GUS MORNINS 31/1/23

 "Mi carrera ha estado salpicada de éxitos y fracasos, pero tengo que reconocer que, en general, ha sido maravillosa"                                                                                     Jean Simmons.

Hoy entramos fuerte con esta actriz que pasa por ser una de las novias de estas páginas porque en esta fecha nació esta ilustre intérprete hace nada más y nada menos que noventa y cuatro años. Bajo una apariencia frágil y muy aseada, Jean Simmons supo ser la mujer de los sueños más sucios, la más encantadora de las esclavas, la más representativa de las mujeres de mediana edad y la más asesina de todas las chicas de cara angelical. No está más para su 1,63 de estatura.

La vocación de Jean cuando era joven era convertirse en bailarina y para ello atendió a las clases de danza de su barrio. Sin embargo, pronto pensó que aquello no era más que una formación complementaria para su talento y que éste era el de la interpretación. Debuta en un pequeñísimo papel en una película titulada Give us the moon, que nunca se ha estrenado en España y que fue dirigida por Val Guest. Consigue otro papel ínfimo en César y Cleopatra, de Gabriel Pascal, donde inicia, con apenas dieciséis años, su romance con Stewart Granger que aparecía en la película. Su fotogenia tan particular hace que el productor Arthur Rank le firme un contrato en siete películas británicas y ella acepta. Así, aparece en un papel muy destacable en Cadenas rotas de David Lean, en un papel muy pequeño en Narciso negro de Michael Powell y Emeric Pressburger, interpreta a Ofelia en Hamlet, de Laurence Olivier y protagoniza la excelente Extraño suceso. 

Precisamente, por su Ofelia recibe su primera nominación al Oscar, como actriz secundaria, y eso hace que Howard Hughes se fije en ella y puje por comprarle el contrato a Arthur Rank, Rank accede. Ella, antes de partir a los Estados Unidos, se casa con Stewart Granger. Cuando ella llega, se encuentra con que Howard Hughes se dedica a cortejarla. Ella, alarmada, llama a su marido que está trabajando en Inglaterra e, inmediatamente, Granger se presenta en Hollywood para pararle los pies a Hughes. Hughes se enfada. La presta para Andrócles y el león para actuar al lado de Victor Mature y, luego, le pide a Otto Preminger que sea deliberadamente cruel con ella en el rodaje de Cara de ángel excepcional película de cine negro, en la que Jean realiza un papel fantástico. Como Hughes sigue enfadado con ella, se venga largamente cuando William Wyler le pide al millonario que le preste a Jean Simmons para protagonizar Vacaciones en Roma. Hughes se niega en redondo. Simmons viendo el cariz que están tomando los acontecimientos, presenta una denuncia en contra de Hughes para rescindir el contrato sin penalización. Hughes se aviene a un acuerdo: una película más gratis por parte de ella y será libre. La película es Entre dos mujeres otra vez al lado de Victor Mature que es un sonoro fracaso. Dentro del acuerdo, Jean Simmons accede a hacer tres películas más bajo los auspicios de la RKO, propiedad de Hughes, pero siempre para otros estudios. 

La primera de ellas es La reina virgen esplendorosa película en la que encarna a la Reina Isabel II de Inglaterra con un reparto de prestigio y una producción cuidadísima bajo la dirección de George Sidney y con la marca de la Metro. La segunda es para la Fox y es la archiconocida La túnica sagrada, al lado de Victor Mature y de Richard Burton. La tercera vuelve a ser para la Metro y es la menos conocida: La actriz, al lado de Spencer Tracy. La película fracasó estrepitosamente, pero la crítica salvó las actuaciones de los dos protagonistas como lo único que realmente merecía la pena de ella. 

Ya actuando por libre para el estudio para el que le apeteciera, vuelve al ambiente bíblico con Sinuhé, el egipcio que vuelve a ser otro fracaso. Realiza una buena película que no funcionó bien en taquilla con Una bala en el camino y se empareja con Marlon Brando para encarnar a la amante de Napoleón en Desirée. Vuelve a Inglaterra para hacer junto a Stewart Granger una de sus más inspiradas interpretaciones en Pasos en la niebla y resulta una delicia verla cantar y bailar en Ellos y ellas al lado de Marlon Brando y Frank Sinatra y siendo dirigida por Joe Mankiewicz. Por esta interpretación gana un Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical. 

Por fin, consigue trabajar con William Wyler en un exitazo que la catapulta a lo más alto del estrellato de Hollywood en Horizontes de grandeza. Después de un rodaje extrañísimo en la que su marido, Stewart Granger, es dirigido por Richard Brooks en La última caza, Jean Simmons inicia un romance extramtrimonial con el director que desemboca en un divorcio que conmociona a Hollywood porque suponía la separación de uno de los matrimonios más estables del mundo del espectáculo. Simmons se casa rápidamente con Richard Brooks, un hombre al que admira, sobre todo, por su inteligencia. Brooks no duda en ofrecerle el papel protagonista de El fuego y la palabra, junto a Burt Lancaster, una estupenda película y, nada más terminar, resulta embarazada de su marido. Descansa durante la gestación y, nada más dar a luz, es llamada de urgencia por Kirk Douglas porque no está nada contento con el trabajo que está realizando la modelo alemana Sabine Bethmann para interpretar a la esclava Varinia en Espartaco. Su papel está lleno de sensibilidad y resulta irremediablemente encantadora como la mujer del esclavo rebelde. 

Se destapa como una actriz de comedia extremadamente competente en Página en blanco de Stanley Donen, al lado de Cary Grant, Robert Mitchum y Deborah Kerr. Descansa para criar a su hija con tranquilidad durante tres años y regresa con una adaptación de una obra teatral de James Agee titulada All the way home. Se encarga de conocer al protagonista de Un lugar en la cumbre, que había significado un gran éxito para Laurence Harvey y el Oscar para Simone Signoret, para rodar una segunda parte con ese personaje con el título de Vivir en la cumbre y se integra en una aceptable película de intriga con James Garner y Suzanne Pleshette titulada La mujer sin rostro de Delbert Mann. Sin embargo, en 1968, Richard Brooks le hace un regalo muy especial. Le entrega un guión titulado Con los ojos cerrados que quiere que ella protagonice. Además de ser toda una declaración para pedirle perdón por todos los fallos cometidos en sus ocho años de matrimonio, el papel es un regalo para Jean Simmons, incorporando a una ama de casa frustrada, que decide salir al mundo exterior y vivir todo lo que se ha perdido en sus años de matrimonio y maternidad. Jean Simmons, probablemente, hace el mejor papel de su carrera en esta película y consigue su segunda nominación al Oscar, esta vez como actriz principal.

Ya con el físico poniéndoselo algo más difícil, la carrera de Jean Simmons en los años setenta destaca por la mala elección de papeles, destacando sólo la historia de amor una cuarentona con un adolescente en El joven y la solterona en la que aún da muestras de su versatilidad y de su capacidad para moverse con soltura entre el drama y la melancolía. Su salida es la televisión y ahí trabaja en varias series de éxito como El pájaro espino, con la que gana un Emmy, o Norte y Sur. Fallece el 22 de enero de 2010 en su residencia de Santa Mónica, acompañada de sus dos gatos, Megan y Addison. 

Uno de sus episodios más desgraciados fue su terrible adicción al alcohol que le obligó a una cura de desintoxicación en 1986. Parece ser que fue la causa principal de su divorcio con Richard Brooks en 1977.

Según proclama Richard Burton en su autobiografía, tuvo un lío con él mientras rodaban La túnica sagrada

También fue fumadora compulsiva. Sólo consiguió dejarlo en 2009, un año antes de fallecer.

Ella y Richard Brooks mantuvieron una estrecha y gran amistad con Katharine Hepburn y Spencer Tracy.

Como vídeo os dejo con un homenaje lleno de fotografías estupendas de ella.

Y como mosaico, os dejo con este momento tan extraño en una pausa de La última caza, de Richard Brooks, protagonizada por Stewart Granger y Robert Taylor. Ella está entre sus dos maridos.