. Hubo muchas gente hermosa en aquel chat que nos unió hace años y espero que a todos este año 2020 no les haya hecho demasiado daño.
Deseo para todos, pero sobre todo a vosotros, que estas fiestas sean inolvidables en sentido positivo y que el 2021 comiencen a sucederos cosas buenas y sigan aumentando sin alcanzar nunca el pico de la curva.
Y si he de recordad una película de Navidad que siempre me enternece aunque no sea la mejor película de la historia, es una cuyo título refleja bien lo que siento cuando entro aquí : LA GRAN FAMILIA.
Besos y abrazos para todos y todas.
PD. Hasta el año que viene si no encuentro hueco para escribir alguna tontá estos días.
Coincido con mi Caracolillo en La gran familia, siempre me gusta volver a ella por estas fechas.
Gracias al cine por ser mi mejor aliado en esta terrible pendemos y a vosotros, por TODO.
Espero que paséis unas fiestas tranquilas y por favor, cuidaos mucho.
P.D: gracias Car por esas palabras tan bonitas y por seguir siendo mi ciber amigo.
Os quiero
low
low
Que tengáis una feliz navidad, todos y cada uno de vosotros, cuidaos mucho mucho pero que mucho, que el tema no está para bromas. Porque ante todo sois buena gente, se nota, se siente. Y que sigamos viéndonos por aquí, claro que sí. Viva el cine y viva vosotros.
Gabon zoriontsuak eta urte berri on, muxuak denontzat.
Felices fiestas del tuerto y de miawallace. Por Aquí más o menos anda todo bien...Nada que a veces surfeo por la red y coño que alegría el encontraros (en la tercera fase (ola) ayns...)
Bueno que al leeros...joder..qué de recuerdos buenos...
Siempre en mi memoria compis...
Un besazo muy fuerte.
Saludos, tuerto.
¡¡¡ QUE ALEGRIA SABER DE VOSOTROS !!!
Ojala, este acercamiento en tiempos de distancia social se repita. A gente como tu y la gualas me refería cuando comentaba lo de que se habría perdido el contacto pero no el recuerdo.
Me alegro de que estéis bien y de que en tus surfeos nos hayas encontrado. Una de las excusas de este blog es poder mantener viva la llama de aquellas amistades que nos juntaron hace años y que para algunos de nosotros son inolvidables. así que si a alguno como tu se le ocurre poner en el buscador "cinéfilos de terra" le aparecerá este sitio donde somos pocos pero aun pensamos en cine y en buen rollo.
Un abrazo muy fuerte para ti y para Mia...ejem...seré discreto, muchos beisots.