GUS MORNINS 6/9/22

"Lamento no tener la dignidad de Ricardo Montalbán, la clase de Dean Martin o el humor de Bill Cosby. Yo sólo tengo el corazón de un león"                                                  Burt Reynolds


Gus morninssssssssssssss s s s s s queridísimos trillonessssssssss s s s s s. Después de la época estival, es hora de regresar con nuestra efeméride preferida, visitando rincones de cine y cultura cual si fueran museos virtuales de amor entre el arte y la palabra. Espero que todos los hayáis pasado bien, que hayáis descansado, que hayáis ligado mucho, que hayáis ligado bronce, que hayáis hallado el hay y todo lo bueno para vosotros. Yo, por mi parte, todo una mierda, pero, al fin y al cabo, no se puede tener todo.

Hoy, para inaugurar la temporada, hablaremos largo y tendido de este actor que, tal día como hoy, nos dejó hace seis años aún relativamente joven. Quizá algunos no lo recordéis, pero fue el símbolo sexual de los setenta y competía cara a cara por ser el hombre más sexy del mundo nada menos que con Clint Eastwood. Lo cierto es que nos dejó un puñado de películas muy divertidas, que forman parte de nuestra adolescencia y juventud y que siempre nos dejaban muy buen rollo.

Burt Reynolds era una mezcolanza de razas. Tenía ascendencia holandesa, irlandesa,escocesa, inglesa y cherokee. Tuvo una hermana mayor, Nancy. El pequeño Burt vino al mundo en 1936 y en 1942 la familia se mudó a Rivera Beach, Florida, donde su padre se convirtió en jefe de policía. El pequeño Burt destacó en la escuela porque era un fenómeno jugando al fútbol americano, en el puesto más molón, quarterback, y lo hacía también que consiguió una beca para entrar en la Universidad del Estado de Florida. En su mente estaba haciéndose la idea de convertirse en jugador profesional, pero tuvo dos lesiones consecutivas de rodilla que mermaron sus facultades y, tras un partido en el que vio que no podía más, decidió abandonar. Quiso entonces hacerse policía, pero su padre le convenció de que terminara los estudios. Lleno de ilusión, Burt se apuntó al grupo de teatro universitario. Cuando un profesor le oyó recitar a Shakespeare, le dijo que no se lo pensara dos veces, que hiciera Arte Dramático.

Con veinte años entró a formar parte de una compañía de teatro en la que también estaba Joanne Woodward. Como ella sabía más que él, le animó a buscarse un agente y así consiguió un papel en la obra teatral Mister Roberts en la que Charlton Heston había sustituido al actor titular, Henry Fonda. El director de la obra quedó tan impresionado de la fuerza del joven Reynolds que le consiguió una prueba para un papel secundario en la película Sayonara que no se lo dieron porque consideraron que se parecía demasiado al protagonista Marlon Brando. Ahí cayó en una especie de vacío y empezó a no conseguir ningún trabajo, El director de Sayonara Joshua Logan vio las capacidades de Reynolds y le dijo que se trasladara a Hollywood porque le veía mucho futuro en el cine. Reynolds comenzó a trabajar. Camarero, repartidor, estibador e incluso portero de una sala de baile fueron varios de los oficios que desempeñó para hacer caja y marcharse a California. De momento, el cine estaba cerrado para él, así que Reynolds se ofreció para participar en cualquier papel que le saliese para la televisión. Ahí comenzó una larga andadura por algunas series como La ley del revólver o Riverboat. Poco a poco, su popularidad fue creciendo hasta que le dieron la oportunidad de protagonizar su propia serie, que se llamó Hawk, los avatares de un detective que trabajaba para la Oficina del Fiscal del Distrito de Nueva York. La serie tuvo un considerable éxito en su única temporada y los diecisiete episodios que se rodaron. Eso proporcionó a Reynolds un apañado cartel para una serie de westerns en los que empezaba a lucir palmito como Cien rifles, al lado de Raquel Welch, o Sam Whiskey, con Sarah Miles. En 1972, con 36 años, le llega una estupenda oportunidad con Deliverance, de John Boorman, una película de supervivencia de tres oficinistas que deciden pasar un fin de semana en un río que se revela lleno de peligros. La película proporcionó a Burt Reynolds su única nominación al mejor actor de su carrera.

A partir de ahí comenzaron a lloverle papeles a Reynolds y, más o menos, repetía siempre el mismo papel. Siempre eran granujas que irresistible simpatía, con su goma de mascar, muy poco elegantes, pero irremediablemente atractivos. Ahí está la más que apreciable Shamus, que fue su visita al cine negro más clásico, intervino al lado de Woody Allen como el centro de mando de los espermatozoides en Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar y amarró bien su estrella emergente con películas resultonas, llenas de acción y muy señeras en los setenta como Rompehuesos, Los traficantes y su continuación y primera intentona tras las cámaras, Gator, el confidente y Un caradura simpático. Una excepción fue el excelente thriller de Robert Aldrich Destino fatal que rodó al lado de Catherine Deneuve. Rompió taquilla con una idea de su colega, gran amigo y especialista Hal Needham con Los caraduras, en donde se hizo evidente que entre él y Sally Field había algo más que complicidad. (Por cierto, la relación de actor y especialista entre Leonardo di Caprio y Brad Pitt que se describe en Érase una vez en Hollywood está basada en la relación que Burt Reynolds mantenía con Hal Needham). De aquella época, en la que prácticamente podía hacer lo que quería, data su estupenda comedia, que dirigió y protagonizó, titulada De miedo también se muere, una comedia de humor negro muy divertida y bien hecha que, lamentablemente, no tuvo demasiado éxito.

El lento declive comenzó con películas que no añadían nada a su filmografía como Hooper, el increíble o con esa reunión de amigos, muy divertida y muy alocada, que fue Los locos del Cannonball, como su asociación con Dolly Parton para La casa más divertida de Texas.Volvió a dirigir con una película más bien mediocre, falta de fuerza, como La brigada de Sharky y ni siquiera su emparejamiento histórico con Clint Eastwood tuvo demasiada gracia en Ciudad muy caliente. Aún dirigió otra película que no estaba nada mal aunque tuvo un estreno muy limitado y apenas la conoce nadie. Se titulaba Jugar duro y, sin ser una obra maestra, mereció mejor suerte. Reynolds se puso muy serio en esa película. 

Después de años perdido en series B, repitiendo una y otra vez el mismo papel, resucitó como el productor de películas pornográficas de Boogie Nights, con la que consiguió otra nominación al Oscar, esta vez como secundario y se le pudo ver en algún que otro título, aportando su peluquín canoso y su sempiterna sonrisa de canalla. Pronto pasó a ser una sombra que pasaba por la pantalla en películas de serie C. 

A los ochenta y dos años, un repentino ataque cardíaco se lo llevó por delante. Con él, se fue nuestro héroe de acción de los setenta. El hombre que sonreía y sabías que se cachondeaba de ti pero que era irremediablemente atractivo. 

Aunque luego dejaron la relación y él se casó con la exuberante Loni Anderson, de la cual se divorció doce años después, Burt Reynolds llegó a declarar que Sally Field era la mujer que más quiso y que no se dio cuenta de la enorme suerte que tenía estando con ella hasta muchos años después. La causa de su separación fue que Sally le propuso en varias ocasiones en matrimonio y Burt se negó en todas. En vista de ello, ella le abandonó.

Rechazó lastimeramente el papel del astronauta Garrett Breedlove de La fuerza del cariño porque quiso interpretar una película ínfima y estúpida llamada As de plumas.

Según un reciente estudio de Time Entertainmente Weekly, Burt Reynolds es la estrella que más ha recaudado con sus películas. Sólo ha sido superado por Tom Cruise.

El éxito de Los caraduras (más de cien millones de dólares en taquilla) hizo que Pontiac, la marca del coche que él conducía en la película, le prometiera durante cinco años un Pontiac nuevo cada año. Se cumplió.

A pesar de las ingentes cantidades de dinero que pudo ganar, en 1996 se declaró en bancarrota debido al coste de su divorcio con Loni Anderson.

Su desnudo en Playboy fue un error, según él. Eso hizo que jamás se le considerase un actor serio.

Llegó a decir que su esposa, Loni Anderson, era una chica que tardaba cinco horas en hacer la compra y que, varias veces, tardaba varios días si se iba a comprar ropa. No aparecía por casa en ese tiempo.

También fue la primera opción para interpretar al protagonista de Pretty Woman. Lo rechazó porque creyó que la película no pasaba del típico éxito palomitero que no iba a aportar nada a su carrera. 

Le ofrecieron el papel de Tom Skerritt en MASH, pero lo rechazó porque no quería actuar al lado de dos actores tan de moda como Elliott Gould y Donald Sutherland.

Las tres películas de las que estuvo más orgulloso fueron Deliverance, Los caraduras  y Comenzar de nuevo,un drama al lado de Jill Clayburgh y Candice Bergen que le hizo concebir esperanzas de construirse una carrera con papeles de mayor enjundia.

Os dejo con un bien resumido recordatorio de Burt Reynolds, el caradura más simpático del cine.



Y como mosaico os dejo con el famoso desnudo de Playboy, para solaz y sosiego de las señoras.



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